Estimados amigos: Con razón decía Plinio Corrêa de Oliveira que la gratitud es la más frágil de las virtudes. Cuántas veces nos olvidamos de agradecer favores recibidos, tanto del prójimo como especialmente de Dios, a quien ni siquiera le atribuimos un bien sin el cual no seríamos nada: nuestra existencia. Para conservarla, preservándola de los peligros a los que constantemente está expuesta por el enemigo de nuestra salvación, Dios designó a un ángel de la guarda para cada una de sus criaturas humanas, con características espirituales semejantes a las de su protegido, pero naturalmente más elevadas. Aunque no lo veamos —hubo santos y almas privilegiadas que lo veían— su existencia es tan real como la nuestra. La diferencia está en el hecho de que el ángel de la guarda es puro espíritu, privado de materia, mientras que nosotros somos dotados de cuerpo y alma. Si nos fuese dado escoger al mejor de nuestros amigos, jamás seríamos capaces de encontrar a alguien con los atributos de nuestro ángel de la guarda: su belleza moral, su poder y su desvelo. Capaz de acompañarnos incluso en situaciones en las cuales ningún ser humano podría. Con una dedicación ejemplar y completa. Por eso mismo, el angélico protector que Dios nos ha confiado es, por excelencia, el “amicus certus in re incerta” (el amigo cierto en la hora incierta). La única retribución que el ángel de la guarda nos pide es que vivamos en estado de gracia y así nada temeremos. Cuando alguien pierde la gracia de Dios y cae en poder del maligno, no por ello el ángel de la guarda desiste de su cometido. Ciertamente se entristece, reza e intercede ante la Reina de los Ángeles para que aquella alma regrese cuanto antes al estado de amistad de Dios. Sirvan estas breves reflexiones de introducción al Tema del Mes que viene a continuación. Deseándoles una buena lectura, me despido. En Jesús y María, El Director 
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	El Ángel de la Guarda El amigo cierto en la hora incierta  | 
		
		 
		
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	San Ildefonso de Toledo El padre Ribadeneyra, discípulo y biógrafo de san Ignacio de Loyola, llama a san Ildefonso —cuya fiesta conmemoramos el día 23 de enero— “luz de España, espejo de santos prelados, gloria de su Iglesia, ornamento de su patria y devotísimo capellán de la Virgen Nuestra Señora”... | 
		
		 
		
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	Aquella tarde de domingo de 1917 Cuando Jacinta y Francisco llegaron a casa, la encontraron llena de gente hablando. Toda la familia, excepto el muchacho en el Ejército, estaba en casa aquel domingo, y un tío político, Antonio da Silva, se había presentado para cenar... | 
		
		 
		
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	Santos Francisco y Jacinta Marto Coincidiendo con la celebración del centésimo aniversario de la primera aparición de la Santísima Virgen a los tres pastorcitos de Fátima, dos de ellos —Jacinta y Francisco, fallecidos en olor de santidad antes de cumplir los 10 y los 11 años de edad, respectivamente— fueron canonizados por el Papa Francisco el día 13 de mayo del 2017... | 
		
		 
		
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	In Memoriam Nacido el 16 de mayo de 1942 en una tradicional familia de Buenos Aires, falleció en Lima el pasado 4 de mayo, poco antes de cumplir los 76 años de edad, el Sr. Alejandro Rómulo Ezcurra Naón, quien se desempeñaba como Director de Relaciones Institucionales de la Asociación Santo Tomás de Aquino... | 
		
		 
		
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	¿Estamos obligados a creer en todas las apariciones particulares? La Iglesia siempre ha sido muy cauta a la hora de ocuparse de apariciones y fenómenos místicos extraordinarios, dando su aprobación solamente después de un riguroso proceso canónico, interrogando a las personas implicadas, a terceros que las rodean, a peritos en alguna ciencia que puedan verificar determinados hechos... | 
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