Wilson Gabriel da Silva Al rayar el alba, la luz de la mañana baña suavemente los verdes campos de Normandía. En la penumbra de las casas seculares enclavadas en la colina, el caserío comienza a despertarse con el sonido del humilde campanario de la vieja iglesia. La belleza y la imponencia del edificio están en proporción con la fe de sus habitantes. Las almas devotas se dirigen allí para rezar. Antes de volver a casa, algunos se inclinan devotamente al pie de la artística cruz de piedra. La cruz de Nuestro Señor Jesucristo, el recuerdo de sus sufrimientos en el Calvario y la oración que confía en la misericordia divina ocupan un lugar importante en la vida de estos aldeanos para quienes las asperezas de la vida no han debilitado su fe. Tal piedad tiene una recompensa: todos vuelven a casa con la paz del alma, la serenidad, la felicidad tranquila e inalterable de la confianza en el auxilio de la Providencia. Calvaire en Normandie, del pintor Pierre Justin Ouvrié (1806-1879), es el título de este cuadro rico en evocaciones de una época de fe.
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150 años de la Comuna de París Implacable persecución de la Iglesia |
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Dos circunstancias en que debemos hablar familiarmente con Dios Cuando te veas agobiada, alma devota, por el peso de la enfermedad, de las tentaciones, persecuciones y otros trabajos, acude luego al Señor y pídele que te alargue su poderosa mano... |
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La enseñanza de la Iglesia sobre la desigualdad de los sexos Equiparación de derechos, independencia económica, insubordinación al yugo del marido — he aquí algunas exigencias del llamado feminismo, que, pleiteando una falsa emancipación de la mujer, en verdad la rebaja y sojuzga... |
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¿Cómo nuestras oraciones pueden interceder por los difuntos? ¿Cómo pueden la oración y la misa por los difuntos conducirlos a la salvación, si cada uno es responsable por su propia salvación? ¿Por qué la Virgen y San José no pusieron el nombre de Enmanuel a Jesucristo conforme estaba escrito en las profecías, según el Nuevo Testamento? ¿A qué se refería Jesucristo al decirle a Pedro que lo llevarían a lugares adonde él no quisiera ir?... |
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La dictadura del piercing Oreja, ceja, mentón, nariz, labios, lengua, todo sirve. Se diría que la moda de incrustar objetos en el cuerpo es la moda del dolor y de la infelicidad. El sentido común y el sentido católico quedan chocados con una extravagancia tan repulsiva. Más inquietante aún es el fondo moral y psicológico que esta moda revela... |
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El inmenso sufrimiento de la Santísima Virgen Entre el Hijo y la Madre tenía que haber comunidad perfecta de sufrimiento. Cuando ve una madre padecer a su hijo, ella padece con él y siente de reflejo todo lo que él padece; lo que Jesús padeció en su cuerpo, María lo padeció en su corazón, por los mismos fines y con la misma fe y el mismo amor... |
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