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Devociones marianas en el mundo |
La tormenta en el mar de Galilea, Rembrandt, 1633 – Óleo sobre lienzo, robado en 1990 del Museo Isabella Stewart Gardner, Boston. |
Artículo de portada
En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros En una pequeña localidad italiana, la gracia sustituye un antiguo culto pagano y da lugar a una tierna devoción a la Santísima Virgen bajo la advocación del Buen Consejo... |
La pompa barroca de Lima
Confianza absoluta en la Santísima Virgen, que destruyó todas las herejías
¿Creará el metaverso un infierno virtual en la Tierra?
En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros
El Dogma del Purgatorio
Sor Ana de los Ángeles Monteagudo
¿Recibimos a nuestros ángeles de la guarda en el bautismo?
Placidez, castidad, maternidad
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Palabras del Director V
Estimados amigos:
“Voz de Cristo, voz misteriosa de la gracia que resonáis en el silencio de los corazones, Vos murmuráis en el fondo de nuestras conciencias palabras de dulzura y de paz. A nuestras miserias presentes repetís el consejo que el Divino Maestro daba frecuentemente durante su vida mortal: “¡Confianza, confianza!”.
Con estas inspiradas palabras el padre Thomas de Saint Laurent comienza su célebre Libro de la Confianza. Con esas mismas palabras he querido dar inicio a esta modesta columna al cumplirse veinte años de la aparición de nuestra revista Tesoros de la Fe.
Son 240 números que contienen cientos de artículos en miles de páginas, una verdadera enciclopedia católica que actualmente está conformada por siete gruesos volúmenes.
Aunque concebida especialmente para la formación cultural y religiosa de las familias, la revista forma parte también de numerosas bibliotecas públicas y privadas, circula en ambientes universitarios, seminarios y conventos.
Cosa singular. En el transcurso del tiempo ha surgido entre los jóvenes una generación que podríamos denominar: generación Tesoros de la Fe. Conformada por quienes desde muy niños han bebido de esta fuente y que gracias al auxilio divino cada día adhieren con más fuerza al pensamiento católico. De brotes de fe como estos nacerá la civilización cristiana del mañana.
Inspirados, pues, en el luminoso lema que nos legó el profesor Plinio Corrêa de Oliveira: “Si amamos a Dios sobre todas las cosas, inmolémonos por Él. Si amamos al prójimo como a nosotros mismos, démosle la Fe, nuestro mayor Tesoro”, bajo el maternal amparo de la Santísima Virgen y con el apoyo inestimable de los miembros de la Alianza de Fátima, continuemos trabando el buen combate del apostolado de la buena prensa, con una confianza inconmovible en la promesa mariana de Fátima: “Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”.
En Jesús y María,
El Director
Estimados amigos:
“Voz de Cristo, voz misteriosa de la gracia que resonáis en el silencio de los corazones, Vos murmuráis en el fondo de nuestras conciencias palabras de dulzura y de paz. A nuestras miserias presentes repetís el consejo que el Divino Maestro daba frecuentemente durante su vida mortal: “¡Confianza, confianza!”.
Con estas inspiradas palabras el padre Thomas de Saint Laurent comienza su célebre Libro de la Confianza. Con esas mismas palabras he querido dar inicio a esta modesta columna al cumplirse veinte años de la aparición de nuestra revista Tesoros de la Fe.
Son 240 números que contienen cientos de artículos en miles de páginas, una verdadera enciclopedia católica que actualmente está conformada por siete gruesos volúmenes.
Aunque concebida especialmente para la formación cultural y religiosa de las familias, la revista forma parte también de numerosas bibliotecas públicas y privadas, circula en ambientes universitarios, seminarios y conventos.
Cosa singular. En el transcurso del tiempo ha surgido entre los jóvenes una generación que podríamos denominar: generación Tesoros de la Fe. Conformada por quienes desde muy niños han bebido de esta fuente y que gracias al auxilio divino cada día adhieren con más fuerza al pensamiento católico. De brotes de fe como estos nacerá la civilización cristiana del mañana.
Inspirados, pues, en el luminoso lema que nos legó el profesor Plinio Corrêa de Oliveira: “Si amamos a Dios sobre todas las cosas, inmolémonos por Él. Si amamos al prójimo como a nosotros mismos, démosle la Fe, nuestro mayor Tesoro”, bajo el maternal amparo de la Santísima Virgen y con el apoyo inestimable de los miembros de la Alianza de Fátima, continuemos trabando el buen combate del apostolado de la buena prensa, con una confianza inconmovible en la promesa mariana de Fátima: “Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”.
En Jesús y María,
El Director
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino