LA LUMINOSIDAD DIÁFANA confiere a la naturaleza colores matizados y sombras discretas. Algo de la atmósfera primaveral sopla en el aire. Del amarillo vivo a la exuberancia escarlata de las rosas, pasando por diversas tonalidades de verde, la vegetación parece vestida para un día de gala. * * * Si ni siquiera Salomón, en toda su gloria, se vistió como los lirios del campo (cf. Mt 6, 29), ¿qué decir del plumaje fascinante del pavo real? Distinguido y noble, mira con categoría a este jardín feérico como un marqués miraría su palacio. Los árboles le sirven de pedestal. Su trono de gloria se extiende por todo el reino vegetal. Creado por Dios para servir como símbolo vivo de la nobleza, distinción y elegancia, el pavo real puede ser considerado un auténtico “Salomón” entre las aves del cielo. * * * ¿Pero dónde estamos? En el Parque de Bagatelle, en París, la capital civilizada por excelencia. En este escenario paradisíaco, propio para descansar la vista de quien lo contempla, se encuentra la señal inconfundible de la civilización occidental y cristiana, que transformó florestas agrestes en bosques encantados, pantanos en graciosas fuentes. Civilización ésta que supo unir el esplendor de los lirios del campo con el plumaje edénico de los pavos reales, para enseñar a los hombres a ser perfectos como el Padre celestial es perfecto…
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San Lorenzo Justiniano |
Pobreza y esplendor Extremos armónicos en el firmamento de la Iglesia. Un aspecto de la Santa Iglesia. Envuelto en la penumbra, con un cráneo en la mano que evoca la muerte, San Francisco mira hacia lo alto en una actitud de profunda oración. Vestido con una sencilla y pobre túnica, que... | |
Neuschwanstein El sentido del combate y de la dignidad hidalga La primera impresión que el castillo sugiere, a mi modo de ver, es causada por el juego de las torres, sobre todo la torre más alta, que parece desafiar los montes atrás, como quien dice: “Yo estoy en la cumbre del orbe, más alto que yo no hay nadie”... | |
«Dios no se encuentra en la agitación» Para los que saben cuál es el placer del recogimiento, está establecido un presupuesto precioso para la santificación. San Bernardo decía: “¡Oh beata soledad, oh sola beatitud!”. Pero para los que viven en el bullicio perpetuo, los que no saben ni quieren vivir fuera de él, cuántos ruidos sofocan la voz de la gracia…... | |
Cuando los hombres y las cosas del comercio vivían en la placidez La superexcitación de los ambientes corresponde a la de los hombres, como el efecto a su causa. Todos conocemos ese tipo de businessman que mastica chicle, quizá se muerde las uñas, golpea con los pies en el suelo, es hipertenso, cardíaco, neurótico... | |
Si alguien tuviese una súbita perturbación en la vista, en los nervios o en la mente... El famoso cuadro de Velásquez es a justo título, una de las cúspides del arte. La gracia infantil de la Infanta, el cariño lleno de dignidad y respeto de las jóvenes que la sirven, etc. todo exhala un ambiente recogido, elevado, profundamente civilizado... |
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