Lectura Espiritual El Sacramento del Matrimonio - II

En el capítulo anterior, el autor * se ocupa del problema de los matrimonios infelices, porque los cónyuges no tienen en mente la asistencia del Espíritu Santo. Aquí nos presenta una solución.

El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, por vía de voluntad y de amor, como de un solo principio. Espíritu Santo, Johann Michael Rottmayr, 1714 – Fresco, Iglesia de San Carlos Borromeo, Viena

El Espíritu Santo es el espíritu de consejo y del entendimiento, que aclara la inteligencia de los jóvenes oscurecida por la sensualidad. Como espíritu de consejo, puede mostrarles si su unión proviene de Dios o del diablo. Y si se le consulta seriamente como el espíritu de la fortaleza, también dispensará la fuerza para refrenar la indomabilidad de la carne e impedir una unión basada únicamente en ella. Si los novios invocan fervientemente al divino Espíritu Santo, los convencerá de que el conocimiento de la doctrina de Dios y sus mandamientos constituye la mayor sabiduría.

Además, el espíritu de piedad debe aún compenetrar a las dos personas de la misma fe, en la que se fusionan para la finalidad común de la virtud. Solo así seguirán su rumbo final y eterno.

El amor de Dios fortalece el matrimonio

Si todos los hombres han de ser devotos del divino Espíritu Santo, con mucha más razón quienes desean contraer la unión matrimonial. El hombre puede confiar poco en su simple juicio natural, porque el vínculo matrimonial debe durar y perpetuarse hasta la muerte, según la voluntad de Dios, pero ningún vínculo meramente natural sujeta los corazones durante tanto tiempo. Entonces la fuerza y la gracia del divino Espíritu Santo deben corroborar el vínculo matrimonial.

¿Cómo se llama ese lazo? Un nombre corto y aparentemente simple, pero tan significativo como Dios mismo: amor. Es la palabra con la que el apóstol denominó a la esencia de Dios: “Dios es amor” (1 Jn 4, 8).

Para los teólogos, es casi imposible decir qué es Dios. Pero la palabra que más se acerca a la naturaleza de Dios es la palabra amor. Y esta palabra, que nos da un mejor conocimiento de Dios, es el nombre del vínculo que fusiona a dos corazones en uno en el matrimonio.

Sin embargo, es precisamente en la unión matrimonial donde esta palabra es a menudo deformada, despojada de su contenido de oro.

 

* P. Agostinho Kinscher, Al Dios desconocido, Editora Mensageiro da Fe, Salvador, 1943, p. 134-135.

La psicología en la crisis del hombre contemporáneo ¿Puede la psicoterapia procurar siempre el bien del alma?
¿Puede la psicoterapia procurar siempre el bien del alma?
La psicología en la crisis del hombre contemporáneo



Tesoros de la Fe N°230 febrero 2021


Sta. Bernadette Soubirous La vidente de la Virgen de Lourdes
La cocina de los ángeles Febrero de 2021 – Año XX La libertad de la Iglesia y la dictadura sanitaria Calendario del Bicentenario Febrero 2021 La psicología en la crisis del hombre contemporáneo El Sacramento del Matrimonio - II ¿Puede la psicoterapia procurar siempre el bien del alma? Santa Bernadette Soubirous ¿Condena la Iglesia Católica los horóscopos y las prácticas supersticiosas? San Pío X: La irradiación de un santo



 Artículos relacionados
Santa Adelaida hija del rey Rodolfo II de Borgoña y de Berta de Suabia, Adelaida nació el año 931...

Leer artículo

Una propaganda que explota nostalgias del pasado, revela tendencias del futuro El marketing (no siempre muy veraz ni leal) para impulsar la venta de un producto, está obligado a impresionar a sus eventuales compradores...

Leer artículo

La prodigiosa inspiración del Espíritu Santo En los países católicos existe una enorme variedad de panes y postres que se preparan especialmente para Navidad...

Leer artículo

¿A qué edad deben ser bautizados los niños? Un gran número de padres de familia se preocupa por dar a sus hijos todo lo que necesitan para tener una buena salud, educación y éxito en la vida terrenal, pero descuidan aquello que es indispensable para obtener la felicidad eterna, comenzando por el bautismo...

Leer artículo

Imagen Peregrina de Nuestra Señora de Fátima Esta imagen, considerada del punto de vista artístico, es del estilo llamado “sulpiciano”,* pero tiene muchísima más expresión que las imágenes sulpicianas comunes. Esta expresión se nota por la coherencia de su conjunto...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×