La Palabra del Sacerdote El matrimonio civil

PREGUNTA

Quiero salir de una duda. Vivo hace 24 años con un hombre que está casado por lo civil. Tenemos tres hijos. ¿Vivimos en pecado? ¿Puedo comulgar y participar de las actividades de la Iglesia?



RESPUESTA

Realmente, según la moral católica su situación actual es irregular, pero tal vez sea fácil de solucionar, una vez que la unión anterior del hombre no fue realizada por la Iglesia. Efectivamente, entre bautizados, sólo existe verdadero matrimonio cuando es realizado ante la Iglesia. Si el hombre con el que usted vive hace 24 años está separado de la mujer (con quien se casó solamente por lo civil), probablemente él puede conseguir la disolución de ese matrimonio, de común acuerdo con ella. En efecto, si él no tiene compromisos que cumplir resultantes de esa primera relación, sea en lo tocante a la mujer, sea con eventuales hijos, ella posiblemente concordará con una separación amigable.

Ahora bien, el matrimonio civil entre bautizados no es vinculante, ni ante la Iglesia, ni ante las leyes civiles, y puede ser disuelto, observadas las praxis legales. Así, usted podría no sólo casarse por la Iglesia —lo que, por lo demás, puede hacer desde ya— como también regularizar su situación ante el derecho civil, lo cual es conveniente para efectos legales.

El matrimonio civil entre bautizados no es vinculante ante la Iglesia, y ni siquiera ante las leyes civiles


En la otra hipótesis, es decir, de negación de la mujer a disolver amigablemente el matrimonio civil, nada impide que usted formalice el matrimonio religioso con el hombre con quien vive y tiene hijos. Y, en este caso, que lo haga cuanto antes, para salir de la actual situación de pecado y reintegrarse en la gracia de Dios y en la vida de la Iglesia. Con esto, además, dará un ejemplo de respeto a los principios y a las normas de nuestra santa Religión.

Pero es necesario notar que el matrimonio religioso no exonera al hombre, que ya entonces será su marido legítimo, de los deberes de justicia derivadas de la unión civil anterior, tanto con relación a la mujer, cuanto con relación a los eventuales hijos que con ella haya tenido, como pensión alimenticia, atención médica, educación, etc. Naturalmente, todo eso debe ser hecho con el decoro y la distancia prudencial que él debe mantener con relación a la mujer con la cual antes convivió. No sean esas tratativas ocasión para familiaridades que provocarían escándalo. Dice Nuestro Señor en el Evangelio que “el espíritu está pronto, pero la carne es débil” (Mt 26, 41).

Todos los cuidados, en esta materia, son pocos. Tanto más si las peculiaridades del caso, que desconozco, desaconsejaran cualquier tratativa directa entre ambos.

Que Nuestra Señora de Fátima la bendiga, y facilite los pasos que ambos deben dar para regularizar su situación matrimonial. 



Santo Tomás Becket La Mediación y el Cuerpo Místico de Cristo
La Mediación y el Cuerpo Místico de Cristo
Santo Tomás Becket



Tesoros de la Fe N°120 diciembre 2011


La Santa Casa de Loreto. Donde vivió la Sagrada Familia de Nazaret
Nº 120 - Diciembre 2011 - Año X ¿Qué es el amor sino exageración? Cuento de Navidad El último de los ángeles Nuestra Señora de Loreto Implacable persecución anticatólica en China Santo Tomás Becket El matrimonio civil La Mediación y el Cuerpo Místico de Cristo El Príncipe de la Paz



 Artículos relacionados
La perfección del matrimonio Al leer una colección de «Vidas ejemplares» me he encontrado con… varias santas que se casaron y, de común acuerdo con sus esposos, practicaron el voto de castidad y jamás tuvieron relaciones conyugales. Sin embargo, me enseñaron que el sacramento del matrimonio se configura como tal con la consumación del acto, pues ambos serán una sola carne. Si eso no ocurre, el sacramento perdería su carácter. ¿Podría, por favor, aclarar mis dudas?...

Leer artículo

El sacramento de la Penitencia La contrición perfecta es un dolor de los pecados, que puede resultar del sentimiento del profundo desorden que el pecado introduce en nuestra alma, haciéndonos incompatibles con Dios. El aborrecimiento de los pecados en esas condiciones comporta un acto, al menos implícito, de amor a Dios, que se revela en el pedido explícito de perdón a Dios...

Leer artículo

Preparación para el matrimonio La consultante hace bien en no apremiar a su novio a recibir el bautismo mientras él no esté definitivamente convertido. Y hace bien, además, en querer recibir el sacramento del matrimonio, pues habiendo sido bautizada en la Iglesia católica, su matrimonio meramente por lo civil sería nulo...

Leer artículo

El verdadero concepto del Matrimonio El amor de un cónyuge por el otro debe ser la expresión del verdadero amor de Dios, y no sólo de un amor sentimental y romántico, centrado apenas en la otra persona, en sus reales o supuestas cualidades y atributos...

Leer artículo

¿Podemos comulgar sin antes habernos confesado? El Concilio de Trento confirmó una doctrina constante en la Iglesia, de que para comulgar necesitamos tener la conciencia limpia de todo pecado mortal. Si el fiel está en ese caso, no necesita realmente confesarse antes de cada comunión...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×