Historia Sagrada Multiplicación de los panes y curaciones

San Juan Bosco

Cierto día, entrando Jesús en la ciudad de Naím, encontró una gran multitud que acompañaba a la sepultura a un difunto. Era este un joven, hijo único de madre viuda, la cual seguía al féretro llorando sin consuelo, y le acompañaban otras personas. Jesús se compadeció de ella y le dijo: —“No llores”. Y acercándose al ataúd, detuvo a los que lo llevaban, los cuales se pararon y lo pusieron en el suelo. Entonces el Salvador exclamó en voz alta: —“Te mando, joven, que te levantes”. Y el joven inmediatamente se levantó y comenzó a hablar. Le tomó de la mano y se lo devolvió a su madre, que le recibió con sumo gozo. Todos los que se hallaron presentes a este milagro, glorificaron a Dios diciendo: —Un gran profeta ha aparecido entre nosotros. Verdaderamente el Señor ha visitado a su pueblo.

Multiplicación de los panes

Jesús se dirigió un día al desierto, acompañado de una inmensa muchedumbre que le seguía de todas partes. Al ver tanta gente, comenzó a instruirla en la fe y a curar los enfermos, y, sin darse cuenta, les sorprendió la noche. Los discípulos le dijeron que despachara a aquellas turbas, porque se hallaban en un lugar desierto, faltos de todo sustento.

Jesús, les contestó: —“No conviene que se marchen en ayunas, pues podrían desfallecer en el camino; dadles de comer”.

Felipe replicó: —“No son suficientes doscientos denarios para dar un pedazo a cada uno”.

Jesús les preguntó:
—“¿Cuántos panes tenéis?”

Andrés le contestó: —“Hay aquí un joven que tiene cinco panes y dos peces. ¿Pero qué es esto para tanta gente?”

Dijo Jesús: —“Traédmelos y hacedlos sentar a todos sobre la hierba”. Se sentaron, y había allí cerca de cinco mil hombres sin contar las mujeres y los niños. Tomó los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, los bendijo y se los entregó a los apóstoles, para que los distribuyeran entre la multitud. Los panes y los peces se multiplicaron de tal manera, que todos comieron hasta la saciedad. Luego que hubieron comido, mandó Jesús que recogiesen los restos y con ellos se llenaron doce canastos.

Al presenciar este milagro, decían estupefactos las turbas: —Este es verdaderamente el profeta que debía venir al mundo. Entretanto, querían hacerle rey, pero Él se retiró a un monte a hacer oración.

Repitió en otra ocasión el mismo milagro, alimentando abundantemente con pocos panes a miles de personas.

Otras curaciones milagrosas

Algunas enfermedades puede curarlas el hombre con el tiempo y con remedios adecuados, pero devolver la salud al instante y sin remedio alguno, es sólo propio de Dios, autor de la vida y de la muerte. Por esto Jesús, siendo verdadero Dios, curó de este modo enfermedades que hasta se tenían por incurables, y resucitó también a algunos muertos. A los milagros referidos añadiremos el siguiente.

En la ciudad de Sidón le llevaron un sordomudo para que le curase. Jesús le llamó aparte, púsole los dedos en las orejas, le tocó la lengua con su saliva, y levantando los ojos al cielo, le dijo: —“Abríos”; y al instante se abrieron los oídos, se soltó su lengua y comenzó a hablar claramente. 

En el Huerto de los Olivos, Nuestro Señor Jesucristo sufrió, rezó y venció Santa Matilde de Ringelheim
Santa Matilde de Ringelheim
En el Huerto de los Olivos, Nuestro Señor Jesucristo sufrió, rezó y venció



Tesoros de la Fe N°171 marzo 2016


La traición de Judas “¿Con un beso entregas al Hijo del hombre?”
Nº 171 – Marzo de 2016 – Año XV La Iglesia, santa y católica,crecerá hasta el fin de los siglos El Islam, según Don Bosco En el Huerto de los Olivos, Nuestro Señor Jesucristo sufrió, rezó y venció Multiplicación de los panes y curaciones Santa Matilde de Ringelheim Divorcio, adulterio y la doctrina católica El Huerto de los Olivos



 Artículos relacionados
Iglesia y Estado: ¿unión o separación? En 1905 una ley francesa que determinó la separación de la Iglesia y el Estado, dio lugar a una virulenta persecución de la religión católica en aquel país...

Leer artículo

Santa Teresa de Lisieux Pionera de la “pequeña vía” Para un lector superficial de la Historia de un Alma, santa Teresita (1873-1897) fue una “santita” que vivió en un mar de rosas y apenas tuvo la desdicha de perder a su madre a los cuatro años de edad y de morir prematuramente. La iconografía romántica enfatiza esta idea presentándola como una monjita buena, sonrojada y risueña, sosteniendo un crucifijo y un mazo de rosas; una caricatura edulcorada, que más favorece a una piedad falsa y sentimental. Lo cual contrasta totalmente con las fotografías auténticas que de ella poseemos...

Leer artículo

Imagen Peregrina de Nuestra Señora de Fátima Esta imagen, considerada del punto de vista artístico, es del estilo llamado “sulpiciano”,* pero tiene muchísima más expresión que las imágenes sulpicianas comunes. Esta expresión se nota por la coherencia de su conjunto...

Leer artículo

Donde hay virtud, florece la nobleza de sentimientos y la cortesía A respecto del diálogo sostenido entre la Virgen de Guadalupe y san Juan Diego Cuauhtlatoatzin en 1531 (ver recuadro en la siguiente página), se pueden hacer varios comentarios...

Leer artículo

Si el Estado se atribuye y apropia las iniciativas privadas, la familia está en peligro El Estado tiene esta noble misión: reconocer, regular y promover en la vida nacional las actividades y las iniciativas privadas de los individuos; dirigir convenientemente estas actividades al bien común, el cual no puede quedar determinado por el capricho de nadie ni por la exclusiva prosperidad temporal de la sociedad civil...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×