Plinio Corrêa de Oliveira La Plaza de Santa María Formosa, en Venecia, según el famoso cuadro del Canaletto. A la derecha, un pequeño palacio, del cual sólo se puede ver una parte. Al centro, un pozo. Los personajes se dispersan lentamente por la plaza vacía. A ambos lados, edificios residenciales, unos más distinguidos y con cierto aire de nobleza, y otros más populares. De estos edificios, algunos tienen tiendas en la planta baja. Se diría un pequeño mundo pacífico y armónico, hasta cierto punto cerrado en sí mismo, en el cual coexisten lado a lado las diferentes clases sociales, nobleza, comercio, trabajadores manuales, unidas en función de la iglesia al fondo, que, con su campanile, domina digna y maternalmente el cuadro, enriqueciendo el ambiente con su más alta nota espiritual. Este microcosmos, ceremonioso, distinguido, no obstante marcado por una nota de intimidad, reunido alrededor de una pequeña plaza, revela el espíritu de una sociedad en que los hombres, lejos de querer disolverse en multitudes anónimas, tendían a constituir núcleos orgánicos y diferenciados, que evitaban el aislamiento, el anonimato, el aniquilamiento del individuo frente a la masa.
Cómo esta plaza, tan pintoresca y humana, tan distinguida pero en la cual conviven armónicamente las clases diversas, tan típicamente sacral por la irradiación que en ella ejerce la presencia del pequeño templo, diverge de ciertas inmensas plazas modernas, en que sobre un mare
magnum de asfalto, perdido en una agitada masa que circula en todas las direcciones, el hombre sólo tiene delante de los ojos rascacielos ciclópeos que lo aplastan.
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Santa Paula Romana, digna discípula de San Jerónimo |
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Si alguien tuviese una súbita perturbación en la vista, en los nervios o en la mente... El famoso cuadro de Velásquez es a justo título, una de las cúspides del arte. La gracia infantil de la Infanta, el cariño lleno de dignidad y respeto de las jóvenes que la sirven, etc. todo exhala un ambiente recogido, elevado, profundamente civilizado... |
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El Huerto de los Olivos Hay un principio que la piedad católica admite como verdadero: cuando en cierto lugar ocurre algo muy sagrado, de algún modo aquel lugar se vuelve también sagrado. Un ejemplo supremo: el Huerto de los Olivos, el lugar sagrado donde transcurrió la Agonía de Nuestro Señor Jesucristo... |
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¿Cómo se llegó hasta esto? “¿PERDIERON A SU MADRE, al padre, a un hermano? ¿Están siendo llevadas a la cárcel? ¿Pasa el entierro de una amiga? ¿Cuál es la desgracia que se abatió sobre estas jóvenes de fisonomía convulsionada, ojos alucinados y llorosos?... |
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La Catedral de San Marcos “¡Esto es Iglesia Católica! ¡Oh Iglesia Católica!” Es de noche en Venecia. En la Plaza de San Marcos la ola de turistas está ausente, las palomas están durmiendo, la catedral se presenta en su majestuosa soledad, espléndidamente iluminada, dejando percibir el blanco reluciente del mármol,... |
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¿Ídolo o imagen? La extravagancia de la idea general y de los pormenores es chocante. El cuerpo de la imagen, su gesto, nada deja trasparecer la pureza y la inigualable dignidad de la Madre de Dios. La imagen no instruye, no forma, no atrae... |
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