Nuevos y espantosos pasos de la Revolución anticristiana Juan Antonio Montes El gusto y la capacidad de pensar hasta ahora fueron característicos de todas las culturas y civilizaciones. Ese deseo de pensar y la valoración del raciocinio humano está siendo puesto en jaque por una nueva corriente de filósofos, académicos y pensadores que está encontrando eco en los medios de comunicación y —paradójicamente— en centros de pensamiento de izquierda. Ya desde la Antigüedad, el desarrollo sistemático del pensamiento comenzó con los griegos, cuestionándose sobre las causas de los fenómenos que observaban. Posteriormente, en la Edad Media, santo Tomás que Aquino y la escuela escolástica, apoyándose en las reglas de Aristóteles, dieron respuesta a las verdades teológicas que habían quedado sin explicación para los filósofos griegos. Así nacieron las universidades que se difundieron por las principales capitales de Europa Occidental y que contribuyeron a difundir el pensamiento por toda la sociedad de esos países. El pensamiento toma distancia de las verdades de la fe La encíclica Fides et Ratio, del Papa Juan Pablo II, que demuestra la necesaria armonía entre la verdad de la razón y la verdad que nos fue revelada, destaca el papel de santo Tomás de Aquino como maestro formador de la escolástica: “Un puesto singular en este largo camino [del pensamiento] corresponde a santo Tomás […]. En una época en la que los pensadores cristianos descubrieron los tesoros de la filosofía antigua, y más concretamente aristotélica, tuvo el gran mérito de destacar la armonía que existe entre la razón y la fe. Argumentaba que la luz de la razón y la luz de la fe proceden ambas de Dios; por tanto, no pueden contradecirse entre sí”.1 Esta indispensable armonía entre las verdades de la fe y de la razón fue rota con el proceso revolucionario, descrito por Plinio Corrêa de Oliveira en su ensayo Revolución y Contra Revolución. Con la creciente influencia del Humanismo y del Protestantismo, el pensamiento humano, comenzó a apartarse de la búsqueda de las verdades de la fe, relativizando la teología y centrando sus preocupaciones solo en las cuestiones meramente humanas. De este modo, las elucubraciones de la filosofía renacentista dieron lugar más tarde al cartesianismo, que puso en duda todo lo que no fuera objeto del conocimiento empírico.2
Relativización del pensamiento tomista Un error atrae a otro. Así se pasó por el Iluminismo, previo a la Revolución Francesa, que exaltó el pensamiento en detrimento de la fe, difundiendo un espíritu de “deísmo” generalizado en las clases cultas del Antiguo Régimen. Más tarde, se llegó al Positivismo del siglo XIX, en donde el hombre terminó de expulsar todas las verdades que no fueran las meramente mecánicas y comprobables científicamente. Los grandes descubrimientos científicos de inicios del siglo XX confirmaron la falsa impresión de que se había alcanzado definitivamente una vida fácil y que ella sería accesible a todo el mundo. La institución del Premio Nobel en 1900 y la fama internacional de las Exposiciones Internacionales llevaron al mundo científico a su apogeo de prestigio, diseminando en el conjunto de la sociedad la idea de un progreso indefinido. Sin embargo, ya a mediados del mismo siglo, un movimiento de pensadores comenzó a cuestionar los presupuestos del pensamiento y de los propios frutos alcanzados. Tal cuestionamiento estalló de modo violento por ocasión de la revolución estudiantil de la Sorbona en 1968. Curiosa paradoja, en la misma universidad por cuyos pasillos pasaron santo Tomás de Aquino y otras lumbreras del pensamiento escolástico se escuchó, por primera vez en la historia de Occidente, una censura a la capacidad de pensamiento del hombre. Sus consignas promovían la imaginación y la extinción del pensamiento: “Gocen sin límites”; “La imaginación al poder”; “Sé realista, exige lo imposible”; “Es necesario explorar sistemáticamente el azar”; “Prohibido prohibir. La libertad comienza por una prohibición”, fueron algunos de sus principales eslóganes. Desvanecimiento de las características de ser racional y espiritual El profesor Plinio Corrêa de Oliveira, en los mismos días en que se desarrollaban esos acontecimientos, declaró: “Es un impulso universal que sacude a toda la juventud […]. La característica singular es que constituye un puro impulso, no hay otra cosa más que un impulso. Es, entonces, una era histórica nueva. Es el hombre que renuncia a la razón, que renuncia a la ascensión y espera de un instinto el orden de las cosas futuras”.3 Su previsión se confirmó por entero. A partir de ahí, esa revolución —pese a ser reprimida por las fuerzas del orden y encontrarse con la oposición de un millón de franceses— no hizo sino crecer, debilitando el gusto por el pensamiento y los actos de la voluntad, dejando a las emociones dirigir la mentalidad de todas las generaciones que le siguieron. Así como las tres revoluciones anteriores (protestante, francesa y comunista), atacaron a las élites y cabezas de la sociedad que encontraron delante, así también esta IV Revolución encontró a otro “rey” para decapitar. Ese rey es el hombre con sus características de ser racional y espiritual.4 Su realeza le fue conferida por Dios mismo en el comienzo de la creación, cuando le mandó gobernar todo lo creado y dominar a todos los animales.5 Correspondía, entonces, a esta IV Revolución rebajar lo más posible las características espirituales y racionales que le confieren al hombre su superioridad, para igualarlo a los animales y a todos los demás seres vivos. Veremos cómo ella se está comportando. El animalismo versus lo humano Por medio de mecanismos de propaganda se comenzó a fomentar las tendencias que valorizaban los sentimientos, las emociones primarias y la espontaneidad, en detrimento del pensamiento y de los aspectos lógicos de las personas. Tal propaganda, sumada a los recursos de la tecnología, fueron provocando un desinterés creciente por los atributos del pensamiento, de la memorización y del estudio sistemático, frutos del esfuerzo individual y del ascetismo. Paulo VI describió a la primera generación que fue deformada por estos instrumentos, como “generación de la imagen”. El psiquiatra español Dr. Blasco-Fontecilla, se refirió a esta operación de intentar acabar con el pensamiento abstractivo, como una operación “deliberada de imbecilización del ser humano” y denunció que ella se efectuaba a través de los medios de comunicación, en especial de la televisión, para transformar al homo sapiens, heredero de la cultura escrita, por el homo videns para el cual la palabra ha sido destronada por la imagen.6 En efecto, si el hombre está perdiendo su capacidad de raciocinio, obviamente que pari passu también va perdiendo su diferencia con el animal irracional. Como resultado de esta nivelación entre lo que los animalistas llaman de ANH (animal no humano) y AH (animal humano), fue creciendo la corriente de aquellos que sostienen que ambos tipos de especies poseen la misma dignidad y los mismos derechos.
Esta tendencia a equiparar lo humano con lo animal fue siendo incentivada no tanto como una doctrina teórica sino como un sentimiento psicológico de compasión. Ello ha suscitado la constitución de “colectivos antiespecistas autogestionados”, que han conseguido acabar con los zoológicos, considerados por ellos como “cárceles”.7 Mientras que en Alemania, una de las naciones más “razonantes” de Occidente, los derechos de los animales fueron introducidos en su Constitución,8 en Chile se propuso la misma cláusula para un proyecto de reforma constitucional.9 Haciendo eco a esta corriente, el importante banco BBVA otorgó el año pasado al filósofo animalista Peter Singer el premio Fronteras del Conocimiento, por su contribución al “progreso moral” y por haber marcado “un punto de inflexión al entender y fundamentar la ética aplicándola al dominio de los animales, con notables consecuencias para la legislación internacional sobre el bienestar animal”.10 Al globalizarse esta tendencia, el Ministerio de Agricultura de Chile emitió una definición de salud animal que en nada se diferencia con la de salud humana: “El término ‘bienestar animal’ designa el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere. Un animal experimenta un buen bienestar [sic] si está sano, cómodo, bien alimentado, en seguridad, y si no padece sensaciones desagradables como dolor, miedo o desasosiego y es capaz de expresar comportamientos importantes para su estado de bienestar físico y mental”.11 Sobre este propósito de querer equipar lo animal con lo humano, el periodista Julio Llorente escribió: “Tras algunos años de atenta observación he concluido que los animalistas no defienden tanto que a los animales se les trate igual que a los hombres como que a los hombres se les trate igual que a los animales. Es una redención a la inversa, una igualación a la baja, similar a la que promueve el sistema educativo español”.12 De este modo, la “realeza” del hombre y su supremacía ontológica sobre los demás seres vivos del planeta está siendo cada vez más puesta en tela de juicio por esta IV Revolución. Ecologismo radical y ciencia A lo anterior se agregan otras corrientes ideológicas revolucionarias que hacen parte de la misma fuerza para degradar la “realeza” humana. Las alarmas no comprobadas de fin del mundo como efecto del calentamiento global y otras psicosis ambientales, generalizaron la impresión de que el hombre es el gran causante de estos perjuicios. A partir de ahí, y como consecuencia lógica, se expande la idea de que mientras menos el hombre intervenga en los procesos espontáneos de la naturaleza, el futuro estará mejor asegurado para las nuevas generaciones. Es lo que se llama la teoría del decrecimiento, sostenida especialmente por partidos verdes de Europa y los adeptos de la ecología profunda.13 Como los estudios científicos generalmente buscan obtener el mejor aprovechamiento de los recursos naturales en beneficio del bienestar humano, ellos caen en el área de acciones “sospechosas” por parte de los ambientalistas radicales. Para ellos, lo mejor sería que el hombre no se preocupara con el futuro, sino que viviera el día a día, preocupado solo de su subsistencia inmediata. Ahora, una de las diferencias primordiales entre el hombre y el animal es la capacidad de prever del primero, frente a la falta de previsión del animal. Reducir al hombre al mismo sistema de imprevisibilidad propio del animal es intentar eliminar una de las diferencias características entre una y otra especie. Feminismo radical
Una vez que la IV Revolución trata de reducir el pensamiento a su mínima expresión, se entiende que ella pretenda exaltar la emoción en todos los aspectos de la vida en sociedad, promoviendo el rol de lo femenino y “desconstruyendo” al hombre como ser primordialmente pensante. Uno de los motivos por los cuales las corrientes feministas radicales han encontrado una importante audiencia en Occidente se debe al hecho de que, por su naturaleza femenina, las mujeres representan una psicología más emocional, en el sentido práctico de la palabra. No nos extendemos sobre el particular pues es una cuestión ampliamente estudiada, en especial por lo que se conoce como “ideología de genero”. “El conocimiento posthumano” Para la última generación del feminismo radical, ya no se trata tanto de exacerbar las diferencias entre hombres y mujeres, menospreciando lo masculino y priorizando lo femenino. Los promotores de lo que ha sido llamado el “posthumanismo” han dejado atrás esa discusión y se centran actualmente en un nuevo modo de entender lo que, hasta ahora, llamábamos humanidad. La corriente “posthumanista” pretende incorporar a todos los seres vivos en una especie de simbiosis “nómade” y mutable, donde las diferencias, más que entrar en lucha, de suman y se diluyen, dando lugar a un ser híbrido, donde se juntan sus componentes orgánico, técnico, animal y vegetal, en permanente evolución. Sus teóricos son una vasta gama de “pensadores” y sus obras se difunden en universidades del mundo entero. Entre los principales exponentes de esta corriente se encuentran feministas, como Rosi Braidotti, quien afirma: “El conocimiento posthumano nos brinda un proyecto afirmativo y enérgico para afrontar nuestra nueva naturaleza, híbrida, tecnológica y posthumana y sienta las bases para una investigación en ciencias humanísticas a la altura de los desafíos contemporáneos”.14
Braidotti, que es además académica y conferencista en distintas universidades y autora de varios libros, considera que: “lo humano nunca fue una categoría neutral, sino que siempre estuvo vinculado al poder y al privilegio. Por ello, ir más allá de los viejos esquemas con que el Hombre se definió a sí mismo se torna hoy no solo una necesidad, sino también una exigencia ética. El conocimiento posthumano es, ante todo, un llamado crítico: el proyecto de reconfigurar los saberes y la experiencia, derrocar el antropocentrismo y analizar críticamente la lógica discriminatoria del humanismo”.15 El espacio de este artículo no permite hacer un elenco de todas las tesis “posthumanistas”, pero lo que en resumen ellas buscan es acabar con la última “realeza” existente: la del hombre creado a “imagen y semejanza” de Dios. Otro exponente de esta corriente posthumanista, el profesor Fernando Hernández, de la Universidad de Barcelona, coincide con Braidotti: “El Posthumanismo crítico desafía el antropocentrismo en el corazón del pensamiento occidental. Cuestiona la centralidad humana y los discursos que rodean la idea de un observador ubicado fuera de la naturaleza y de la sociedad. […] La naturaleza y la cultura están imbricadas, hacerlo evidente permite romper con este y otros dualismos que determinan nuestros modos de relación con la naturaleza, los otros y nosotros mismos”.16 Estos nuevos Robespierres del pensamiento y de la supremacía humana pretenden derribar la última desigualdad establecida por Dios en la Creación, acabar con todas las potencias del espíritu y sumirnos en una especie de magma panteísta. El demonio nunca da lo que promete Las promesas del espíritu infernal nunca son cumplidas. En las postrimerías de la época medieval, el demonio prometió al hombre “ser como Dios” si abandonaba el espíritu religioso. Al morder el anzuelo, la sociedad excristiana se alejó de la “casa paterna”. En el momento en que el hombre es rebajado de la condición de rey de la Creación, suena el llamado de la gracia, de modo similar a lo que oyó el “hijo pródigo” cuando comía las bellotas de los puercos.17
La alternativa para el hombre de hoy es volver a la “casa paterna” del orden cristiano íntegro y reconciliarse con aquello que torpemente abandonó. Aunque no es fácil abandonar lo que se adoró durante tantos siglos, sin embargo, existe en este momento histórico un llamado especial de la gracia. Fallecido en 1995, Plinio Corrêa de Oliveira no llegó a conocer los últimos lances de este posthumanismo. Sin embargo, previó sus peores consecuencias y señaló la salida para no caer en esa tentación despersonalizante. En una conversación con algunos miembros de Tradición Familia Propiedad (TFP), señaló que el único modo de escapar de esta enorme mentira de la Revolución era pidiendo a la Madre de Dios gracias de orden místico. “Esta pérdida del sabor de la vida, tiene una relación muy estrecha con lo que yo decía sobre las gracias místicas […], y que es el antídoto contra eso. Es el único antídoto. No somos conscientes de ello porque, como somos católicos, estos favores místicos vienen sin que nos demos cuenta, pero ayudan a enfrentar la vida. Inmensamente”.18 Recurramos entonces con plena confianza a la Santísima Virgen Rosa Mística, para que nos obtenga de su Divino Hijo, la gracia de ver su belleza, de sentir su perfume y de ser arrastrados por sus sublimes encantos: Trahe nos Virgo Immaculata, post te curremus in odorem unguentorum tuorum (“Atráenos, Virgen Inmaculada; correremos tras tus pasos, al olor de tus perfumes”).
Notas.-
1. S.S. Juan Pablo II, Fides et Ratio, carta encíclica a los obispos de la Iglesia Católica sobre las relaciones entre la fe y la razón, 14-09-1998, in https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091998_fides-et-ratio.html.
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Fin del pensamiento e igualdad con los animales |
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