Continuando con el tema de la Divina Misericordia, el autor expone la referencia a algunos países, tanto en las apariciones marianas de La Salette y Fátima, como en las de Nuestro Señor Jesucristo a santa Faustina Kowalska Luis Dufaur En las apariciones de La Salette, la Santísima Virgen habló explícitamente de ciertos países que sufrirían un particular y espantoso castigo correctivo. “Italia será castigada por la ambición de querer sacudirse el yugo del Señor de los Señores. También será entregada a la guerra, la sangre correrá por todos lados. “Al primer golpe de su espada fulgurante [se refiere a Dios], las montañas y toda la naturaleza temblarán de espanto, porque los desórdenes y los crímenes de los hombres traspasarán la bóveda celeste. París será quemada y Marsella tragada [por las aguas]; varias grandes ciudades serán sacudidas y tragadas por temblores de tierra; se creerá que todo está perdido; solo se verán homicidios, se oirán únicamente ruidos de armas y blasfemias”.1 En Fátima, la Santísima Virgen advirtió que si el mundo no hacía penitencia: “varias naciones serán aniquiladas”.2 Antes de morir, santa Jacinta Marto, pastorcita y vidente de Fátima, narró una visión sobre Portugal: “Nuestro Señor está profundamente indignado con los pecados y crímenes que se cometen en Portugal. Por esto, un terrible cataclismo de orden social amenaza a nuestro país y principalmente a la ciudad de Lisboa. “Se desencadenará, según parece, una guerra civil de carácter anarquista o comunista, acompañada de saqueos, muertes, incendios y devastaciones de todo género. La capital se convertirá en una verdadera imagen del infierno. “Cuando la Divina Justicia ultrajada inflija tan pavoroso castigo, todos los que puedan huyan de la ciudad”.3 Y sobre España, santa Jacinta dijo:
“Si los hombres no se enmiendan, Nuestra Señora enviará al mundo un castigo como no se ha visto igual, y, antes que a los demás países, a España”.4 En el caso de santa Faustina, Nuestro Señor le habló especialmente de su país: Polonia. Jesús le hizo ver que Varsovia, la capital, sería destruida con un castigo similar al de Sodoma y Gomorra: “Un día Jesús me dijo que iba a castigar una ciudad, que es la más bonita de nuestra patria. El castigo iba a ser igual a aquel con el cual Dios castigó a Sodoma y Gomorra. Vi la gran ira de Dios y un escalofrío traspasó mi corazón. Rogué en silencio. Un momento después Jesús me dijo: —Niña mía, durante el Sacrificio [de la Misa], únete estrechamente conmigo y ofrece al Padre Celestial mi Sangre y mis Llagas como propiciación de los pecados de esta ciudad. Repítelo ininterrumpidamente durante toda la Santa Misa. Hazlo durante siete días. Al séptimo día vi a Jesús sobre una nube clara y me puse a pedir que Jesús mirara aquella ciudad y todo nuestro país. Jesús miró con bondad. Al ver la benevolencia de Jesús empecé a rogarle por la bendición. De repente Jesús dijo: —Por ti bendigo al país entero. Y con la mano hizo una gran señal de la cruz encima de nuestra patria. Al ver la bondad de Dios, una gran alegría llenó mi alma”.5 Nuestro Señor especificó la causa: el crimen del aborto El director espiritual de santa Faustina, el beato padre Michał Sopoćko, durante la declaración de los testigos en el proceso de beatificación de la santa, hizo la siguiente afirmación: “Ella también escribió en su diario que Jesús le había dicho que una de las ciudades más hermosas de nuestra patria sería destruida como Sodoma a causa de los pecados que allí se cometían. Cuando más tarde, después de leer el diario, le pedí una aclaración sobre el asunto, me confirmó que las cosas eran así. Habiéndole preguntado entonces a causa de qué pecados Dios infligía tal castigo, contestó que esto sucedería, especialmente por la matanza de niños no nacidos, siendo este el pecado más grave que se comete allí”.6 La ingratitud de Polonia hacia la Virgen reclama oraciones “Ruego sin cesar por Polonia, por mi querida Polonia que es tan poco agradecida a la Santísima Virgen. Si no hubiera estado la Santísima Virgen, para muy poco habrían servido nuestros esfuerzos. Multipliqué mi empeño en las plegarias y sacrificios por mi querida patria, pero veía que era una gota frente a una oleada del mal. ¿Cómo una gota puede detener una oleada? Oh, sí, una gota por sí sola es nada, pero contigo, Jesús, con valor haré frente a toda la oleada del mal e incluso al infierno entero. Tu omnipotencia puede todo”.7 Aún sobre Polonia, escribió el 15 de julio de 1937: “Rezo frecuentemente por Polonia, pero veo una gran indignación de Dios contra ella, por ser tan ingrata. Hago todo el esfuerzo del alma para defenderla. Recuerdo continuamente a Dios sus promesas de misericordia. Cuando veo su indignación, me arrojo con confianza en el abismo de misericordia y en él sumerjo a toda Polonia y entonces no puede hacer uso de su justicia. Oh patria mía, cuánto me cuestas, no hay día en que no rece por ti”.8 Después del 26 de mayo de 1938, mientras rezaba por Polonia, santa Faustina escuchó lo siguiente: “He amado a Polonia de modo especial y si obedece mi voluntad, la enalteceré en poder y en santidad. De ella saldrá una chispa que preparará el mundo para mi última venida”.9 Sobre Rusia, flagelo del mundo Durante el periodo de la juventud y la madurez de santa Faustina, Rusia estuvo dominada por la secta gnóstica e igualitaria, enemiga visceral de Dios. Comandado desde 1917 por la facción socialo-comunista, el inmenso imperio de la Unión Soviética (URSS) se convirtió en el flagelo de las naciones, promoviendo golpes de Estado y revoluciones sangrientas, difundiendo los nefastos errores igualitarios e inmorales del marxismo y apoyando y financiando a los movimientos que promueven el caos en el mundo, incluida América Latina. En 1917, la Virgen ya había advertido en Fátima: “Vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión Reparadora de los primeros sábados. Si atienden mis pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia; los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas; por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz”.10 En la década de 1930, Rusia también promovió la sangrienta Guerra Civil Española (1936-1939), en la que fueron martirizados miles de sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos.
Es fácil de comprender por qué santa Faustina sufrió especiales angustias por Rusia y por España. Y por ello rezó por dichos países, por el Santo Padre y por los sacerdotes: “Primera petición. Oh Jesús, mi amadísimo Esposo, te ruego por el triunfo de la Iglesia, sobre todo en Rusia y en España, por la bendición para el Santo Padre Pío XI y todo el clero, por la gracia de conversión para los pecadores empedernidos”.11 Y el 16 de diciembre de 1936: “El día de hoy lo ofrecí por Rusia, todos mis sufrimientos y mis oraciones los ofrecí por este pobre país. Después de la Santa Comunión, Jesús me dijo: —No puedo soportar este país más tiempo, no me ates las manos, hija mía. Comprendí que si no hubiera sido por las plegarias de las almas queridas por Dios, habría vuelto a la nada toda esta nación. Oh, cuánto sufro por este país que expulsó a Dios de sus fronteras”.12 La santa se refería al comunismo bolchevique que estableció una sangrienta dictadura igualitaria y anticristiana. La Iglesia Católica fue prohibida, los obispos procesados y condenados a penas infamantes, y los sacerdotes pasaron a ejercer su ministerio en la clandestinidad. Se mantuvo únicamente una así llamada Iglesia Ortodoxa, presidida por una cabeza conocida como el Patriarca de Moscú y algunos religiosos que le acompañaban. El Patriarcado de Moscú aún existe y se manifiesta, pero siempre ha funcionado como un instrumento del poder político, y en el periodo comunista fue un esquema más al servicio de la peor dictadura de la historia. Por ello, santa Faustina sufría intensamente por Rusia “este país que expulsó a Dios de sus fronteras”.
1. Cf. aparicaodelasalette.blogspot.com/p/espanol.html.
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