Palabras del Director Agosto de 2020 – Año XIX

Estimados amigos:

“Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces e invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumento de la gloria de esta misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, por la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y por la nuestra, proclamamos, declaramos y definimos ser dogma de revelación divina que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial”.

Con estas elocuentes palabras Pío XII proclamó, el 1º de noviembre de 1950, el dogma de la Asunción. Se trata del cuarto dogma mariano —le precedieron los de la Maternidad Divina, la Virginidad de María y la Inmaculada Concepción— y, al mismo tiempo, del último dogma definido por la Santa Madre Iglesia.

El dogma es una verdad de fe, a la que todo cristiano debe prestar una adhesión irrevocable. “Los dogmas son luces que iluminan el camino de nuestra fe y lo hacen seguro”, nos explica el Catecismo de la Iglesia Católica.

Hasta antes de su proclamación, un dogma puede ser materia de opinión; pero una vez definido, debe ser acatado por todo católico, bajo pena de verse excluido de la comunión eclesial. Lo que, acto seguido, expone el Pontífice: “Por eso, si alguno, lo que Dios no quiera, osase negar o poner en duda voluntariamente lo que por Nos ha sido definido, sepa que ha apartado de la fe divina y católica” (Munificentissimus Deus).

Estas mismas doctrinas, sin embargo, fueron anteriormente enarboladas y defendidas por grandes doctores. Tal es el caso de la Asunción de María, cuya fiesta conmemoramos el 15 de agosto, y sobre la cual dedicamos el Tema del Mes.

En Jesús y María,

El Director

Recolectores de basura y gondoleros: La belleza del trabajo manual La sobrecarga de impuestos es injusta e inhumana
La sobrecarga de impuestos es injusta e inhumana
Recolectores de basura y gondoleros: La belleza del trabajo manual



Tesoros de la Fe N°224 agosto 2020


La Asunción de María Un anticipo de nuestra propia resurrección
Agosto de 2020 – Año XIX La sobrecarga de impuestos es injusta e inhumana La Asunción de María Santísima El último Cuerpo Militar nobiliario de la historia San José de Calasanz ¿Deberíamos pedir a nuestros párrocos que reabran las iglesias? Recolectores de basura y gondoleros



 Artículos relacionados
El auténtico pueblo ruso antes de 1917 El pueblo ruso quedó sometido al yugo comunista durante 70 años. Y la tiranía fue tal, que se podría decir —con excepciones, claro está— que la mentalidad auténtica de aquel pueblo fue aniquilada. ¡Lo cual es catastrófico para un país!...

Leer artículo

¿Jesucristo podría haber tenido una vida humana? Tengo amigos que no comprenden cómo Jesucristo, siendo Dios, podía tener una vida verdaderamente humana, y por eso yo quisiera saber cómo eran la Persona y la vida humana de Nuestro Señor Jesucristo. En otros términos, cómo era posible que Nuestro Señor sintiera dolores físicos o aflicciones morales, si al mismo tiempo, siendo Dios, vivía en la absoluta felicidad de la Santísima Trinidad. Y también si, por ejemplo, Él podía contraer alguna enfermedad, resfriarse, etc...

Leer artículo

Los dos lagos Si existe una materia que no debería faltar, tanto en el hogar como en la escuela, es la educación de la pureza...

Leer artículo

Sublime diálogo de almas Recíprocamente, nunca Dios amó tanto a una mera criatura. Y nunca un hijo amó tan plenamente, tan enteramente, tan desbordantemente a su madre...

Leer artículo

Segovia: belleza y fuerza que brotan de la fe Segovia se destaca entre las ciudades más bellas y antiguas de España. Célebre por su acueducto romano, su castillo y su catedral, así como por su “cochinillo” (un delicioso plato de lechón asado), está situada al norte de Madrid, cerca de la sierra de Guadarrama, y representa magníficamente la grandeza del país bajo el cetro de los Reyes Católicos y del incomparable Felipe II...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×