Compuesto por santa Rosa de Lima Esta oración o letanía, que nos revela el alto grado de unión con Dios alcanzado por la santa limeña, ha llegado a nosotros gracias a unos apuntes del sacerdote dominico fray Pedro de Loayza, incluidos en el proceso de su canonización. Y así, este testigo [fray Pedro de Loayza] nunca oyó a la bendita Rosa suspirar ni hacer otra acción que fuese para alivio de su cuerpo, en imitación a cierto santo llamado Gregorio López, que murió en la Nueva España, y cuya vida había leído esta santa y a quien alababa mucho. Y de aquí provino que la santa diese orden de que se le hiciese una letanía de ciento cincuenta atributos divinos, puestos en orden de diez en diez, y al final de cada diez un Gloria, a manera de Salterio o Rosario, ante la cual letanía, la bendita Rosa dijo a este testigo que el demonio temblaba y huía […]. Y para que se entienda esta letanía que rezaba la bendita Rosa, pide este testigo que se traslade a la letra, al pie de esta pregunta, toda ella, como la tiene escrita en un librillo. El cual, para el dicho efecto, lo exhibió ante mí, el presente notario, y sacado a la letra, dice de esta manera: Salterio de ciento cincuenta nombres y epítetos divinos, sacados de la Divina Escritura y de la doctrina de los Santos Padres, compuesta a manera de letanía para invocar y alabar a la Santísima Trinidad.
|
El legado de la primera santa de América |
Conclusión del Sermón de la Montaña Después de enseñar sobre las buenas obras, la oración y el ayuno, Jesús prosigue tratando de los cuidados que debe tomar el cristiano: —“No acumuléis tesoros en la tierra, donde los consume el óxido y la polilla, y donde los ladrones los desentierran y roban”... | |
La grandeza de darse por entero El ave de rapiña desciende en picada con todas sus fuerzas, el pico hacia delante, la mirada fija, las garras en una actitud a la vez agresiva pero vigilante, con la posibilidad de desviarse y luego atacar en mejores circunstancias... | |
La dignidad de la mujer Todos los que empañan el brillo de la fidelidad y castidad conyugal, como maestros que son del error, echan por tierra también fácilmente la fiel y honesta sumisión de la mujer al marido; y muchos de ellos se atreven todavía a decir, con mayor audacia, que es una indignidad la servidumbre de un cónyuge para con el otro... | |
La muerte de un símbolo La repentina muerte del hombre-símbolo de una inmensa revolución igualitaria y relativista, capturó la atención de los medios en todo el mundo. Conozcamos el punto de vista de un escritor católico norteamericano... | |
¿Los siglos de fe no conocieron el celo por la situación de las clases populares? Las fotos presentan los revestimientos de madera y los muebles de habitaciones campesinas austríacas del siglo XVI o XVII... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino