|
Frente a la propuesta legislativa que busca permitir la Unión Civil entre personas del mismo sexo, en mi condición de Arzobispo Metropolitano de Trujillo y ciudadano de nuestro querido Perú, manifiesto lo siguiente:
1. La familia, célula primera y vital de la sociedad, no es una creación del derecho ni de la ley, sino obra de Dios, y propia de la naturaleza humana. Dios creó al varón y a la mujer y les mandó “crecer y multiplicarse” (Gén 1, 28). La ley debe contribuir siempre a su consolidación y fortalecimiento, en base a los principios y normas Constitucionales, que obligan a la comunidad y al Estado, a protegerla como institución natural y fundamental de la sociedad. 2. El matrimonio, independientemente de los credos, posturas políticas y criterios subjetivos, nace del derecho natural del varón y de la mujer a unirse entre sí, estableciendo una comunidad de vida, ordenada por su misma índole natural al bien de los cónyuges, a la generación y a la educación de sus hijos. 3. La unión civil a que se refiere el proyecto de ley, busca crear un estatus civil parecido a la figura de la unión de hecho que existe ya en el Derecho Civil. A esta unión civil se le pretende equiparar con el matrimonio, permitiendo que parejas conformadas por personas del mismo sexo, puedan acceder a derechos reconocidos para el matrimonio. 4. La unión civil de personas del mismo sexo, bajo el falso argumento de no discriminar, altera el orden natural, propugna una falsa libertad, debilita la esencia natural de la familia y la finalidad del matrimonio, ocasionando un grave daño a la dignidad humana y a la sociedad. 5. En el Perú existen actualmente temas urgentes que merecen la atención de todos, por ello resulta válido preguntarse: ¿Por qué este proyecto de ley, que no ha prosperado en otras ocasiones y que ha tenido un rechazo mayoritario de la ciudadanía, pretende ponerse nuevamente en la agenda nacional?, ¿no sería mejor buscar soluciones referidas a la seguridad ciudadana, la lucha contra la corrupción, la educación, salud, atención de niños y ancianos, disminución de la pobreza, y al friaje que afecta a nuestros hermanos del sur, que sí son de interés común y de urgencia nacional?. 6. Trasgredir la ley natural no es un grito de libertad, por eso estamos urgidos a respetar el orden puesto por Dios en la naturaleza humana,“lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt 19, 6) y “por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos serán un solo ser” (Gén 2, 24). 7. Finalmente, hago un llamado a
todos los católicos y a las personas de buena voluntad a
no permitir la instalación en nuestro país de esta figura jurídica
que atenta contra la naturaleza humana, el matrimonio y la familia. Mons. Miguel Cabrejos Vidarte O.F.M., Arzobispo Metropolitano de Trujillo,Comunicado del 17 de setiembre de 2013.
|
Cristianofobia: un capítulo insidioso La persecución a los católicos desencadenada por la pérfida Revolución anticristiana |
|
San Elías, el profeta de fuego El día 20 de julio, la Iglesia conmemora la fiesta de Elías, el profeta de fuego, que se consumía de celo por el Señor, Dios de los ejércitos, nueve siglos antes de la venida del Redentor... |
|
El papel decisivo de la institución familiar en la economía Hoy, más que nunca, se habla intensamente de economía, lo que deja a muchos preocupados, no solo por la gravedad de la situación económica actual, sino también sobre las concepciones marxistas de la economía... |
|
¿Es coherente llamarse católico y practicar ritos de otras religiones? En realidad, solo existe una religión verdadera, la revelada por Dios, y una sola Iglesia verdadera, aquella fundada por Nuestro Señor Jesucristo... |
|
Aux jardins de Monsieur Le Nôtre “En los jardines del Señor Le Nôtre”, tal es el título de las celebraciones con las que Francia conmemoró recientemente los 400 años del nacimiento del mayor jardinero de todos los tiempos: André Le Nôtre (1613-1700)... |
|
El caballero medieval EN LA EDAD MEDIA, los conceptos de caballería y de nobleza en cierto sentido se confundían. Así, no siempre el caballero era noble, pero muchos de ellos participaban de tal condición; no todos los nobles eran caballeros, aunque muchos lo fuesen... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino