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Gracia, naturalidad y lógica PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA
Un ejemplo magnífico de palmeras imperiales son aquellas del Jardín Botánico, en Río de Janeiro. Dos hileras de palmeras muy altas y sus copas aisladas en la cima: como soldados presentando armas a un rey de ensueño que debe pasar, y en cuya expectativa ellas están alineadas para el saludo militar. Consta, además, que fue don Juan VI — rey de Portugal y Brasil— quien las mandó plantar. Ellas son muy altas y tienen un aspecto que se aprecia mucho en ciertas columnas. Una columna no es tan bella cuando es un cilindro igual desde el suelo hasta el techo. Lo bonito de una columna es cuando ella tiene una proporción entre el diámetro mayor de abajo y el menor de arriba, de modo que ella se va afinando cada vez más hasta llegar a lo alto, sin ningún salto brusco. Ella debe ir afinándose como un taco de billar, hasta arriba. Esto es lo bonito de la columna. * * *
Pero también hay diferencia de colores. Aquel tronco seco tostado, marrón muy oscuro tendiente al negro, al llegar a la parte superior, da lugar al verde claro del follaje, que demuestra que el árbol no está muerto. Del suelo, al interior de su oscuro tronco, va subiendo la savia en una ascensión asombrosa, que irriga toda la palmera sin que se lo perciba. Arriba, aquella parte más delicada brilla al sol. Hay una bonita proporción de colores entre el verde claro del follaje y la madera oscura del tronco.
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La Virgen Negra de París Nuestra Señora de la Buena Liberación |
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Para qué fuimos creados El cuerpo me dice qué soy, pero no quién soy. El quién es propio del alma. El cuerpo me dice que estoy hecho de carbono, oxígeno, nitrógeno, calcio, hierro, etc. Pero la personalidad, la simpatía, la cordialidad, la amabilidad, la sinceridad, el orgullo, la soberbia, la mentira, el odio, la venganza, son defectos y virtudes espirituales... |
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El Sacramento del Matrimonio - I Aterradoras son las estadísticas sobre el matrimonio en las últimas décadas. ¡Cuántos entrelazan sus manos sin la bendición de la Iglesia! ¡Qué grande y aterrador es el número de divorcios! ¿Quién puede medir la multitud de uniones infelices y pecaminosas?... |
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Santa Eustoquia, Virgen Eustoquia nació en Roma el año 368, siendo la tercera de las cuatro hijas del senador romano Toxocio y de su esposa Paula... |
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Del Juicio Particular - II ¡Oh, con cuánto regocijo espera la muerte el que está en gracia de Dios para ver pronto a Jesús y oírle decir: “Muy bien, siervo bueno y leal; porque fuiste fiel en lo poco, te pondré sobre lo mucho” (Mt 25, 21)... |
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Multiplicación de los panes y curaciones Cierto día, entrando Jesús en la ciudad de Naím, encontró una gran multitud que acompañaba a la sepultura a un difunto. Era este un joven, hijo único de madre viuda, la cual seguía al féretro llorando sin consuelo, y le acompañaban otras personas. Jesús se compadeció de ella y le dijo: —“No llores”. Y acercándose al ataúd, detuvo a los que lo llevaban, los cuales se pararon y lo pusieron en el suelo. Entonces el Salvador exclamó en voz alta: —“Te mando, joven, que te levantes”... |
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