No le es dado a cualquiera ejercer el duro oficio de pescador de perlas. Las complexiones fuertes son capaces de resistir la presión del agua y las agresiones de los pulpos, para bajar al fondo del mar y recoger las albísimas perlas que buscan. Pero los organismos débiles se sienten asfixiados cuando se adentran un poco más en las verdes aguas del océano, y se ven forzados a retirarse con las manos vacías, para respirar la brisa amena y retornar a las presiones débiles, lejos de las cuales son incapaces de vivir. Del mismo modo, ciertas almas son capaces de adentrarse en los más serios pensamientos, donde van en busca de la inestimable perla de la verdad. Otras, sin embargo, se sienten asfixiadas cuando las ideas se vuelven un poco más densas, e inmediatamente retroceden con las manos vacías a la banalidad estéril, el único ambiente que pueden soportar. El sacrificio que se exige a la generación actual no es el de la sangre; la muerte no es el supremo peligro al que tiene que enfrentarse el joven de hoy, sino la vida misma. No es ya el momento de que los creyentes atestigüen su fe con el testimonio sangriento del martirio. Lo que la Iglesia pide a sus fieles es el testimonio de una vida ejemplar, el sacrificio generoso de toda nuestra personalidad a la gran causa por la que debemos luchar. Este sacrificio es el de los bienes temporales; es el sacrificio del tiempo dedicado al apostolado cuando podría emplearse en la búsqueda del dinero; es el sacrificio de las actitudes adoptadas para salvar las almas, en detrimento de la reputación social, de las relaciones más queridas de familia o de amistad, de las simpatías más preciosas. Este sacrificio es, sobre todo, el del alma que se purifica con la práctica de la virtud, que se inmola en el sufrimiento interior, que sube espontáneamente al altar de las pruebas espirituales más dolorosas, con aquella resolución magnánima con la que los primeros cristianos avanzaban hacia el martirio. El mundo actual se ha perdido por el pecado, y únicamente a través de la virtud puede ser redimido. A los ojos de Dios, la más útil de las obras apostólicas no vale nada cuando el apóstol lleva en su alma ese mismo espíritu del mundo que pretende combatir con sus acciones.
Plinio Corrêa de Oliveira, “O Legionário”, nº 173, 9 de junio de 1935.
|
La Resurrección Magno suceso ante el cual toda rodilla se dobla |
|
Se necesitan Babettes El personaje del título es una joven francesa que, obligada a huir de la guerra, va a parar a una aldea en Dinamarca, notable por su protestantismo rígido y puritano... |
|
¿Cómo nuestras oraciones pueden interceder por los difuntos? ¿Cómo pueden la oración y la misa por los difuntos conducirlos a la salvación, si cada uno es responsable por su propia salvación? ¿Por qué la Virgen y San José no pusieron el nombre de Enmanuel a Jesucristo conforme estaba escrito en las profecías, según el Nuevo Testamento? ¿A qué se refería Jesucristo al decirle a Pedro que lo llevarían a lugares adonde él no quisiera ir?... |
|
San José de Calasanz ue con sorpresa que los habitantes del palacio del nobilísimo D. Pedro de Urgel, barón de Peralta de la Sal, en la católica España, vieron en 1561 a su hijo de cinco años de edad, corriendo por la casa armado con un puñal, que había tomado de la panoplia paterna, detrás de algo. ¿De qué? Se preguntaron a sí mismos... |
|
Origen, significado y eficacia del Santo Rosario1 Como madre de Jesucristo, la Virgen María es digna de toda alabanza. Por eso los cristianos, desde los primeros tiempos, ya la saludaban con las palabras del Ángel... |
|
Respeto a la autoridad legítima En lo que a esta depravada doctrina y a estos sistemas toca, ya es a todos notorio que ellos persiguen principalmente, abusando de los términos de libertad e igualdad... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino