Verdades Olvidadas Qué grande es el poder de la oración

TODA MI FUERZA se encuentra en la oración y en el sacrificio; son las armas invencibles que Jesús me ha dado, y logran mover los corazones mucho más que las palabras. […]

¡Qué grande es, pues, el poder de la oración! Se diría que es como una reina que en todo momento tiene acceso libre al rey y que puede alcanzar todo lo que pide.

Para ser escuchadas, no hace falta leer en un libro una hermosa fórmula compuesta para esa ocasión. Si fuese así, ¡qué digna de lástima sería yo! Fuera del Oficio divino, que tan indigna soy de recitar, no me siento con fuerzas para sujetarme a buscar en los libros hermosas oraciones; me produce dolor de cabeza, ¡hay tantas, y cada cual más hermosa! No podría rezarlas todas, y, al no saber cuál escoger, hago como los niños que no saben leer: le digo a Dios simplemente lo que quiero decirle, sin componer frases hermosas, y él siempre me entiende.

Para mí, la oración es un impulso del corazón, una simple mirada lanzada hacia el cielo, un grito de gratitud y de amor, tanto en medio del sufrimiento como en medio de la alegría. En una palabra, es algo grande, algo sobrenatural que me dilata el alma y me une a Jesús. […]

A veces, cuando mi espíritu está tan seco que me es imposible sacar un solo pensamiento para unirme a Dios, rezo muy despacio un Padrenuestro, y luego la salutación angélica. Entonces, esas oraciones me encantan y alimentan mi alma mucho más que si las rezase precipitadamente un centenar de veces.

La Santísima Virgen me demuestra que no está disgustada conmigo. Nunca deja de protegerme en cuanto la invoco. Si me sobreviene una inquietud o me encuentro en un aprieto, me vuelvo rápidamente hacia ella, y siempre se hace cargo de mis intereses como la más tierna de las madres. ¡Cuántas veces, hablando a las novicias, me ha ocurrido invocarla y sentir los beneficios de su protección maternal!      


SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, Historia de un Alma, Manuscrito «C», Madres Carmelitas Descalzas de San José, Cusco, 2011, p. 206-208

 

Palabras del director Nº 154 - Octubre 2014 - Año XIII El final de un mundo
El final de un mundo
Palabras del director Nº 154 - Octubre 2014 - Año XIII



Tesoros de la Fe N°154 octubre 2014


La Hermana Lucía
Nº 154 - Octubre 2014 - Año XIII Qué grande es el poder de la oración El final de un mundo Fátima: “una sola fe, un solo bautismo, una sola Iglesia” El brillo de la nobleza: valor que el dinero no proporciona San Eduardo, el Confesor La Resurrección de Jesús y la Redención - II El caballero medieval



 Artículos relacionados
Las voces de todas las criaturas ¡Oh!, si tuvieses oídos para entender las voces de las criaturas, sin duda verías cómo todas ellas a una te dicen que ames a Dios...

Leer artículo

Los Estados no pueden obrar como si Dios no existiera El Estado tiene el deber de cumplir por medio del culto público las numerosas e importantes obligaciones que lo unen con Dios. La razón natural, que manda a cada hombre dar culto a Dios piadosa y santamente, porque de Él dependemos, y porque, habiendo salido de Él, a Él hemos de volver, impone la misma obligación a la sociedad civil...

Leer artículo

Abandonar la tradición es cortar sus propias raíces Permitid que un conciudadano vuestro de ayer rinda homenaje a uno de los valores más preciosos de la vida humana y más descuidados en nuestro tiempo: la tradición. Es un patrimonio fecundo, es una herencia a ser conservada...

Leer artículo

Remedio seguro contra la “coronafobia” El coronavirus domina los noticieros del mundo, provocando una psicosis rara vez vista en los tiempos modernos...

Leer artículo

Madonna della Strada Esta es la pintura de la Santísima Virgen conocida como Madonna della Strada (Nuestra Señora del Camino), ubicada en una capilla entre el altar de San Ignacio y el altar mayor de la iglesia de Il Gesù...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×