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Devociones marianas en el mundo |
La Crucifixión, Fra Angelico, c. 1420-23 – Temple sobre tabla en fondo dorado, The Metropolitan Museum of Art, Nueva York |
Artículo de portada
La crucifixión y muerte de Jesucristo Jesús, abrumado bajo el peso de su carga, cayó penosamente en el camino. El cortejo se detuvo un momento para levantarlo, lo que dio ocasión a los verdugos para maltratarle... |
Palabras del Director V
Estimados amigos:
En la edición de marzo del 2020, Tesoros de la Fe presentó fragmentos del libro “Jesucristo, su Vida, su Pasión, su Triunfo”, del padre Augustin Berthe (1830-1907), misionero redentorista francés, profesor de retórica y célebre escritor.
En los pasajes ya transcritos, narra la pérfida conspiración del Sanedrín (un tribunal de ancianos judíos, encabezado por los sumos sacerdotes Anás y Caifás) para obtener del cobarde gobernador romano Poncio Pilatos la condena del mayor inocente de todos los tiempos: Nuestro Señor Jesucristo. Para el presente tiempo de Cuaresma, que comenzó el Miércoles de Ceniza (2 de marzo) y termina el Jueves Santo (14 de abril), ofrecemos a nuestros lectores la continuación de la desgarradora exposición del padre Berthe.
Tras la sórdida condena de Jesús, el autor expone y comenta su trágico desenlace: la crucifixión de la inocente víctima, cuando la naturaleza se cubrió de intenso luto por aquel incalificable crimen. En su narración, transita por el camino recorrido por el divino Salvador, desde el palacio de Pilatos hasta el Gólgota, cargando el enorme madero. Oprimido bajo su peso, fue golpeado y escarnecido por el populacho que era incitado por los jefes del Sanedrín. En esta vía dolorosa, entre tantas escenas conmovedoras tuvo lugar el encuentro —el más sublime de la historia— de Jesús con su Madre. Transida de dolor, la Virgen veía a su divino Hijo tratado como un vulgar criminal, padeciendo los peores tormentos físicos y morales, como la ingratitud de los hombres.
Por fin, en su grandeza solar, aunque desgarrado, el Rey de reyes y Señor de señores llega a la cima del Calvario, donde es clavado en una cruz entre dos vulgares ladrones. Desde entonces, la cruz, que era un símbolo de infamia, se transforma en un símbolo de gloria. En efecto, hoy resplandece victoriosa en lo más alto de las iglesias y de las coronas reales.
En Jesús y María,
El Director
Estimados amigos:
En la edición de marzo del 2020, Tesoros de la Fe presentó fragmentos del libro “Jesucristo, su Vida, su Pasión, su Triunfo”, del padre Augustin Berthe (1830-1907), misionero redentorista francés, profesor de retórica y célebre escritor.
En los pasajes ya transcritos, narra la pérfida conspiración del Sanedrín (un tribunal de ancianos judíos, encabezado por los sumos sacerdotes Anás y Caifás) para obtener del cobarde gobernador romano Poncio Pilatos la condena del mayor inocente de todos los tiempos: Nuestro Señor Jesucristo. Para el presente tiempo de Cuaresma, que comenzó el Miércoles de Ceniza (2 de marzo) y termina el Jueves Santo (14 de abril), ofrecemos a nuestros lectores la continuación de la desgarradora exposición del padre Berthe.
Tras la sórdida condena de Jesús, el autor expone y comenta su trágico desenlace: la crucifixión de la inocente víctima, cuando la naturaleza se cubrió de intenso luto por aquel incalificable crimen. En su narración, transita por el camino recorrido por el divino Salvador, desde el palacio de Pilatos hasta el Gólgota, cargando el enorme madero. Oprimido bajo su peso, fue golpeado y escarnecido por el populacho que era incitado por los jefes del Sanedrín. En esta vía dolorosa, entre tantas escenas conmovedoras tuvo lugar el encuentro —el más sublime de la historia— de Jesús con su Madre. Transida de dolor, la Virgen veía a su divino Hijo tratado como un vulgar criminal, padeciendo los peores tormentos físicos y morales, como la ingratitud de los hombres.
Por fin, en su grandeza solar, aunque desgarrado, el Rey de reyes y Señor de señores llega a la cima del Calvario, donde es clavado en una cruz entre dos vulgares ladrones. Desde entonces, la cruz, que era un símbolo de infamia, se transforma en un símbolo de gloria. En efecto, hoy resplandece victoriosa en lo más alto de las iglesias y de las coronas reales.
En Jesús y María,
El Director
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino