Palabras del Director Enero de 2022 – Año XXI

Estimados amigos:

“Voz de Cristo, voz misteriosa de la gracia que resonáis en el silencio de los corazones, Vos murmuráis en el fondo de nuestras conciencias palabras de dulzura y de paz. A nuestras miserias presentes repetís el consejo que el Divino Maestro daba frecuentemente durante su vida mortal: “¡Confianza, confianza!”.

Con estas inspiradas palabras el padre Thomas de Saint Laurent comienza su célebre Libro de la Confianza. Con esas mismas palabras he querido dar inicio a esta modesta columna al cumplirse veinte años de la aparición de nuestra revista Tesoros de la Fe.

Son 240 números que contienen cientos de artículos en miles de páginas, una verdadera enciclopedia católica que actualmente está conformada por siete gruesos volúmenes.

Aunque concebida especialmente para la formación cultural y religiosa de las familias, la revista forma parte también de numerosas bibliotecas públicas y privadas, circula en ambientes universitarios, seminarios y conventos.

Cosa singular. En el transcurso del tiempo ha surgido entre los jóvenes una generación que podríamos denominar: generación Tesoros de la Fe. Conformada por quienes desde muy niños han bebido de esta fuente y que gracias al auxilio divino cada día adhieren con más fuerza al pensamiento católico. De brotes de fe como estos nacerá la civilización cristiana del mañana.

Inspirados, pues, en el luminoso lema que nos legó el profesor Plinio Corrêa de Oliveira: “Si amamos a Dios sobre todas las cosas, inmolémonos por Él. Si amamos al prójimo como a nosotros mismos, démosle la Fe, nuestro mayor Tesoro”, bajo el maternal amparo de la Santísima Virgen y con el apoyo inestimable de los miembros de la Alianza de Fátima, continuemos trabando el buen combate del apostolado de la buena prensa, con una confianza inconmovible en la promesa mariana de Fátima: “Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”.

En Jesús y María,

 El Director

La pompa barroca de Lima Confianza absoluta en la Santísima Virgen, que destruyó todas las herejías
Confianza absoluta en la Santísima Virgen, que destruyó todas las herejías
La pompa barroca de Lima



Tesoros de la Fe N°241 enero 2022


¡Confianza, confianza! Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros
La pompa barroca de Lima Enero de 2022 – Año XXI Confianza absoluta en la Santísima Virgen, que destruyó todas las herejías ¿Creará el metaverso un infierno virtual en la Tierra? En este siglo de confusión, oh Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros El Dogma del Purgatorio Sor Ana de los Ángeles Monteagudo ¿Recibimos a nuestros ángeles de la guarda en el bautismo? Placidez, castidad, maternidad



 Artículos relacionados
Si el Estado se atribuye y apropia las iniciativas privadas, la familia está en peligro El Estado tiene esta noble misión: reconocer, regular y promover en la vida nacional las actividades y las iniciativas privadas de los individuos; dirigir convenientemente estas actividades al bien común, el cual no puede quedar determinado por el capricho de nadie ni por la exclusiva prosperidad temporal de la sociedad civil...

Leer artículo

La resurrección de Lázaro Mientras predicaba, al otro lado del Jordán, fueron a anunciarle que Lázaro estaba gravemente enfermo. Jesús tardó algo, antes de ir a verle, y llegó a los cuatro días de haber sido sepultado...

Leer artículo

El secreto de confesión amenazado En los últimos meses, noticias sobre abusos sexuales por miembros del clero ganaron una vez más gran destaque en la prensa. Las evidencias existen, aunque sean habitualmente acompañadas por exageraciones de los medios de comunicación...

Leer artículo

¿Cómo un Dios tan bueno permite los sufrimientos de la guerra? ¿Cómo un Dios tan bueno permite los sufrimientos de la guerra?...

Leer artículo

Súplica a los pies del Pesebre Depositemos todos nuestros anhelos a los pies del Niño Dios, que sonríe misericordioso bajo las miradas embelesadas de María y José. Supliquémosles que los días venideros conozcan, por la gracia de Dios, regeneraciones transformadoras...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino