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San Alfonso María de Ligorio, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia.
Fundó la Congregación del Santísimo Redentor, dedicada a la predicación de misiones populares. |
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Nuestra Señora de los Ángeles.
En esta fecha la orden franciscana conmemora la dedicación de la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en Asís, Italia. Por eso extiende a los templos franciscanos de todo el mundo, el conocido "Perdón de Asís" o "Indulgencia de la Porciúncula". San Francisco de Asís, ante una manifestación que recibió de Jesús y María Santísima (1216), solicitó la gracia de la Indulgencia plenaria para los fieles que acudían a dicho templo. El pontífice Honorio III aprobó esta devoción a fin de que quienes, confesados y arrepentidos de sus faltas, hicieran una devota visita a Nuestra Señora logrando la remisión de sus culpas. Tan especial gracia -que es recomendable aprovechar-, continúa vigente de acuerdo con el decreto de Juan Pablo II (1988) |
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San Eusebio de Vercelli, Obispo y Confesor.
Así como su contemporáneo San Agustín, adoptó la costumbre de vivir en comunidad con sus sacerdotes y colaboradores próximos. Fue exiliado por el Emperador Constancio por no querer aceptar la herejía arriana, sólo volvió a su diócesis después de la muerte del potentado. |
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San Pedro Julián Eymard, Confesor
Fundador del Instituto del Santísimo Sacramento para la adoración perpetua, sus últimos años fueron repletos de sufrimientos. Decía a Nuestro Señor: “Heme aquí, Señor, en el Huerto de los Olivos; humilladme, despojadme, dadme la cruz, con tal de que me deis también vuestro amor y vuestra gracia”. |
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Santa Lidia
Pagana, se dedicaba al comercio en Filipos, cuando fue convertida por San Pablo. |
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San Juan María Vianney, Confesor.
Su fama de predicador y confesor atraía gente de todas partes de Francia. San Pío X lo nombró patrono de todos los párrocos y pastores de almas. |
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Dedicación de la Basílica de Nuestra Señora de las Nieves, en Roma
Según la tradición, cayó nieve en pleno estío delimitando el lugar donde debería ser edificada esa iglesia. Es la mayor basílica mariana de Roma, por eso conocida como Santa María la Mayor. En ella se guarda la reliquia del pesebre en que nació el Salvador. |
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Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo.
Esta fiesta, recordando la glorificación de Cristo en el Tabor, fue instituida por Calixto III en 1456 para conmemorar la victoria de los cristianos sobre Mohamed III, conquistador de Constantinopla y terrible enemigo de los cristianos. |
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San Sixto II, Papa y Compañeros, Mártires
El perverso emperador Valeriano estableció la pena de muerte en el imperio romano – “sin juzgamiento, sólo con la verificación de la identidad” – contra obispos, padres y diáconos cristianos. Sixto II fue ejecutado en la Vía Apia, en el mismo lugar donde celebraba clandestinamente los Santos Misterios. Con el Pontífice fueron martirizados seis diáconos que lo asistían. |
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San Alberto de Trapani, Confesor
Carmelita, la eficacia de su predicación y el poder de los milagros obtuvieron innumerables conversiones, especialmente entre los judíos. Provincial de Mesina, abasteció milagrosamente la ciudad de alimentos durante el cerco de las tropas del Duque de Calabria. |
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Santo Domingo de Guzmán, Confesor.
Canónigo de Osma, en España, oriundo de noble familia, al dirigirse en peregrinación a Roma vió el estrago que la herejía albigense hacía en el sur de Francia. Ahí quedó para predicar y defender la verdad, fundando la Orden de los Predicadores. |
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Catorce Santos Auxiliares
Esos santos son así denominados por la eficacia de su intercesión en los siguientes casos: San Jorge (contra las dolencias de la piel y para conseguir la curación de los animales domésticos); San Blas (garganta); San Erasmo (enfermedades intestinales); San Pantaleón (invocado por los médicos, contra la tuberculosis); San Vito (epilepsia, corea o danza de San Vito); San Cristóbal (huracanes, pestes, viajes); San Dionisio (posesiones diabólicas); San Ciriaco (invocado contra la tentación a la hora de la muerte, dolencias de ojos y posesiones); San Acacio (dolores de cabeza); San Eustaquio (invocado contra las disputas familiares, para no caer en el infierno); San Gil o Egidio (pánico, locura, miedos nocturnos, para realizar una buena confesión); Santa Margarita de Antioquía (contra los males de riñones y durante el parto); Santa Bárbara (para librarnos de la tormenta eléctrica y muerte repentina) y Santa Catalina de Alejandría (invocada por estudiantes, oradores, abogados y contra los problemas de la lengua) |
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San Oswaldo de Nortumbria, Confesor
Huyendo hacia Escocia cuando su padre fue derrotado y muerto, se convirtió al cristianismo. Con ayuda celestial, derrotó a los reyes de Mercia y de Gales, reconquistando el reino de Nortumbria, del cual se tornó rey. |
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Santos Juliano, Mariano y Compañeros, Mártires
Esos 10 eclesiásticos, por haber defendido el culto de las imágenes, sufrieron “innumerables tormentos y fueron muertos por la espada” (del Martirologio). |
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San Juan de Alvernia, Confesor.
Movido desde la infancia por la Pasión de Cristo, este franciscano tuvo una existencia de enorme penitencia. Mandado para Alvernia, donde San Francisco había recibido los estigmas, predicaba a los peregrinos que allá acudían. A veces, el proprio Poverello le aparecía para moderarle las mortificaciones, y los Ángeles le hacían compañía. |
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San Lorenzo Diácono, Mártir.
Español de origen, fue el primero de los Siete Diáconos de Roma. El Papa San Sixto II le confió la administración de los bienes de la Iglesia. Negándose a entregar al prefecto de la ciudad esos bienes después del martirio de aquel Papa, fue cruelmente asado a fuego lento en una parrilla. Es uno de los más famosos mártires de la Ciudad Eterna, que le dedicó varias iglesias. |
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San Deodato, Confesor
Era zapatero. “Según San Gregorio Magno, él distribuía durante el sábado todo cuanto había ganado en la semana precedente” (del Martirologio). |
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San Hugo de Montagú, Confesor
Monje de Cluny, fue electo Abad de San Germano de Auxerre, y después obispo de esa ciudad. Notable por su celo y fe, favoreció la naciente Orden del Císter. |
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San Alejandro el Carbonero, Obispo y Mártir
Vacando la Sede de Comona, en Asia Menor, por burla alguien sugirió para sucesor al carbonero local. San Gregorio el Taumaturgo, tomó el asunto en serio, pues percibió en el santo una grande alma, bajo apariencia humilde. Alejandro era filósofo y ejercía aquella función por humildad. Gobernó su diócesis con sabiduría y prudencia, recibiendo la corona del martirio bajo el emperador Decio. |
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Santa Clara de Asís, Virgen
Digna émula de su coterráneo y contemporáneo San Francisco de Asís, fundó la orden segunda de los franciscanos, conocida por su nombre — las Clarisas —, dedicada a la contemplación y al cultivo de la más estricta pobreza. |
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Santa Hilaria y Compañeras, Mártires.
Madre de Santa Afra, después del martirio de la hija, fue sorprendida por paganos cuando rezaba en su sepultura. Estos prendieron fuego a sus vestidos, muriendo ella por la fe de Cristo con tres criadas: Digna, Euprebia y Eunonia. |
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San Euplusio, Mártir
Este intrépido cristiano, movido por una gracia particular, se presentó a la entrada del tribunal de la ciudad y lanzó un desafío: “Deseo morir, porque soy cristiano”. Después de diversas torturas, fue decapitado. |
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San Juan Berchmans, Confesor.
Novicio jesuita, fallecido a los 22 años, había llegado a las cumbres de la perfección por su pureza, mortificación y entrañable devoción a Nuestra Señora. |
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Santa Radegunda, Reyna y Viuda
Esposa de Clotario I, rey de los francos, por su virtud ejerció gran influencia en la corte. Se retiró después a un monasterio que fundó en Poitiers. |
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San Maximiliano María Kolbe, Mártir
Ya a los 23 años, este franciscano, para preservar a la juventud de la avalancha revolucionaria, fundó la asociación Milicia de la Inmaculada. Hizo lo mismo en Japón, incentivado por Pio XI. Volviendo a Polonia, continuó su trabajo de promoción de la buena prensa, por lo que fue tomado prisionero por los nazis. Se ofreció para sustituir a uno de los condenados a morir de hambre no solo por tener éste familia, sino principalmente para poder asistir hasta el final a los otros nueve prisioneros. |
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Santa Anastacia, Abadesa
Por dos veces tuvo que casarse contra su voluntad. Pero el segundo marido, con el cual se dedicaba a las buenas obras, resolvió hacerse monje. Ella fundó, en el desierto de Timia, un monasterio que gobernó hasta su muerte. |
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Asunción de Nuestra Señora a los Cielos
Fiesta mariana de muy antigua tradición, la Asunción de la Madre de Dios fue solemnemente proclamada como dogma por Pío XII, en 1950. |
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San Esteban, Rey y Confesor
Duque de Hungría, convertido en la adolescencia por San Adalberto de Praga, se tornó el verdadero apóstol de su pueblo, llevándolo a la Fe de Jesucristo. Recibió por eso la corona real de las manos del Papa Silvestre II. |
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San Roque, Confesor
Habiendo perdido a los padres a los 20 años, partió en peregrinación para Roma, pasando por los lugares afectados por la peste, para tratar de los enfermos. Volviendo a su ciudad natal, fue tomado como revoltoso y llevado a prisión, donde murió en la miseria al cabo de cinco años. |
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San Jacinto, Confesor
Nació cerca de Cracovia, siendo recibido en la Orden dominica por el proprio Santo Domingo. Predicó mucho en su tierra y en los países bálticos. Convocó una cruzada contra los prusianos en 1228. San Jacinto es patrono principal de su país. |
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Santa Clara de Montefalco, virgen
Entró a los siete años de edad en el convento de la Santa Cruz, donde era superiora su hermana, y luego demostró tanto fervor cuanto las mejores novicias. De elevadísimo grado de recogimiento, fue agraciada por innumerables apariciones de Nuestro Señor y de la Virgen Santísima. Falleciendo su hermana, fue electa por unanimidad para sustituirla, hasta su muerte ocurrida a los 33 años de edad. |
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San Agapito, Mártir
Con apenas 15 años, pero ya lleno de amor a Dios, fue duramente flagelado con nervios de buey, después entregado a los leones, que no lo tocaron. Finalmente tuvo la cabeza cortada. |
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Santa Elena, Viuda
Madre de Constantino, Emperador romano que, una vez convertido, consolidó el triunfo de la Iglesia sobre el mundo pagano. A Santa Elena se le atribuye el hallazgo de la verdadera Cruz de Cristo. |
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Santos Florencio y Lauro, Mártires
Eran hermanos y talladores de piedra. Cuando terminaron de edificar un templo pagano, fueron convertidos juntamente con los propietarios de aquel, Próculo y Máximo, que los precedieron en el martirio. |
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San Juan Eudes, Confesor
De él dijo San Pío X: “Ardiendo con un amor extraordinario a los Sagrados Corazones de Jesús y María, fue el primero en pensar, y no sin inspiración divina, en tributarles un culto litúrgico. De ese culto tan dulce, debe considerársele como Padre, Doctor y Apóstol”. Fundó el Instituto de Jesús y María (Eudistas) y las Hijas de Nuestra Señora de la Caridad. |
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San Bernardo, Abad y Doctor de la Iglesia
El monje más ilustre de su siglo. Fundó la Orden Cisterciense, fue consejero de Papas y príncipes, predicó la Segunda Cruzada, combatió a los herejes. Devotísimo de Nuestra Señora, es llamado Doctor Melifluo y considerado el último de los Padres de la Iglesia latina. |
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San Pío X, Papa y Confesor
El lema de su pontificado era Restaurar todo en Cristo. Fue el gran Papa de la Eucaristía, del Catecismo, del Derecho canónico y del canto gregoriano y, sobre todo, el gran batallador contra los errores de la herejía modernista, antecesora del actual progresismo. |
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San Privato, Obispo y Mártir
Fue aprisionado durante la invasión de los alamanos. Al intentar convencerlo para que los ayudase a entrar en un castillo fuerte donde estaban sus diocesanos, se negó, así como a ofrecer sacrificios a los ídolos. Murió en virtud de los malos tratos. |
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Nuestra Señora Reyna
Fiesta anteriormente celebrada el 31 de mayo. En este día, se celebraba la fiesta del Inmaculado Corazón de María, actualmente conmemorado el sábado inmediatamente después de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. |
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San Zaqueo, Obispo de Jerusalén
Es venerado como santo en toda la cristiandad. Fue el cuarto obispo de Jerusalén desde Santiago el Apóstol, sucediendo a Justo I de Jerusalén en 111. Muerto en 116, fue sucedido por Tobías. Es nombrado por Eusebio de Cesarea (265-340) como obispo de Cesareia Palestina e historiador del origen de la Iglesia que, en su Historia Eclesiástica, enumera los nombres de los primeros obispos de Jerusalén, citando a Santiago el Apóstol, Simeón, Justo y Zaqueo. Es citado también por varios hagiógrafos, incluyendo César Baronio en el siglo XVI. |
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San Bartolomé Apóstol, Mártir
Según autores antiguos, su verdadero nombre sería Natanael, de quien Jesús dijo: "He aquí un verdadero israelita en el cual no hay dolo". Llevó el Evangelio a varios países, inclusive a Persia, India, Arabia y Armenia, donde habría sido desollado vivo. |
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San Luis IX Rey de Francia, Confesor
Fue modelo de estadista y de administrador cristiano. Emprendió con gran fervor las dos últimas cruzadas, muriendo de peste en la segunda. Devotísimo de la Sagrada Pasión, hizo construir la famosa Saint Chapelle, relicario de piedra y vitrales, para abrigar la corona de espinas del Salvador. |
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Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, Virgen
Nacida en la región de Cataluña, de una familia de agricultores, se consagró inicialmente a la enseñanza; depués fundó el Instituto de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados (del Martirologio Romano - Monástico), que luego se esparció por toda España y también para el exterior. |
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Santa Micaela del Santísimo Sacramento, Virgen
Se dedicó enteramente a las obras de misericordia. Entre estas, fundó varias casas para pecadoras arrepentidas, la Congregación de las Señoras Adoratrices y Esclavas del Santísimo y de la Caridad. Murió de cólera, al socorrer a los infectados. |
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Santa Mónica, Viuda
Sus oraciones obtuvieron la conversión del marido y, después, del hijo, Agustín, destinado a ser una de las mayores luminarias de la Iglesia. |
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San Agustín, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia
De él dijo León XIII: "Es un genio vigoroso que, dominando todas las ciencias humanas y divinas, combatió todos los errores de su tiempo". Murió cuando los vándalos ponían cerco a su Sede episcopal, la ciudad de Hipona, al norte de África. |
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Degollación de San Juan Bautista
Conforme narra el Evangelio, la santa intransigencia del Precursor en condenar la vida pecaminosa de Herodes, hizo con que éste lo mandase degollar, cediendo a las maquinaciones de su concubina. |
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Santa Rosa de Lima, Patrona de América Latina
A los cinco años hizo voto de virgindad, viviendo entre extraordinarias penitencias y mortificaciones, persecuciones diabólicas y comunicaciones divinas. Tenía frecuentes coloquios con su ángel de la guarda y con la Madre de Dios, y fue la primera santa elevada a la honra de los altares en el Nuevo Continente. |
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San Paulino de Tréveris, Obispo y Confesor
Defensor de la fe en el Concilio de Nicea y gran partidario de San Atanasio, fue por eso exiliado por el emperador arriano Constancio al Asia Menor, donde murió entre los no católicos, víctima de sufrimientos y fatigas. |
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San Ramón Nonato, Confesor
De la Orden de la Merced, rescató millares de cristianos cautivos de los musulmanes en el norte de África, permaneciendo varias veces como rehén, en cuanto se obtenía el monto. Por haber muerto su madre antes de darlo a luz, recibió la denominación de non natus (no nacido). |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino