En nuestra edición anterior, tratamos en esta sección sobre los misterios de la naturaleza y de la religión; a continuación el mismo autor * explica los fundamentos del Cristianismo y el valor de los Santos Evangelios. La religión cristiana es la religión fundada por Jesucristo. Los cristianos reconocen a Jesús de Nazaret, hijo de la Virgen María, como al Mesías esperado por todos los pueblos, y le adoran como a Hijo de Dios hecho hombre.
Jesucristo estableció en Judea la religión cristiana, hace veinte siglos, y la hizo extender por sus apóstoles en todas las partes del globo. Él ha realizado en su persona todas las profecías del Antiguo Testamento relativas: 1) al origen del Mesías; 2) a la época de su llegada; 3) a las diversas circunstancias de su vida. Es, pues, Jesucristo el Mesías, el Enviado de Dios para fundar la religión nueva que debía suceder a la religión mosaica. Pero una religión establecida por un Enviado de Dios es necesariamente una religión divina; luego la religión cristiana, fundada por Jesucristo, es divina. Conocemos la vida de nuestro Señor Jesucristo particularmente por los Evangelios. Llámanse Evangelios los cuatro libros donde se narra la vida, los milagros y las principales palabras de Jesucristo. Autores de los Evangelios son los apóstoles San Mateo y San Juan, y dos discípulos, San Marcos, discípulo de San Pedro, y San Lucas, discípulo de San Pablo. Los tres primeros evangelistas, San Mateo, San Marcos y San Lucas, escribieron su Evangelio del año 40 al año 70 de la era cristiana; San Juan, a fines del primer siglo. Los testigos: los evangelistas Los Evangelios constituyen el libro histórico más autorizado, el más íntegro, el más verídico de todos los libros. Estamos, por consiguiente, tan ciertos de los milagros de Jesucristo como de sus enseñanzas. Los testigos que los narran los han visto; estos testigos no se engañan; sus narraciones han llegado hasta nosotros en toda su integridad. La religión cristiana no difiere, en su esencia, de la religión primitiva de nuestros primeros padres ni de la religión mosaica, puesto que tiene los mismos dogmas, la misma moral y el mismo culto esenciales. Estas tres religiones tienen el mismo autor: Dios; el mismo fin sobrenatural para el hombre: el cielo; los mismos medios para llegar a él: la gracia. Las tres descansan sobre el mismo Redentor: esperado o llegado, Jesucristo es siempre el fundamento de la verdadera religión.
* La Religión Demostrada, del padre P. A. Hillaire (Editorial Difusión, Buenos Aires, 3ª edición, 1945, pp. 157-178).
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