Palabras del Director Nº 120 - Diciembre 2011 - Año X
Estimados amigos:

Con cierta frecuencia escucho decir que la Navidad es para los niños. Sin embargo, me parece que ésta es una afirmación errada, porque si en la Navidad conmemoramos el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Dios no se hizo hombre sólo para salvar a los niños. Por otro lado —aunque no creo que fuera la intención original— lo dicho es cierto, meditando en las palabras de Jesús a sus discípulos: “Si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mt 18, 3).

A ese respecto, San Jerónimo nos aclara que «El Señor no mandó a los apóstoles que tuvieran la edad de los niños, sino que tuvieran su inocencia y que obtuvieran por sus esfuerzos lo que aquellos poseían por sus años, de manera que fueran niños en la malicia, pero no en la sabiduría».

Y San Hilario, al comentar el texto de San Mateo, señala que Nuestro Señor «llamó también niños a todos los creyentes, por su obediencia a la fe; éstos siguen a su padre, aman a su madre, no saben querer el mal, desprecian los cuidados de los afanes de la vida, no son insolentes, no tienen odio, no mienten, creen lo que se les dice y tienen por verdadero lo que oyen».

Convirtámonos pues, como la Virgen María en Fátima también nos lo pidió, y gocemos como los niños las castas alegrías de la Navidad. Para ello desde ya preparémonos: montando en familia el nacimiento en nuestras casas, practicando algunos villancicos para cantar en la Nochebuena, leyendo algunos textos escogidos y rezando la Novena de Aguinaldos a los pies de la Sagrada Familia.

¿No tienen ustedes nostalgias de las Navidades de otrora? Hagámoslas revivir en nuestros hogares y así el Niño Jesús volverá a nacer en nuestros corazones. Les deseo a todos nuestros lectores y a sus queridas familias una feliz y santa Navidad, y un Año Nuevo bajo la especial protección de San Martín de Porres, pues el 6 de mayo del 2012 conmemoraremos los 50 años de su gloriosa canonización.

En Jesús y María,

El Director
El Príncipe de la Paz ¿Qué es el amor sino exageración?
¿Qué es el amor sino exageración?
El Príncipe de la Paz



Tesoros de la Fe N°120 diciembre 2011


La Santa Casa de Loreto. Donde vivió la Sagrada Familia de Nazaret
Nº 120 - Diciembre 2011 - Año X ¿Qué es el amor sino exageración? Cuento de Navidad El último de los ángeles Nuestra Señora de Loreto Implacable persecución anticatólica en China Santo Tomás Becket El matrimonio civil La Mediación y el Cuerpo Místico de Cristo El Príncipe de la Paz



 Artículos relacionados
La imagen estaba allí… Un acróbata desempleado llamado Jeff se presentó una mañana de julio en las dependencias de un famoso circo, en busca de un trabajo para sobrevivir...

Leer artículo

La misericordia de Dios y la intercesión de los santos Oí hablar de un gran criminal que acababa de ser condenado a muerte por unos crímenes horribles. Todo hacía pensar que moriría impenitente. Yo quise evitar a toda costa que cayese en el infierno, y para conseguirlo empleé todos los medios imaginables...

Leer artículo

¿Puede un católico practicar yoga? Apreciado Monseñor: En la revista del mes de agosto último, usted escribió que el yoga y el reiki son ejercicios propios de corrientes panteístas. Mi hija asiste regularmente a misa los domingos, no obstante, practica yoga una vez por semana, para beneficiarse de las propiedades relajantes de los ejercicios, según me explicó. ¿Es posible que un católico practique yoga sin contaminarse con la doctrina religiosa subyacente?...

Leer artículo

El admirable nacimiento de Jesucristo El P. Rosignoli escribió las lecturas espirituales correspondientes a cada uno de los Ejercicios Espirituales. Es de esos textos que hemos extraído la página alusiva a la Santa Navidad, que hoy presentamos a nuestros lectores...

Leer artículo

El papel decisivo de la institución familiar en la economía Hoy, más que nunca, se habla intensamente de economía, lo que deja a muchos preocupados, no solo por la gravedad de la situación económica actual, sino también sobre las concepciones marxistas de la economía...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×