Hoy presentamos como Tema del Mes un artículo de nuestro colaborador Luis Dufaur sobre las visiones y revelaciones de la Beata Isabel Canori Mora (1774-1825), ocurridas un siglo antes que las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima. La Beata escribió tales visiones en centenares de páginas de su puño y letra que fueron confiadas a su confesor. Tales manuscritos están hoy celosamente guardados en el archivo de los Padres trinitarios, en la parroquia de San Carlino, en Roma. Vemos así cómo la Divina Providencia, desde comienzos del siglo XIX, ya alertaba al género humano sobre un gran castigo y la necesidad de oración y penitencia, al mismo tiempo que anunciaba el triunfo final de la Santa Iglesia. Justamente como la Madre de Dios lo hizo en Fátima a los tres pastorcitos, en 1917, al comunicarles su grandioso mensaje. De otro lado, tal insistencia en advertir a la humanidad pecadora se reviste de una gravedad particular. Los hombres, alertados desde hace tanto tiempo, se colocan en una situación semejante a la del hijo desobediente, que continuamente recibe de su padre advertencias de que será castigado, si no se enmienda. Cada vez que la sanción es pospuesta, se van acumulando razones para el empleo de un castigo aún más ejemplar. ¿Qué sucederá cuando el padre se canse y resuelva aplicar una sanción? En el Antiguo Testamento, Dios enviaba a sus profetas para advertir y convertir, después de las defecciones, y conducir al pueblo elegido. Ahora, Él nos envía a su propia Madre. «Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará» (Lc. 12, 48). En Jesús y María, El Director
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La Santísima VirgenEl gran medio de perseverancia y salvación |
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Niños cibernéticos Todo bebe es un ser racional. Aún antes de nacer, en el seno materno, ahí tenemos un ser racional. Apenas que, como el botón de una rosa, su razón aún no se abrió, ni la racionalidad está actuante. Sin embargo, poco a poco, con el paso de los años, la flor de la razón se irá abriendo en busca de la luz intelectual, hasta que el niño pueda tener un conocimiento suficientemente claro de las cosas y, por lo tanto, sea responsable de sus actos... |
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La falsa misericordia Las advertencias que Nuestro Señor hizo a santa Faustina no tenían otra finalidad que la de sensibilizar a las almas para que implorasen la Divina Misericordia que rebosa de su Sacratísimo Corazón... |
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Bendita sea tu Pureza Quién no ha oído en más de una ocasión esta tierna plegaria a la Santísima Virgen! ¡Cuántas veces en nuestra vida hemos recurrido a la Madre de Dios por medio de esta simple oración!... |
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Parad y ved No resistí. Era mi intención escribir sobre algún tema como la crisis interna de la Iglesia. Pero sentí que ni en mí, ni a mi alrededor, había condiciones para eso. Del fondo de mi alma subían los recuerdos armoniosos y distendidos de las Navidades de otrora... |
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Al alma angustiada Voz de Cristo, voz misteriosa de la gracia que resonáis en el silencio de los corazones, Vos murmuráis en el fondo de nuestras conciencias palabras de dulzura y de paz. A nuestras miserias presentes repetís el consejo del Maestro: «¡Confianza, confianza!»... |
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