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Con sus cantos navideños, cada pueblo glorifica al Niño Jesús a su manera Plinio Corrêa de Oliveira En las diferentes naciones, las canciones de Navidad varían según el carácter nacional, pero en todas ellas están siempre presentes las mismas notas adecuadas a la Nochebuena. Existen villancicos norteamericanos, sudamericanos, italianos, alemanes, franceses, españoles, etc. Son muy diferentes entre sí, pero en todos ellos se expresan los mismos sentimientos que despiertan el Niño Jesús, la Virgen María, San José y el pesebre. ¿Cuáles son esos sentimientos? El primero es la inocencia. Los más variados pueblos en verdad han sabido componer himnos de entusiasmo a la inocencia del Niño Jesús, que hacen resonar la inocencia de cada uno bajo la forma de acordes, al glorificarlo. El entusiasmo que cada pueblo manifiesta por la inocencia del Divino Niño refleja un elemento de inocencia que está dentro de nosotros. Si no tuviéramos nada de inocencia, no estaríamos interesados en Él. Hay quienes no se interesan por Él o aparentan un interés puramente formal. Pero como queda inocencia en nosotros, nos interesamos y cantamos la inocencia presente en Él. Asimismo, está presente un sentimiento de ternura, porque siendo el Niño Jesús tan frágil y pequeño, es al mismo tiempo Dios. Hay una especie de ternura, de compasión, porque Él es el Hombre Dios; tan grande, y sin embargo contenido en aquel Niñito. De ahí surge el deseo de proteger al Niño Jesús contra cualquier factor agresivo. Así, algunos villancicos sugieren una nota de defensa del Divino Infante. Las canciones de Navidad de los diferentes países presentan una cierta analogía con el sol, cuya luz tiene el mismo color; sin embargo, cuando atraviesa un vitral, sus rayos adquieren colores diferentes pero armoniosos. La luz del sol que cae sobre el vitral proyecta bellezas como la de las piedras preciosas. Del mismo modo, el Niño Jesús es uno solo. Pero cuando es cantado por el alma anglosajona, notamos un cierto tipo de belleza; por el alma germánica, otro aspecto de belleza; por el alma latina, brasileña, hispanoamericana, surgen otras bellezas. He escuchado algunas canciones eslavas, incluso rusas; muy bonitas, pero con otras notas. Todas estas canciones forman una especie de vitral del Niño Jesús.
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En la Nochebuena Auge de la unión entre Jesús y María |
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Lo maravilloso, el Palacio del Louvre y la pirámide Dios desea que vivamos rodeados de maravillas, y que nos maravillemos con todo lo que es bello... |
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Placidez, castidad, maternidad La idea que la imagen despierta en mi espíritu, la idea central, es la de una placidez muy ordenada, muy casta por tanto, y al mismo tiempo maternal... |
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Estamos en las manos del Señor y su verdad prevalecerá La oración de esta mañana en nuestra catedral, en la festividad de la Dormición, fue de confianza en el Señor y en la protección de la Madre de Dios. Existe la gran ilusión de que los poderosos de este mundo determinan la historia, deciden nuestro destino... |
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Nuestra Señora de Montligeon Entre las páginas luminosas de la historia de la Iglesia, ciertas obras, aunque nacidas en pequeñas aldeas, adquieren resonancia universal, como un destello que se proyecta hasta los confines del mundo... |
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Plinio Corrêa de Oliveira, un contemplativo Habiendo realizado una obra monumental que le exigió una actividad vastísima, nunca abandonó un modo de ser enteramente orientado hacia la contemplación de las cosas más elevadas, muy por encima de la agitación propia de la vida moderna... |
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