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Esto no significa que cada miembro de la Iglesia, considerado separadamente, no pueda alejarse de la perfección y perderse. Pero la Providencia, que vela sin cesar sobre la Esposa del Verbo Encarnado, no podría permitir que aquellas deserciones internas la destruyan o interrumpan su crecimiento.
Independientemente de los esfuerzos de sus enemigos internos o externos, la Iglesia siempre continuará a crecer hasta el fin de los siglos. Crecerá en extensión, por los elementos nuevos que asimilará sin cesar; crecerá en luz, por las afirmaciones cada vez más explícitas que opondrá a los errores; crecerá en gracia y en méritos, por los actos de virtud que sus miembros nuevos producirán continuamente, bajo la influencia del Espíritu de Dios. El momento en que cese este triple progreso, el momento en que el cuerpo de Jesucristo alcance su pleno crecimiento, será el momento en que él será elevado a la gloria, para participar en la felicidad de su Jefe divino. Así, en el ápice de la humanidad, se realizará, a pesar de todos los obstáculos, un progreso real y un progreso auténticamente divino. ♦ Henri Ramière S. J., El Reino de Jesucristo en la Historia, Livraria Civilização Editora, Porto, 2001, p. 205-206.
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La traición de Judas “¿Con un beso entregas al Hijo del hombre?” |
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El rosario en la cárcel Si tía Olimpia tenía motivos para llorar, el administrador de Ourem se encontraba, en cambio, complacido sumamente con el éxito de su atrevido plan para secuestrar a los niños. Le proporcionaba cierto placer burlón el imaginarse a toda la multitud creyente y necia esperando en Cova da Iría una exhibición en la que los principales actores no aparecían... |
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La Revolución de la Sorbona: París, Mayo de 1968 Los golden sixties se basaban en una concepción atea de la vida, que pretendía estructurar la sociedad sin tener en cuenta los valores espirituales ni los derechos de Dios... |
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El matrimonio feliz La mesa familiar, el crucifijo y la cuna. En el presente artículo trataremos de los dos primeros; dedicaremos un artículo aparte para la tercera cosa: la cuna... |
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La Torre de Belén LA TORRE DE BELÉN, en Lisboa, de tal manera causa la impresión de ser un castillo, y no una simple torre, que hasta se podría preguntar ¡cómo una torre puede ser tan bella! Ella ostenta la pompa y la imponencia de un castillo de cuento de hadas, con su piedra blanca que brilla al sol... |
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Paseo en burro por la playa Un grupo de señoritas dan un paseo en burro por la playa. Una difusa luz atraviesa las grisáceas nubes que dominan el cielo y se refleja en la arena iluminando la escena... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino