Verdades Olvidadas No puede tener a Dios por Padre, quien no tenga a la Iglesia por Madre

Perfectamente conocéis los innumerables y en verdad funestísimos daños que redundan en la sociedad cristiana y civil del pestífero error del indiferentismo. De aquí proviene el abandono casi total de las obligaciones para con Dios en quien “vivimos, nos movemos y existimos” (Hch 17, 28), de aquí el que se posponga casi enteramente la religión, de aquí que estén removidos y casi del todo derruidos los fundamentos de todo derecho, justicia y virtud.

De esta torpísima forma de indiferentismo no dista mucho aquel sistema salido de las tinieblas, de la indiferencia acerca de las religiones, por el que los hombres ajenos a la verdad y adversarios de la verdadera confesión, olvidados de su salvación, enseñando cosas contrarias entre sí y no teniendo nunca una sentencia firme, no admiten ninguna diferencia entre las diversas profesiones de fe y hacen la paz indistintamente con todos y pretenden que a todos, cualquiera sea su religión, les está abierto el puerto de la vida eterna. Nada les importa aunque entre ellos discrepen, con tal que se conspire a impugnar la única verdad.

Bien veis, amados hijos nuestros y venerables hermanos, cuánta vigilancia tenéis que emplear para que el contagio de tan cruel peste no inficione y pierda vuestras ovejas. Por tanto no dejéis de defender con solicitud a los pueblos a vosotros encomendados contra estos perniciosísimos errores y de imbuirlos cuidadosamente y cada día más en la verdad católica y enseñarles que como es uno Dios Padre, uno su Cristo, uno el Espíritu Santo, así es una la verdad divinamente revelada, una la fe divina, comienzo de la humana salvación y fundamento de toda justificación por la que vive el justo y sin la cual es imposible agradar a Dios y llegar al consorcio sus hijos.

Una es también, la verdadera, Santa, Católica, Apostólica, Romana Iglesia, y una la cátedra fundada sobre Pedro por la palabra del Señor, fuera de la cual no se encuentra ni verdadera fe ni la eterna salvación, como quiera que no puede tener a Dios por Padre, quien no tenga a la Iglesia por Madre.

 

S.S. Pío IX, encíclica Singulari Quidem, 17 de marzo de 1856 apud https://www.mercaba.org/PIO%20IX/singulari_quidem.htm.

Palabras del Director El arrogante “decreto de Navidad” de Maduro
El arrogante “decreto de Navidad” de Maduro
Palabras del Director



Tesoros de la Fe N°275 noviembre 2024


Fin del pensamiento e igualdad con los animales
Palabras del Director No puede tener a Dios por Padre, quien no tenga a la Iglesia por Madre El arrogante “decreto de Navidad” de Maduro Importancia de cultivar la lectura en niños y adolescentes Fin del pensamiento e igualdad entre hombres y animales Santa Maria in Via Dos circunstancias en que debemos hablar familiarmente con Dios San Leonardo de Puerto Mauricio Instituciones altamente aristocráticas Conversión del duque de Gandía



 Artículos relacionados
¡Vade retro Satanás! Un enemigo que nos vigila continuamente. Que como un chacal, ronda a sus víctimas al acecho del momento para devorarlas...

Leer artículo

El Cruzado El primer aspecto que llama la atención en la escultura del hombre que figura en esta página es la forma en que está de pie. Tal escultura bien podría representar al cruzado en el apogeo de la Edad Media...

Leer artículo

¿Jesucristo podría haber tenido una vida humana? Tengo amigos que no comprenden cómo Jesucristo, siendo Dios, podía tener una vida verdaderamente humana, y por eso yo quisiera saber cómo eran la Persona y la vida humana de Nuestro Señor Jesucristo. En otros términos, cómo era posible que Nuestro Señor sintiera dolores físicos o aflicciones morales, si al mismo tiempo, siendo Dios, vivía en la absoluta felicidad de la Santísima Trinidad. Y también si, por ejemplo, Él podía contraer alguna enfermedad, resfriarse, etc...

Leer artículo

Tradición no es apego al pasado, sino camino y avance Las cosas terrenas corren como un río por el lecho del tiempo; el pasado cede necesariamente su puesto y el camino a lo por venir, y el presente no es sino un instante fugaz que une a ambos...

Leer artículo

El cardenal Mindszenty En esta fotografía [a la izquierda] el cardenal Mindszenty * aparece en sus días de gloria, con la pompa del cardenalato y el principado, revestido con un manto de armiño, llevando el solideo y un hermoso anillo...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×