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Devociones marianas en el mundo |
Altar dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, catedral de Innsbruck (Dom zu St. Jakob), Austria |
Artículo de portada
El adorable Sagrado Corazón de Jesús El culto al Sagrado Corazón es la quintaesencia del cristianismo, el compendio y el resumen de toda la religión”, escribió de modo lapidario el obispo de Poitiers, Louis-Édouard François Désiré Pie (1815-1880), más conocido como el cardenal Pie... |
El Decálogo
Procesión del Corpus en Sitges
Del genocidio vandeano al terrorismo islámico
No ejercer autoridad es abandonar a los hijos a la desesperación
El adorable Sagrado Corazón de Jesús
San Justino, Mártir
¿Qué debe pensar un católico sobre los ovnis… ?
“Se hicieron abominables, como aquellas cosas que amaron”
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Palabras del Director V
Estimados amigos:
Por ocasión de la celebración en Paray-le-Monial del centenario de la Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús, realizada por León XIII el 11 de junio de 1899, Juan Pablo II envió un mensaje en el cual acentúa la unión de la devoción al Corazón de Jesús y al Corazón de María Santísima: “Después de san Juan Eudes, que nos enseñó a contemplar a Jesús —el Corazón de los corazones— en el Corazón de María, y hacer con que amásemos estos dos corazones, el culto prestado al Sagrado Corazón se expandió”.
A quien desee practicar un verdadero amor al prójimo, nada debe importar más que el conocimiento de las devociones providenciales con que el Espíritu Santo enriquece a la Santa Iglesia en cada época, para el provecho de las almas.
En Fátima, la Santísima Virgen prometió la salvación a quien abrace la devoción a su Inmaculado Corazón. Si queremos salvar a la humanidad, difundamos el medio providencial para su salvación.
Al respecto, Plinio Corrêa de Oliveira escribió: “El día en que haya legiones de personas verdaderamente devotas del Corazón Inmaculado de María, el Corazón de Jesús reinará sobre el mundo entero. En efecto, estas dos devociones no se pueden separar. La devoción a María Santísima es la atmósfera propia de la devoción a Nuestro Señor. El verano trae las flores y los frutos. La devoción a la Santísima Virgen genera como fruto necesario el amor sin reservas a Nuestro Señor Jesucristo. El día en que la humanidad se vuelva a Jesús por María, el mundo se habrá salvado”.
En los últimos tres siglos, ninguna devoción despertó más la piedad de los fieles, fue objeto del mayor desvelo y atención del Magisterio, ni atrajo más la antipatía y los ataques de la impiedad, que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
En Jesús y María,
El director
Estimados amigos:
Por ocasión de la celebración en Paray-le-Monial del centenario de la Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús, realizada por León XIII el 11 de junio de 1899, Juan Pablo II envió un mensaje en el cual acentúa la unión de la devoción al Corazón de Jesús y al Corazón de María Santísima: “Después de san Juan Eudes, que nos enseñó a contemplar a Jesús —el Corazón de los corazones— en el Corazón de María, y hacer con que amásemos estos dos corazones, el culto prestado al Sagrado Corazón se expandió”.
A quien desee practicar un verdadero amor al prójimo, nada debe importar más que el conocimiento de las devociones providenciales con que el Espíritu Santo enriquece a la Santa Iglesia en cada época, para el provecho de las almas.
En Fátima, la Santísima Virgen prometió la salvación a quien abrace la devoción a su Inmaculado Corazón. Si queremos salvar a la humanidad, difundamos el medio providencial para su salvación.
Al respecto, Plinio Corrêa de Oliveira escribió: “El día en que haya legiones de personas verdaderamente devotas del Corazón Inmaculado de María, el Corazón de Jesús reinará sobre el mundo entero. En efecto, estas dos devociones no se pueden separar. La devoción a María Santísima es la atmósfera propia de la devoción a Nuestro Señor. El verano trae las flores y los frutos. La devoción a la Santísima Virgen genera como fruto necesario el amor sin reservas a Nuestro Señor Jesucristo. El día en que la humanidad se vuelva a Jesús por María, el mundo se habrá salvado”.
En los últimos tres siglos, ninguna devoción despertó más la piedad de los fieles, fue objeto del mayor desvelo y atención del Magisterio, ni atrajo más la antipatía y los ataques de la impiedad, que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
En Jesús y María,
El director
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino