Santoral
PentecostésEl Padre ama necesaria e infinitamente al Hijo, y el Hijo ama con esta misma intensidad al Padre, y el Padre y el Hijo amándose necesariamente sin poder dejar de amarse con este amor infinito, producen un término eterno de su amor, llamado Espíritu Santo, Espíritu Paráclito, la tercera Persona, distinta realmente de las dos primeras; pero inseparable de ellas, eterno, infinito, Dios como el Padre y el Hijo, de quienes procede por cierta espiración de la voluntad o del amor, de donde toma el nombre de Espíritu Santo. |
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Fecha Santoral Mayo 28 | Nombre |
El Padre ama necesaria e infinitamente al Hijo, y el Hijo ama con esta misma intensidad al Padre, y el Padre y el Hijo amándose necesariamente sin poder dejar de amarse con este amor infinito, producen un término eterno de su amor, llamado Espíritu Santo, Espíritu Paráclito, la tercera Persona, distinta realmente de las dos primeras; pero inseparable de ellas, eterno, infinito, Dios como el Padre y el Hijo, de quienes procede por cierta espiración de la voluntad o del amor, de donde toma el nombre de Espíritu Santo (Pbro. D. Eulogio Horcajo Monte, «El Cristiano Instruido en su Ley», Madrid, 1891, p. 40-41). El octavo artículo del Credo nos enseña que existe el Espíritu Santo, tercera Persona de la Santísima Trinidad, que es Dios eterno, infinito, omnipotente, Criador y Señor de todas las cosas, como el Padre y el Hijo. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, por vía de voluntad y de amor, como de un sólo principio. Se dice que todas las tres Personas son eternas porque el Padre desde toda la eternidad engendra al Hijo, y del Padre y del Hijo procede desde toda la eternidad el Espíritu Santo. La tercera Persona de la Santísima Trinidad se llama particularmente con el nombre de Espíritu Santo porque procede del Padre y del Hijo por vía de espiración y de amor. Al Espíritu Santo se atribuye especialmente la santificación de las almas [aunque] todas las tres Personas nos santifican igualmente. La santificación de las almas se atribuye en particular al Espíritu Santo porque es obra de amor, y las obras de amor se atribuyen al Espíritu Santo. Pentecostés El Espíritu Santo bajó sobre los Apóstoles el día de Pentecostés; es decir, cincuenta días después de la Resurrección de Jesucristo y diez después de su Ascensión. Los Apóstoles estaban reunidos en el Cenáculo en compañía de la Virgen María y de otros discípulos, y perseveraban en oración esperando al Espíritu Santo que Jesucristo les había pro metido. El Espíritu Santo confirmó en la fe a los Apóstoles, los llenó de luz, de fortaleza, de caridad y de la abundancia de todos sus dones. Fue enviado para toda la Iglesia y para todas las almas fieles. El Espíritu Santo, como el alma en el cuerpo, vivifica con su gracia y dones a la Iglesia, establece en ella el reinado de la verdad y del amor y la asiste para que lleve con seguridad a sus hijos por el camino del cielo (Catecismo Mayor de San Pío X, Ed. Magisterio Español, Vitoria, 1973, pp. 22-23).
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![]() Luz, el mayor regalo |
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Noveno artículo del Credo - I Creo en la Santa Iglesia Católica, en la Comunión de los Santos Dios, por una gracia particular, nos ha llamado a la Iglesia de Jesucristo, para que con la luz de la fe y la observancia de la divina ley le demos el debido culto y lleguemos a la vida eterna... |
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Segundo artículo del Credo Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor El segundo artículo del Credo nos enseña que el Hijo de Dios es la segunda Persona de la Santísima Trinidad: que es Dios eterno, omnipotente, Creador y Señor como el Padre, que se hizo hombre para salvarnos, y que el Hijo de Dios hecho hombre se llama Jesucristo... |
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Introducción El símbolo de los Apóstoles Se llama Credo, por la primera palabra con que comienza, y Símbolo, porque era la señal o fórmula con que se reconocían los cristianos católicos en los primeros tiempos. El que quería tomar parte en la misa o en los divinos misterios, era examinado por el símbolo; si no lo sabía, no era admitido... |
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Noveno artículo del Credo - III Creo en la Santa Iglesia Católica, en la Comunión de los Santos La Iglesia docente y la Iglesia discente son dos partes distintas de una misma y única Iglesia, como en el cuerpo humano la cabeza es distinta de los otros miembros, y con todo forma con ellos un solo cuerpo. Componen la Iglesia docente todos los Obispos, con el Romano Pontífice a la cabeza, ya se hallen dispersos, ya congregados en Concilio. Componen la Iglesia discente o enseñada todos los fieles... |
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Tercer artículo del Credo Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen El tercer artículo del Credo nos enseña que el Hijo de Dios tomó cuerpo y alma, como tenemos nosotros, en las purísimas entrañas de María Virgen, por obra del Espíritu Santo, y que nació de esta Virgen... |
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