Verdades Olvidadas Dudar del prójimo no es juzgarlo

 

"Co juzguéis y no seréis juzgados —dice el Salvador de nuestras almas—; no condenéis y no seréis condenados». No, dice el santo Apóstol, «no juzguéis antes de tiempo, hasta que el Señor venga, el cual revelará el secreto de las tinieblas y manifestará los consejos de los corazones». ¡Oh! ¡Cuánto desagradan a Dios los juicios temerarios!

 

Los juicios de los hijos de los hombres son temerarios, porque ellos no son jueces los unos de los otros, y, al juzgar, usurpan el oficio de Dios nuestro Señor; son temerarios, porque la principal malicia del pecado depende de la intención y del designio del corazón, que, para nosotros, es el secreto de las tinieblas; son temerarios, porque cada uno tiene harto trabajo en juzgarse a sí mismo, sin que necesite ocuparse en juzgar al prójimo.

Para no ser juzgados, es menester también no juzgar a los demás, y que nos juzguemos a nosotros mismos; porque, si Nuestro Señor nos prohíbe una de estas cosas, el Apóstol afirma la otra, diciendo: «Si nos juzgásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados». Mas, ¡ay!, que hacemos todo lo contrario; porque no cesamos de hacer lo que nos está prohibido, juzgando al prójimo a diestra y siniestra, y nunca hacemos lo que nos está mandado, que es juzgarnos a nosotros mismos.

Ver o conocer una cosa no es juzgarla. [...] No es malo, pues, dudar del prójimo, porque no está prohibido dudar sino juzgar; empero, no está permitido dudar ni sospechar, sino en la medida en que obliguen a ello los argumentos y las razones; de lo contrario, las sospechas son temerarias.

Cuando una acción es indiferente en sí misma, es una sospecha temeraria sacar de ella malas consecuencias, a no ser que sean muchas las circunstancias que den fuerza de argumento.     

 


San Francisco de Sales, Introducción a la Vida Devota, Lumen, Buenos Aires, 2002, pp. 227-231.

 



Palabras del director Nº 110 - Febrero 2011 - Año X Una «ordonnance» del rey Carlos VI de Francia
Una «ordonnance» del rey Carlos VI de Francia
Palabras del director Nº 110 - Febrero 2011 - Año X



Tesoros de la Fe N°110 febrero 2011


Nuestra Señora de las Victorias
Nº 110 - Febrero 2011 - Año X Dudar del prójimo no es juzgarlo Una «ordonnance» del rey Carlos VI de Francia Nuestra Señora de las Victorias Entrevista al autor del libro «Dominus Est» Ejemplo que debe ser imitado Santa Escolástica Más sobre el matrimonio (I) Más sobre el matrimonio (II) La ciudad medieval y la ciudad moderna



 Artículos relacionados
¿Qué pensar de los bailes? LAS DANZAS Y LOS BAILES son cosas, de suyo, indiferentes, pero, atendiendo a la manera ordinaria de practicarlos, resulta resbaladizo e inclinado hacia el lado del mal, y por consiguiente, puede conllevar daño y peligro...

Leer artículo

“Fue un castigo de Dios” Leyes y costumbres inmorales, como el aborto y los escándalos del clero, atrajeron la punición divina representada por los huracanes Katrina y Rita, denunció Mons. Philip Hannan, siendo aplaudido por los fieles...

Leer artículo

Detente del Sagrado Corazón de Jesús salva a un soldado español herido por los talibanes en Afganistán Iván Castro Canovaca, ladeado por un periodista y el Tte. Cnel. Salgado El pasado 7 de marzo, el soldado Iván Castro Canovaca, de 23 años, de la Legión Española, futuro padre de una niña, recibió un tiro mortal durante un combate en Afganistán. A pesar que el legionario no quería...

Leer artículo

¿Nunca es lícito juzgar a los demás? En el ambiente de relativismo filosófico y moral en que hoy vivimos, cuando criticamos acciones o conductas objetivamente inmorales como el aborto, los actos homosexuales, el adulterio y otros más, a menudo oímos a alguien citando las palabras del Divino Salvador, “no juzguéis”...

Leer artículo

Donde está Pedro, allí está la Iglesia Ubi Petrus, ibi et Ecclesia En las últimas semanas, S. S. Benedicto XVI ha sido objeto de una violenta onda de ataques contra su Sagrada Persona, a propósito de los abusos cometidos por sacerdotes contra menores de edad, en su mayoría ocurridos entre 20 y 40 años atrás...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×