Gabriel J. Wilson
SSE ATRIBUYE LA INVENCIÓN del famoso queso Camembert a Marie-Catherine Fontaine, que se convirtió en Marie Harel al casarse con Jacques Harel el 10 de mayo de 1785. Según la leyenda, habrían contribuido mucho al perfeccionamiento de este queso los consejos que Marie Harel recibió del padre Charles-Jean Bonvoust, sacerdote católico refractario — o sea, que por amor a los buenos principios se negó a servir a la impía Revolución Francesa de 1789. Escondido entre 1796 y 1797 en la mansión de Beaumoncel, este religioso habría conocido a la señora Harel, que allí trabajaba. El hecho es que en la aldea de Camembert (foto a la derecha), al sur de la subregión normanda llamada Pays d’Auge, surgió este fantástico queso. Más al norte se encuentran Livarot y Pont-l’Eveque, que producen quesos también famosos. La ciudad más conocida del Pays d’Auge es Lisieux, donde vivió santa Teresita del Niño Jesús. El auténtico y famoso queso camembert, de Normandía (Francia), hace años que estaba amenazado con desaparecer. Imposiciones de la Unión Europea y de grandes intermediarios internacionales presionaban en el sentido de obligar a los productores de este tipo de queso a utilizar leche pasteurizada en su fabricación, y no la leche cruda, como es necesario para la obtención de su característico sabor.
Después de años de querellas judiciales, los defensores de la tradición salieron airosos. En efecto, el Comité Nacional de Denominaciones del Instituto Nacional de Origen y Calidad francés estableció recientemente que solo puede ser rotulado como “camembert de Normandía” el queso elaborado a partir de leche cruda, obtenida de vacas de raza normanda, en una región definida de Baja Normandía, además de otras exigencias tradicionales de producción, refinamiento y empaquetado. Es lo que se puede leer en los archivos del diario “Ouest-France”.
Victoria de la tradición… y del buen gusto.
|
![]() San Miguel arcángel, defiéndenos en el combate Cómo la acción diabólica impregna el mundo actual |
![]() |
Un pecado que desagrada a los mismos demonios Desgraciados… como ciegos y tontos, ofuscada la luz de su entendimiento, no reconocen la pestilencia y miseria en que se encuentran, pues no solo me es pestilente a mí, sino que ese pecado desagrada a los mismos demonios, a los que esos desgraciados han hecho sus señores... |
![]() |
El Castillo de la Garza Blanca Estamos ante una fortaleza feudal del Japón, el Castillo de la Garza. Las murallas, hasta cierto punto, se parecen a nuestros muros virreinales, con sus grandes aleros... |
![]() |
Máquina, ídolo vulgar y deforme de un mundo materialista Siendo Dios el autor de la naturaleza, todas las leyes según las cuales se rige el universo son una imagen de su sabiduría y bondad... |
![]() |
Nada repugna tanto a la razón como una igualdad absoluta entre los hombres Todos los hombres son, ciertamente, iguales: nadie duda de ello, si se consideran bien la comunidad igual de origen y naturaleza, el fin último cuya consecuencia se ha señalado a cada uno, y finalmente los derechos y deberes que de ellos nacen necesariamente. Mas como no pueden ser iguales... |
![]() |
La libertad de la Iglesia y la dictadura sanitaria Las recientes medidas dadas por el gobierno para afrontar la segunda ola de la pandemia del Covid-19 ponen de manifiesto, una vez más, que nuestros gobernantes no comprenden a la sociedad peruana ni a quienes la integramos... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino