En nombre del derecho a la inmigración, Occidente viene siendo invadido por multitudes de mahometanos cuya creencia —el Islam— es considerada por algunos como una “religión de paz”. Sin embargo, como se podrá constatar en la presente entrevista, la “Yihad” (guerra santa musulmana) está declarada contra el mundo occidental y cristiano, con un odio sin límites a la religión católica, a tal punto que el “tolerante” Corán prescriba: «matad a los idólatras, los politeístas».
El Islam está a la orden del día. Por eso juzgamos oportuno ofrecer a nuestros lectores una entrevista a nuestro colaborador Luis Sergio Solimeo, que acaba de publicar en los Estados Unidos un libro sobre el Islam, en el que trata de su actual expansión en Occidente, sus doctrinas y su origen. Editado por la American Society for the Defense of Tradition, Family and Property y con un prefacio del almirante James A. Lyons, ex comandante de la Flota de la Marina norteamericana en el Pacífico, la obra se titula Islam and the Suicide of the West: The Origin, Doctrine, and Goals of Islam (El Islam y el suicidio de Occidente: Orígenes, doctrinas y objetivos del Islam). * * * Tesoros de la Fe — El título de su obra es muy sugestivo. ¿Podría explicarlo para nuestros lectores? Luis Sergio Solimeo — Con mucho gusto. ¿En qué sentido Occidente está cometiendo un suicidio? Asistimos hoy a una verdadera invasión de Europa y de Occidente en general, por masas de inmigrantes y “refugiados” musulmanes, cuya mayoría, según las estadísticas, está constituida por hombres jóvenes en edad militar. Debido al continuo flujo migratorio combinado con la brutal caída de la natalidad en los países europeos, el futuro del cristianismo en Europa es de los más sombríos. Se calcula que alrededor del 2030 (o sea, dentro de apenas una década) los musulmanes serán casi el 10% de la población de Europa occidental. Lamentablemente ese fenómeno —que debería alarmar a los gobiernos y a las autoridades religiosas, así como a los sectores responsables de la sociedad— no viene despertando la reacción que sería de esperar.
Tesoros de la Fe — ¿Esa falta de reacción puede ser explicada? Luis Sergio Solimeo — La falta de reacción adecuada de los países occidentales ante la amenaza islámica es resultado en parte de su decadencia interna, de la pérdida de la propia identidad y del amor a los principios. Y también de una falta de conocimiento del Islam y de su doctrina expansionista, en la médula de la cual está el odio a la Santísima Trinidad. Tesoros de la Fe — ¿Y cuál ha sido la actitud de los obispos europeos? Luis Sergio Solimeo — Lamentablemente, en nombre del diálogo interreligioso, los obispos católicos han apoyado generalmente esta inmigración en masa de musulmanes; algunos van aún más lejos y llegan a apoyar la construcción de mezquitas y centros culturales islámicos, o a permitir que escuelas católicas reserven salas para la oración musulmana, así como el uso en esas escuelas del hijab (velo que cubre la cabeza). Si todo esto no constituye un suicidio, no sabemos que otro nombre darle. Tesoros de la Fe — Alguien podría objetar: América recibió a numerosos contingentes de inmigrantes de todos los cuadrantes y esa inmigración fue muy benéfica... ¿Qué diferencia hay con la inmigración de musulmanes? Luis Sergio Solimeo — ¡La diferencia es enorme! Los inmigrantes que vinieron a América en general, tenían la intención de comenzar una vida nueva, integrándose en sus nuevas patrias, asimilando sus culturas y dando su contribución para el progreso de ellas. Ahora bien, eso no ocurre con los nuevos inmigrantes musulmanes en Europa. Ellos no quieren integrarse a la civilización cristiana occidental. Al contrario, siguiendo los dictámenes del Islam, quieren destruirla, para imponer a todo el mundo la doctrina y la ley islámica, la Sharia. En ese sentido, es muy significativa la respuesta que uno de tantos inmigrantes dio al periodista turco Burak Bekdil, residente en la isla de Lesbos, una de las rutas de acceso a Europa a partir del Oriente Medio. Al preguntársele por qué abandonaba Turquía, donde había sido bien acogido, para dirigirse a Europa Occidental, él respondió: “Quiero ir a Europa para aumentar la población musulmana allí”. Mientras que otro añadió: “Un día, nosotros, los buenos musulmanes, conquistaremos las tierras de los infieles”.
Tesoros de la Fe — Haciendo el papel de “abogado del diablo”, ¿cómo queda el derecho a la inmigración? Luis Sergio Solimeo — De acuerdo con la doctrina católica y la ley natural, así como existe el derecho de inmigrar, existe también el derecho de los países ya constituidos de regular el flujo migratorio tomando en consideración las condiciones de sus respectivos territorios, a fin de preservar los derechos de sus ciudadanos, su identidad, su cultura, su religión. De lo contrario, tendríamos no una inmigración, sino una invasión, en la cual los foráneos impondrían su ley, originando conflictos de toda clase. Por cierto, vea lo que está ocurriendo en Europa. Tesoros de la Fe — La prensa ha noticiado continuos ataques de inmigrantes islámicos en Europa. Eso no impide que muchos —inclusive obispos católicos— afirmen que, a pesar de que los terroristas actúan en nombre del Islam, tales ataques constituyen un desvío marginal, pues el Islam es una “religión de paz”. Luis Sergio Solimeo — Es verdad que no todo musulmán es terrorista. Afirmar lo contrario sería una exageración absurda. Pero exageración aún mayor es decir que la religión de Mahoma nada tiene que ver con la actitud de esos radicales. Por eso es necesario ver si la doctrina islámica —tal como se encuentra en el Corán, en las tradiciones de Mahoma (hadiz) y en la vida del “profeta” del Islam (Sirah)— permite o condena la conquista del mundo para Alá por medio de la espada.
Tesoros de la Fe — Por la historia del Islam, se advierte que su expansión por el Oriente Medio y el Norte de África fue hecha a través de una conquista militar... Luis Sergio Solimeo — ...Como también en España, en el sur de Francia —donde fue contenida por Carlos Martel—, en Sicilia y, luego, en Grecia y en la Europa de los Balcanes, con las tropas turcas llegando hasta las puertas de Viena. Tesoros de la Fe — Volviendo a la doctrina, ¿esa imposición de la religión de Mahoma por medio de la guerra está legitimada por los libros sagrados del Islam? Luis Sergio Solimeo — Más que legitimada, está prescrita en el Corán y demás textos musulmanes. Veamos algunos trechos del Corán al respecto (el primer número se refiere al capítulo y el segundo al verso): — “Y matadles [a los idólatras] dondequiera que los encontréis” (2:191). — “Matad a los idólatras dondequiera les halléis, capturadles, cercadles y tendedles emboscadas en todo lugar” (9:5). — “Combatid a aquellos incrédulos que habitan alrededor vuestro” (9:123). — “Combatid a quienes no creen en Alá ni en el Día del Juicio, no respetan lo que Alá y su Mensajero han vedado y no siguen la verdadera religión [el Islam] de entre la Gente del Libro [judíos y cristianos], a menos que estos acepten pagar un impuesto con sumisión” (9:29). — “El castigo de quienes hacen la guerra a Alá y a su Mensajero y siembran en la tierra la corrupción es que se les mate, o crucifique, o se les ampute una mano y el pie opuesto o se les destierre” (5:33). Tesoros de la Fe — Pero eso es poco mencionado por los medios de comunicación... Y Mahoma, ¿también actuó de esa forma? Luis Sergio Solimeo — El fundador del Islam nada tenía de un pacífico predicador de una “religión de paz”... El sacerdote jesuita egipcio P. Henri Boulad, especialista en Islam, proporciona los siguientes datos, extraídos de las fuentes musulmanas (entre paréntesis el autor islámico clásico y el número en que figura la citación): — Mahoma tuvo y comercializó esclavos (Sahih Muslim 3901), y ordenó a sus seguidores lapidar a las mujeres adúlteras (Muslim 4206). — Él decapitó a 800 judíos, hombres y niños (Abu Da’ud 14:2665), ordenó la muerte de mujeres (Ibn Ishaq 819, 995) y mató a los que lo insultaron (Bujari 56:369, 4:241). — De acuerdo con Mahoma, la yihad [“guerra santa”] en el camino de Alá eleva la posición de alguien en el Paraíso una centena de veces (Muslim 4645). — En los últimos diez años de su vida, Mahoma dirigió 65 campañas militares y ataques (Ibn Ishaq) y mató a cautivos tomados en batallas (Ibn Ishaq 451). — Él instó a sus hombres a violentar y esclavizar a mujeres (Abu Da’ud 2150, Corán 4:24), mandó matar “apóstatas”. — Después de la muerte de Mahoma, sus seguidores atacaron y conquistaron la población de 28 países y declararon la guerra santa contra pueblos de las cinco mayores religiones del mundo. Otro especialista, el Prof. Richard A. Gabriel, historiador militar del Royal Military College de Canadá, en un documentado estudio sobre Mahoma como jefe militar, muestra que “en el espacio de una única década [de 624 hasta su muerte en 632], luchó en ocho grandes batallas, condujo 18 ataques y planeó 33 otras operaciones militares”.
Tesoros de la Fe — Estos datos de la vida de Mahoma son poco conocidos. O sea, ¿fue él quien inició la Yihad? A propósito, ¿podría usted definir esa expresión, tan utilizada hoy en día cuando se trata de terrorismo islámico? Luis Sergio Solimeo — Acaba de salir en los Estados Unidos un libro muy documentado de un gran especialista en el Islam, Robert Spencer, cuyo título ya lo dice todo: The History of Jihad: From Muhammad to ISIS (La historia de la Yihad: de Mahoma al ISIS). Mahoma predicó la yihad no apenas con palabras, sino también con acciones. Así, pues, él fue el primer yihadista. En cuanto al sentido de la palabra yihad, el padre Samir Khalil Samir SJ, uno de los mayores especialistas católicos sobre el Islam, explica que en el Corán “la palabra ‘yihad’ es siempre usada para significar ‘lucha por Dios’ [...] es traducida a las lenguas europeas por ‘guerra santa’”. Tesoros de la Fe — Volviendo a la cuestión de las relaciones entre la doctrina islámica y los movimientos terroristas que hoy en día actúan en nombre del Islam, en qué medida ellos están siendo fieles a la doctrina y al ejemplo de Mahoma? Luis Sergio Solimeo — Aunque volvamos a insistir en que no se puede considerar a todo musulmán un terrorista, no se puede tampoco negar que la doctrina islámica induce a ello. La profesora Marie-Thérèse Urvoy, de la Universidad Católica de Toulouse, es categórica: “Los terroristas aplican el Corán y las tradiciones proféticas literalmente. Cada acto del ISIS [Estado Islámico] puede ser relacionado a una u otra de las fuentes islámicas. A sus propios ojos, estos fanáticos no hacen sino obedecer una orden divina”. Esa es también la opinión del Prof. Bernard Haykel, de la Universidad de Princeton, uno de los mayores entendidos sobre el Estado Islámico. Según él, los líderes del Estado Islámico adoptaron la emulación de Mahoma como deber estricto y revivieron tradiciones que permanecieron inactivas por cientos de años. “Lo que impresiona en ellos no es apenas el literalismo, sino también la seriedad con que ellos leen esos textos”, dice Haykel. Y concluye: “Hay una seriedad asidua y obsesiva que los musulmanes normalmente no tienen”.
Tesoros de la Fe — Del punto de vista religioso, digamos teológico, ¿cuál es la principal diferencia entre el Islam y el Cristianismo? Luis Sergio Solimeo — La principal diferencia es tal, que anula cualquier semejanza accidental: se trata del concepto de Dios. De acuerdo con la Revelación Divina, Dios es Uno y Trino. Es el dogma de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Negado ese dogma fundamental, no existe Cristianismo, porque se niegan al mismo tiempo la Encarnación del Verbo y la Redención; María Santísima deja de ser la Madre de Dios, y la Iglesia pierde cualquier sentido. Ahora bien, el Islam, en vez de ignorar la existencia de la Trinidad como lo hacen otras sectas paganas, la reconoce y la combate, considerándola Triteísmo (tres dioses). Por eso califica la creencia en la Trinidad como politeísmo. La misma profesión de fe islámica, la shahada, necesaria para convertirse en musulmán, afirma: “No hay otro dios además de Alá; Mahoma es el mensajero de Alá”. Abdullah Yusuf Ali, un prestigioso traductor y comentador del Corán, es enteramente explícito: “Las doctrinas de la Trinidad […] son repudiadas como blasfemias”. Tesoros de la Fe — ¿Podría dar algunos ejemplos? Luis Sergio Solimeo — El Corán ridiculiza a la Santísima Trinidad, diciendo que Alá es [el Dios cristiano] omnipotente y no necesita de otros dioses. ¡Y que no puede haber engendrado un hijo, porque no era casado, no tuvo una esposa! Veamos algunas citaciones: (4:171): “No digáis que es una trinidad, desistid, pues es lo mejor para vosotros. Por cierto que Alá es la única divinidad”. (2:116): “Dicen [los cristianos]: Alá ha tenido un hijo. ¡Glorificado sea! Suyo es cuanto hay en los cielos y en la tierra , todo está sometido a él”. (10:68): “Dicen [los cristianos]: Alá ha tenido un hijo. ¡Glorificado sea! Él es el opulento”. (6:101): “¿Cómo podría tener un hijo si no tiene compañera?”. (72:3): “Y por cierto que él, exaltada sea su grandeza, no ha tomado compañera ni hijo”. Tesoros de la Fe — ¡Es totalmente absurdo suponer que Dios necesitaba de una esposa para engendrar al Hijo! Luis Sergio Solimeo — Es justamente lo que demuestra santo Tomás de Aquino en la Summa Contra Gentiles, diciendo que esa afirmación es fruto de una concepción puramente carnal, humana de Dios, que no considera su naturaleza puramente espiritual. Por lo demás, el Corán atribuye a los cristianos el absurdo de que ellos adorarían a la Virgen María como parte de la Santísima Trinidad: (5:116): “Y cuando dijo Alá: ¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Eres tú quien ha dicho a los hombres: Tomadnos a mí y a mi madre como divinidades en vez de Alá?”.
Tesoros de la Fe — ¿Cuáles son las consecuencias prácticas de esa concepción musulmana de la Santísima Trinidad que la considera politeísmo? Luis Sergio Solimeo — Toda la persecución musulmana a los cristianos resulta de este concepto de que los cristianos son “asociadores” (mushrikun), es decir, asocian otros dioses a Alá, porque creen en la Santísima Trinidad. Para el Islam, el pecado más grave, para el cual no hay perdón, es el politeísmo. Entonces, la consecuencia más inmediata de esa visión errada de la Trinidad es la persecución a los cristianos, incluso con la muerte, conforme el verso ya mencionado, llamado “de la espada” (9:5): “Matad a los idólatras dondequiera les halléis, capturadles, cercadles y tendedles emboscadas en todo lugar”. Tesoros de la Fe — Si ellos niegan la Santísima Trinidad, ¿cuál es la concepción musulmana de Dios? Luis Sergio Solimeo — El Islam considera a Dios como pura omnipotencia, un poder absoluto desprovisto de sabiduría o amor. El fundamento del Islam no es el amor a Dios, sino el temor, la sumisión, conforme está expresado en el propio nombre de la religión de Mahoma: Islam quiere decir sumisión. Dios queda reducido a pura voluntad arbitraria, con la consecuencia que el Papa Benedicto XVI mencionó en su famoso discurso pronunciado en Regensburg, Alemania, en 2006. O sea, que “para la doctrina musulmana, Dios es absolutamente trascendente. Su voluntad no está vinculada a ninguna de nuestras categorías, ni siquiera a la de la racionalidad”. Él “no estaría vinculado ni siquiera por su misma palabra”. Tesoros de la Fe — ¿Entonces Dios puede decir una cosa hoy y lo contrario mañana? Luis Sergio Solimeo — Exactamente. Así, en el Corán, que habría sido revelado por Alá, hay afirmaciones contradictorias, propias de un Dios sin sabiduría, que puede desmentirse a sí mismo. Por ejemplo, dice el Corán (2:106): “No abrogamos ninguna ley ni la hacemos olvidar sin traer otra mejor o similar. ¿Acaso no sabes que Alá tiene poder sobre todas las cosas?”. Entre los innumerables ejemplos de contradicción, tenemos que en el capítulo 2:62 el Corán afirma que los cristianos, los judíos y los sabeos se salvarán, mientras que en el capítulo 3:85 se afirma exactamente lo contrario: “Quien siga una religión diferente al Islam no se le aceptará, y en la otra vida se contará entre los perdedores”. Otro ejemplo es a respecto de la tolerancia religiosa. Al leer el capítulo 2:256, concluiremos que el Islam predica la tolerancia: “No está permitido forzar a nadie a creer”. Pero ya vimos antes que el verso de la espada (9:5) manda “matad a los idólatras”, entre los cuales han incluido a los cristianos. Tesoros de la Fe — ¿Cómo actúa entonces el musulmán frente a las afirmaciones contradictorias? Luis Sergio Solimeo — Basados en el texto ya citado del capítulo 2:106, los maestros musulmanes crearon la doctrina de la abrogación, por la cual los versos revelados posteriormente y que contradicen otros versos anteriores, anulan, abrogan a estos últimos. Una de las consecuencias de la doctrina de la abrogación es que todos los versículos que predican la tolerancia quedaron abrogados por los versos que predican la jihad, los cuales habrían sido revelados posteriormente. Esa es la opinión general de los especialistas en el competente juicio de los profesores Dominique y Marie-Thérèse Urvoy: “Es generalmente aceptado que los 124 versos del Corán que estimulan el perdón, fueron abrogados por el verso 4 (de la yihad) del capítulo 47”. Lo mismo es afirmado por Alexander Knysh en The Cambridge Companion to the Qur’an. Tesoros de la Fe — Para hacer nuevamente el papel de “abogado del diablo”, ¿al aceptar a Jesús como un profeta, el Islam no se aproxima al Catolicismo? Luis Sergio Solimeo — ¡Al contrario! Esa es una de las consecuencias de la negación de la Santísima Trinidad. Reducir a Nuestro Señor a la mera condición de profeta es negar su divinidad, y, por lo tanto, toda la doctrina católica. Es negar también la Revelación divina, pues en los Evangelios Nuestro Señor afirma claramente su divinidad. Tesoros de la Fe — ¿En qué sentido el Corán afirma que Jesús es un profeta? Luis Sergio Solimeo — El Corán reconoce los milagros de Jesús y hasta lo llama “Mesías”, pero no en el sentido de Redentor de la humanidad, una vez que el Islam no acepta la doctrina del pecado original. Para el Islam, Jesús es un profeta, pero un profeta menor, que viene a anunciar al último y mayor de los profetas, Mahoma, y la revelación definitiva, el Corán. Por ejemplo, en el capítulo 61:6 son atribuidas a Jesús palabras blasfemas, en las cuales el propio Salvador reconocería ser apenas el anunciador del mayor de los profetas: “Y cuando Jesús, hijo de María, dijo: ¡Oh, hijos de Israel! Yo soy el Mensajero de Alá, enviado a vosotros para corroborar la Torá y anunciar a un Mensajero que vendrá después de mí llamado Ahmad”. La dificultad para los mahometanos es que Jesús solamente anunció en los Evangelios la venida de falsos profetas después de su muerte… (Mt 7, 15; 24, 11; 24, 24-25).
Tesoros de la Fe — Y aún se dice que los musulmanes veneran a Jesús y a su Madre Santísima... Luis Sergio Solimeo — Marie Thérèse Urvoy resume del siguiente modo la Cristología del Corán: “La Cristología del Corán, por lo tanto, consiste esencialmente en cuatro negaciones: […] Jesús no es Dios (5:72, 116) porque él comía (5:75); Jesús no es el Hijo de Dios (9:30; 19:34-35); Jesús no pertenece a una tríada, porque la Trinidad es asimilada al politeísmo (4:171; 5: 73); finalmente, Jesús no fue crucificado (4:157)”. Así, entre Nuestro Señor Jesucristo —tal como nos lo presentan los Evangelios y lo profesamos en el Credo— y el “profeta” Jesús del Islam, no existe nada en común. Además, según Mahoma, Jesús volvería a la tierra para destruir todas las cruces, símbolo de nuestra redención. Tesoros de la Fe — Por todo lo que conversamos, queda claro el peligro representado por el Islam, tanto para la fe como para la libertad en los países occidentales. ¿Qué sugeriría usted a nuestros lectores? Luis Sergio Solimeo — En las situaciones muy complejas es necesario, ante todo, procurar entender bien el problema, analizar sus causas, para estudiar las posibles soluciones. Sin embargo, el peligro islámico se presenta en un momento en que Occidente se encuentra en el auge de un proceso destructor que el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira llamó de Revolución. Estamos en medio de una confusión en las mentes, una falta de certezas, de parámetros morales, en fin, muy próximos del caos. Tenemos, no obstante, al final del horizonte, una esperanza, que no viene de los hombres, sino de Dios. Es el mensaje de Nuestra Señora de Fátima, en el cual la Madre de Dios afirmó que Rusia se convertirá, su Inmaculado Corazón triunfará, y será dado al mundo un tiempo de paz. Tesoros de la Fe — ¿Es posible establecer una relación entre el mensaje de Fátima y el Islam? Luis Sergio Solimeo — A nuestro entender, sí. Para que se opere el triunfo del Inmaculado Corazón de María y haya paz en la tierra, no basta apenas la conversión de Rusia y el fin del comunismo. Creemos que es necesaria también la victoria de María Santísima sobre el islamismo. En efecto, como podría darse el triunfo del Inmaculado Corazón sobre todo el mundo, que es el sentido de su mensaje, si gran parte del planeta estuviera bajo el dominio musulmán y la otra parte en peligro de caer en él? Conviene también recordar que Fátima era el nombre de la hija de Mahoma. ¿Sería una mera casualidad que la Santísima Virgen se haya aparecido en un lugar con ese nombre? Con esas consideraciones termino mi pequeño libro, el cual busca dar elementos para que se entienda mejor el peligro islámico, y con eso estudiar los medios prácticos posibles para oponerse a él. Pero, sobre todo, dar esperanza, una vez que sin ella los ánimos languidecen y la lucha se vuelve imposible.
La citada obra está disponible en inglés:
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El Islam y el Suicidio de Occidente Orígenes, doctrinas y objetivos del Islam |
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