¡Una sonrisa de Dios, que hace sonreír al hombre! Plinio Corrêa de Oliveira La ardilla es un juguete que Dios creó para el hombre. Para que sonría y dejarlo encantado. ¡Una maravilla de delicadeza, de levedad! Una sonrisa de Dios, que hace sonreír al hombre! Esa hermosa cola de la ardilla le da más o menos el perfil de una tetera o una cafetera, con un hermoso mango, una verdadera belleza de gestos encantadores. En el hemisferio norte, durante el invierno, las ardillas suelen ir a comer a las ventanas de las personas que les dejan unos granos para que coman, son comestibles como las avellanas, nueces, almendras, etc. Ante estas golosinas, las ardillas eligen comer primero lo mejor.
Es encantador observar su comportamiento, miran si alguien deja comida en su ventana y, cuando no la encuentran, llegan a golpear la ventana con sus patitas. En esto, los hombres contemplan una maravilla de Dios, que creó a estos seres para hacerlos sonreír en medio de tantas otras cosas que les preocupan. El mismo Dios que se encarnó, que sufrió esa terrible muerte y que pide que tengamos presentes aquellos dolores continuamente en el espíritu, es el Dios que creó a las ardillas para que sonriamos. En la liturgia de la Semana Santa se canta el Stabat Mater: Fac me tecum pie flere, crucifixo condolere, donec ego vixero (Déjame llorar contigo, condolerme por tu Hijo crucificado, mientras yo esté vivo). Contemplando la Sagrada Pasión, Dios quiere que nuestras almas lloren, con la delicadeza propia de Dios, pero al mismo tiempo quiere que ellas sonrían. Así, después del magnífico y fastuoso ejemplo de su muerte, Él nos dice: “Hijo mío, detente ahora por un momento, sonríe de una manera sana y recta. Mira la ardilla, mira lo graciosa que es… Mira la hormiga en el hormiguero, mira cuán diligente es… Mira el nido del pajarito qué gracioso es…”.
|
El Santísimo Sacramento La Solemnidad del Corpus Christi |
|
San José, Patrono de la Iglesia Del mismo modo que Dios constituyó al otro José, hijo del patriarca Jacob, gobernador de toda la tierra de Egipto para que asegurase al pueblo su sustento, así al llegar la plenitud de los tiempos... |
|
Helado blasfemo Se diría que la imaginación de los blasfemos no tiene límites. El 19 de mayo pasado, cien helados o sorbetes elaborados con vino supuestamente consagrado y con su respectivo palito en forma de crucifijo, fueron entregados a los asistentes a la inauguración de una exhibición denominada... |
|
Peor que 35 siglos en el desierto La admiración por los grandes edificios es una de las manías de nuestro siglo. Son numerosos los países en que se van multiplicando así los centros de proporciones babilónicas, cuya masa impresionante da la ilusión de una casi inimaginable yuxtaposición de palacios ciclópeos... |
|
Santa Faustina Kowalska, Apóstol de la Divina Misericordia Nuestro Señor Jesucristo quiso elegir almas predilectas que atrajeran su Misericordia para conducir a los hombres a renunciar al pecado, a enmendar sus vidas por medio de la penitencia y a evitar la condenación individual y colectiva... |
|
Capítulo 1: La vida cristiana en una aldea portuguesa La vida en una aldea de la sierra portuguesa a comienzos del siglo XX estaba llena de encanto, paz y tranquilidad, lo cual era fruto del sentido del deber y de las consolaciones de la fe... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino