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La confianza no nos dispensa de la oración. En las necesidades temporales no basta esperar los socorros de Dios, es menester además pedírselos.
Jesucristo nos dejó en el Padrenuestro el modelo perfecto de la oración; ahí Él nos hace pedir “nuestro pan de cada día”: Panem nostrum quotidianum da nobis hodie. De nuestra parte, ¿no descuidamos frecuentemente ese deber de la oración? ¡Qué imprudencia y qué locura! Nos privamos así, por liviandad, de la protección del Dios del cielo, la única soberanamente eficaz. Se cuenta que los capuchinos, nunca murieron de hambre, porque recitan siempre piadosamente el Padrenuestro. Imitémoslos y el Altísimo no dejará que nos falte lo necesario. Pidamos, pues, el pan cotidiano. Es una obligación que nos impone la fe y la caridad para con nosotros mismos. ¿Podremos, no obstante, aumentar nuestras pretensiones y pedir también la riqueza? Nada se opone a esto, siempre que esa oración se inspire en motivos sobrenaturales y quedemos sumisos a la voluntad de Dios. El Señor no nos prohíbe expresarle nuestros deseos, al contrario, le gusta que seamos filiales con Él. No esperemos, sin embargo, que Él se doblegue a todas nuestras fantasías; su bondad se opone a ello. Dios sabe lo que nos conviene. Sólo nos concederá los bienes de la tierra si deben servir para nuestra santificación. Abandonémonos completamente a la dirección de la Providencia y recitemos la oración del Sabio: “No me des riqueza ni pobreza, concédeme mi ración de pan; no sea que me sacie y reniegue de ti, diciendo: «¿Quién es el Señor?»; no sea que robe por necesidad y ofenda el nombre de mi Dios” (Prov 30, 8-9). P. Thomas de Saint Laurent, El Libro de la Confianza, cap. III, § Rezar por las necesidades temporales.
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El Velo de la Verónica¡Quién tuvo en sus manos tejido más augusto! |
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La crucifixión y muerte de Jesucristo Jesús, abrumado bajo el peso de su carga, cayó penosamente en el camino. El cortejo se detuvo un momento para levantarlo, lo que dio ocasión a los verdugos para maltratarle... |
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Homenaje a Plinio Corrêa de Oliveira Cuando me sentí llamado por Dios al ministerio sacerdotal, encontré en el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira un estímulo inquebrantable para perseverar en ese sublime ideal. Ya lo seguía de cerca, impresionado y quizás cautivado, admirando desde entonces su espíritu católico, observando que todas las fibras de su alma estaban vueltas hacia Dios... |
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¿Cuál es el valor de las oraciones privadas? Hay, además, algunos que niegan a nuestras oraciones toda eficacia propiamente impetratoria... |
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“Dios está contento con vuestros sacrificios” Los tres niños se encontraban en la estrecha calle de Aljustrel comentando sus aventuras, cuando Lucía se fijó que casi bajo sus pies desnudos había un rollo grande de soga. Lo cogió descuidadamente, pero su aspereza le arañó en el brazo. Esto le sugirió una idea: —¡Mirad! ¡Esto hace daño! Podemos hacer un cinturón con la soga y ofrecer este sacrificio a Dios... |
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Las Promesas del Sagrado Corazón de Jesús Una devoción fundamental para los católicos realmente deseosos de consagrarse al amor infinito de Dios y obtener gracias superabundantes. Máxime para los que se empeñan en propagar la devoción al Divino Corazón... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino