Verdades Olvidadas Grandes corazones, grandes obras, grandes dispendios

Según hemos expuesto, la [virtud de la] magnificencia tiende a realizar una obra grande. Pero para hacer convenientemente una obra grande se requieren gastos proporcionados: porque no pueden hacerse grandes obras sino con grandes gastos. Por tanto, corresponde a la magnificencia hacer grandes dispendios para hacer convenientemente una obra grande. Por eso dice el Filósofo [Aristóteles], en IV Ethic. 16, que el magnánimo con igual gasto —es decir, proporcionado— hará una obra magnífica. Ahora bien: el dispendio es un gasto de dinero, que puede verse impedido por el excesivo amor al mismo. Por ello puede decirse que son materia de la magnificencia no solo los grandes gastos de que se sirve el magnífico para realizar una obra grande, sino también el dinero mismo que usa para hacer los gastos y el amor al dinero, que es controlado por el magnífico para que no se impidan los grandes dispendios.

El acto principal de las virtudes es la elección interior, que puede existir en ellas sin la fortuna exterior. Y en este sentido también el pobre puede ser magnífico. Pero para los gastos exteriores de las virtudes son imprescindibles los bienes de fortuna como instrumentos. Según esto, el pobre no puede ejercitar el acto externo de magnificencia en obras absolutamente grandes, sino acaso en obras grandes por comparación a alguna otra que, aunque pequeña en sí misma, puede, no obstante, realizarse con magnificencia proporcionada a ella.

 

* Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, II-II, q. 134.

Palabras del Director Nº 259 – Julio de 2023 – Año XXII Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás de Aquino
Palabras del Director Nº 259 – Julio de 2023 – Año XXII



Tesoros de la Fe N°259 julio 2023


Exterminio de la Familia Imperial Rusa (p. 4) Homenaje a Santo Tomás de Aquino (p. 12)
Julio de 2023 – Año XXII Grandes corazones, grandes obras, grandes dispendios Santo Tomás de Aquino Indisolubilidad del matrimonio La masacre de la familia imperial rusa Un sueño de san Juan Bosco San Juan Gualberto Gravedad con ornato



 Artículos relacionados
San Esteban de Hungría Geza, cuarto duque de los húngaros, todavía bárbaro y pagano, tuvo la dicha de casarse con la virtuosa Sarolta, hija del duque de Gyula, que unía a los encantos femeninos los de la virtud...

Leer artículo

Los Estados no pueden obrar como si Dios no existiera El Estado tiene el deber de cumplir por medio del culto público las numerosas e importantes obligaciones que lo unen con Dios. La razón natural, que manda a cada hombre dar culto a Dios piadosa y santamente, porque de Él dependemos, y porque, habiendo salido de Él, a Él hemos de volver, impone la misma obligación a la sociedad civil...

Leer artículo

El Islam y el suicidio de Occidente El Islam está a la orden del día. Por eso juzgamos oportuno ofrecer a nuestros lectores una entrevista a nuestro colaborador Luis Sergio Solimeo, que acaba de publicar en los Estados Unidos un libro sobre el Islam, en el que trata de su actual expansión en Occidente, sus doctrinas y su origen...

Leer artículo

Una mañana del Conde de Lemos El imponente virrey del Perú, como íntegro discípulo de Jesús que era, armonizaba una gran severidad en lo concerniente a la moral y a la autoridad legítima, con un gran espíritu de piedad y constructiva benevolencia...

Leer artículo

Horror demoníaco Estos tres monstruos hieren la sensibilidad natural del hombre. Están en flagrante contradicción con todos los principios de orden, bondad y belleza puestos por Dios en la creación...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×