|
Con relación a los vehículos modernos: ¿progreso o retroceso? Plinio Corrêa de Oliveira ¿Carruaje o trono ambulante? Evidentemente, la fotografía es de un carruaje, pero recuerda un trono.
Todo en él fue estudiado en función del pasajero. En primer lugar, considérese la parte práctica: las ruedas y los muelles para que, en los caminos de aquel tiempo, el carruaje se moviera sin ser sacudido. Sin embargo, más allá de ese aspecto práctico, hubo la intención de hacer bien al pasajero, y decorarlo con formas elegantes. ¡Notamos elegancia, espíritu práctico y confort! Observen también los bellos cristales luminosos para adornar las ventanas. Estas, cuando son abiertas, llenan de aire fresco este trono ambulante. Pintada con lindos adornos, percibimos por los dibujos y por los colores una realidad toda ella de fantasía, que está magníficamente representada. El carruaje es un verdadero cofre, en el cual viaja esta joya de la naturaleza que es la criatura humana. El hombre es el rey del universo visible. Se diría que fue hecho para realzar la imponencia del caballero y la frágil distinción de la dama. Imaginemos al frente cuatro caballos blancos y emplumados; un cochero sentado en un pescante; de pie, dos lacayos con tricornios y plumas; un corneta que cabalga junto al cochero anunciando que allí viaja una persona de alta estirpe. Todo es bello, todo rinde homenaje al hombre, como el ser superior, pero sumiso a Dios, infinitamente superior. * * * Ahora, imaginemos otra escena: el carruaje se detiene; se coloca junto a la puerta una escalinata alfombrada; una señora va a entrar; el pestillo dorado de la portezuela es abierto por los palafreneros; todos se quitan los sombreros; su esposo, el hermano o el padre, le extiende la mano para subir; ella sube ligera y elegante. Finalmente —para que palpemos la diferencia con los coches modernos—, imaginemos que alguien le preguntara: “Señora, ¿qué le parece cambiar su carruaje por un vehículo del siglo XX?”. ¿Qué sensación tendría ella? ¿Le estaría siendo propuesto un progreso o un retroceso? El mundo de hoy, cada vez más propenso a rebajar al hombre, ¡considera el carruaje un retroceso y el vehículo moderno un progreso! ♦
|
Parad y ved Una invitación a la Navidad perenne |
|
Esplendor regio y confort popular ¿Realidad o cuento de hadas? Se tendría el derecho de dudar, considerando la armonía, la levedad, la suprema distinción de este castillo, construido sobre las aguas, de una serenidad y de una profundidad dignas de servirle de espejo…... |
|
Tensión y distensión en el semblante de un santo En los jardines del Vaticano el Papa San Pío X acoge a distinguidos visitantes, que le presentan sus homenajes. El cuerpo del Papa, erguido y vigoroso a pesar de los años, da una impresión de ascesis y firmeza, pero algo en su persona, y sobre todo en su plácida fisonomía, expresa reposo y distensión... |
|
San José, Patrono de la Iglesia Esta fue la mejor estampa de San José que conocí en mi vida. Se trata claramente de una pintura ejecutada por alguien que interpretó bien el papel de San José, y que lo supo expresar en una obra artística de buena calidad... |
|
Cuando los hombres y las cosas del comercio vivían en la placidez La superexcitación de los ambientes corresponde a la de los hombres, como el efecto a su causa. Todos conocemos ese tipo de businessman que mastica chicle, quizá se muerde las uñas, golpea con los pies en el suelo, es hipertenso, cardíaco, neurótico... |
|
¿Muchos o pocos? El comentario que acompaña a esta fotografía, ¿tendrá muchos o pocos lectores? Es lo que nos preguntamos, al entregar a la apreciación de ellos el cuadro del pintor alemán Wilhelm Leibl, expuesto actualmente en el Museo Oskar Reinhart, Winterthur, Suiza... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino