Habiendo comenzado la salvación del mundo por el avemaría, a esta oración está vinculada también la salvación de cada uno en particular; que esta oración hizo que la tierra seca y estéril produjese el fruto de la vida, y que, por tanto, esta oración, bien rezada, hará germinar en nuestras almas la Palabra de Dios y producir el fruto de vida, Jesucristo; que el avemaría es un rocío celestial que riega la tierra, es decir, el alma, para hacerle producir fruto en tiempo oportuno, y que un alma que no es regada por esta oración celestial no produce fruto, sino malezas y espinas. El avemaría es el más perfecto cumplido que pueden dirigir a María. Es, en efecto, el saludo que el Altísimo le envió, por medio de un arcángel, para conquistar su corazón, y fue tan poderoso —dados sus secretos encantos— sobre el corazón de María, que, no obstante su profunda humildad, Ella dio su consentimiento a la encarnación del Verbo. Con este saludo debidamente recitado, también ustedes conquistarán infaliblemente su corazón. El avemaría bien dicha, o sea, con atención, devoción y modestia, es —según los santos— el enemigo del diablo, a quien hace huir, y el martillo que lo aplasta. Es la santificación del alma, la alegría de los ángeles, la melodía de los predestinados, el cántico del Nuevo Testamento, el gozo de la Santísima Virgen y la gloria de la Santísima Trinidad. El avemaría es un rocío celestial que hace fecunda al alma, es un casto y amoroso beso que damos a María, es una rosa encarnada que le presentamos, es una perla preciosa que le ofrecemos, es una copa de ambrosía y néctar divino que le damos.
San Luis María Grignion de Montfort, Tratado de la Verdadera Devoción, n.º 249-253, El Perú necesita de Fátima, Lima, 2025
|
Santuario universal por las almas del Purgatorio |
|
El amor materno, sublimidad del género humano En el orden personal, la Providencia dispuso una afinidad y una amistad de convivencia que, salvo excepciones, es mayor que todas las demás: entre madre e hijo... |
|
El primer deber de caridad es corregir a los que yerran Refiriéndose a la falsa idea de amor al prójimo esparcida por los propagadores de la herejía modernista, enseña el Papa San Pío X... |
|
La Iglesia no puede renunciar al deber de juzgar Las materias más graves de la legislación, del comercio, de las finanzas, de la administración, de la diplomacia se tratan y se resuelven casi siempre sin que la Iglesia articule la menor observación…... |
|
El viejo y el nuevo espíritu de la hospitalidad La hospitalidad es tan antigua como la propia humanidad. Desde que el hombre empezó a viajar por la Tierra ha necesitado un lugar donde alojarse... |
|
Santa Eustoquia, Virgen Eustoquia nació en Roma el año 368, siendo la tercera de las cuatro hijas del senador romano Toxocio y de su esposa Paula... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino