Los que piden a la Iglesia que renuncie a la fe en la práctica de la caridad en aquellos aspectos que suponen fricciones con los criterios del mundo lo hacen, muchas veces, en el nombre de la misma caridad y, en concreto, de uno de sus efectos, que es la paz. De la misma manera, se recurre a esa misma paz para justificar la inacción de los pastores hacia aquellos que ponen en peligro la misma unidad de la Iglesia al adulterar su enseñanza mientras enarbolan la bandera del amor. En la carta encíclica Caritas in Veritate leemos que “la caridad en la verdad, de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad” (Benedicto XVI, op. cit., nº 1). Pero si la paz es un efecto de la caridad, ¿puede darse una auténtica paz allá donde se niega la Verdad? Parece que hemos de darle en esto la razón a Pascal cuando escribía que: “En la Iglesia, cuando la verdad es ofendida por los enemigos de la fe, cuando se la quiere arrancar del corazón de los fieles para hacer reinar en él el error, permanecer en paz entonces ¿sería servir a la Iglesia o traicionarla?, ¿sería protegerla o destruirla? ¿Y no es evidente que, lo mismo que es un crimen turbar la paz allí donde reina la verdad, es también un crimen permanecer en paz cuando es destruida la verdad? Hay pues un tiempo en que la paz es justa y otro en que es injusta. Y está escrito que ‘hay tiempo de paz y tiempo de guerra’, y lo discierne el interés de la verdad. Pero no hay tiempo de verdad y tiempo de error, y está escrito, por el contrario que ‘la verdad de Dios dura eternamente’; y es por lo que Jesucristo, que dice que ha venido a traer la paz, dice también que ha venido a traer la guerra; pero no dice que ha venido a traer la verdad y la mentira. La verdad es por lo tanto la primera regla y el último fin de las cosas” (Pensamientos, nº 949).
Cardenal Robert Sarah, prefecto emérito de la Congregación para el Culto y la Disciplina de los Sacramentos, Discurso de investidura como doctor honoris causa por la Universidad Católica de Valencia (España), 1 de julio de 2022 in https://www.ucv.es.
|
Loreto, la nueva Nazaret La casa que los ángeles transportaron |
|
'No hay gente débil y gente fuerte en lo espiritual, sino gente que no reza y gente que sí sabe rezar' Es sentencia común entre los teólogos que la oración es necesaria a los adultos de necesidad de medio, es decir, que sin la oración es imposible la salvación... |
|
Cristo nació de Mujer o escuchemos tampoco a los que dicen que nuestro Señor tuvo un cuerpo semejante a la paloma que vio Juan Bautista descender del cielo y posarse sobre Jesús como símbolo del Espíritu Santo. Así, pretenden hacer creer que el Hijo de Dios no nació de mujer... |
|
Nuestra Señora de Lichen La historia de la devoción a la Virgen de Lichen empieza en el lejano año de 1813. Napoleón y sus soldados esparcieron la Revolución por toda Europa, y en aquella época comenzaba una seria reacción contra él... |
|
¿Cómo se desencadenará el castigo previsto en Fátima? La primera consideración a hacer es que debemos colocar la gloria de Dios por encima de todas las cosas. El instinto de conservación, que el propio Dios colocó en nosotros, nos lleva a querer salvar la propia vida... |
|
El divorcio Años atrás hubo una causa de divorcio muy extraña en la capital de Alemania, Berlín. Tanto el esposo como la esposa pedían a grandes gritos el divorcio; afirmaron terminantemente ante el juez que no volverían a vivir juntos... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino