|
La poesía de las flechas inexistentes, pero imaginables
Plinio Corrêa de Oliveira La catedral gótica de York, en Inglaterra, presenta algunas características que a primera vista impresionan poco, pero cuya belleza es necesario degustar. El deleite por el principio de unidad y trascendencia nos llevaría a desear que las torres terminaran mucho más altas, por una serie de impulsos menores y con una punta altiva y elegante. Pues no es adecuada según el mejor espíritu católico una torre sin punta, sin una flecha. Las dos torres de la fachada no tienen puntas, pero sus ángulos están flanqueados por algunos florones que causan a primera vista la impresión de torreones. ¿Dónde está la belleza de estas torres? Se puede decir que están inacabadas, y que no poseen toda la belleza con la que soñó para ellas el arquitecto. Pero su belleza propia es justamente el no tener un cono, pues encierran algo que nos lleva a imaginar las puntas que no existen y a soñar con ellas. En el orden de la naturaleza, las sombras tienen su belleza, y a veces son más bellas que la realidad. También las cumbres y las puntas inexistentes quedan insinuadas, cuando la base es hecha con talento. Y por medio de la insinuación, cualquiera puede formarse una cierta idea subconsciente de aquello que podría existir. En las dos torres hay algo que ayuda a la imaginación de quien las ve, a elevarse hasta el cono. De hecho, prestando atención, se desprende de ellas cierta poesía: la del cono inexistente, pero imaginable. La catedral está rodeada por casas casi pegadas unas a las otras, sin mucho orden, formando un conjunto de anacronismos de acuerdo con la fantasía. El baptisterio está casi inmerso en medio de un enmarañado de dependencias de la catedral y de casas. Hay también un árbol, medio entrelazado con las construcciones. En ese conjunto tenemos lo contrario del urbanismo moderno, en el cual nada es entrelazado. ¿Qué harían los urbanistas contemporáneos? Derribarían todo el caserío, para que la catedral quedara a la vista por cualquiera de sus lados, y lo substituirían por una plaza vacía, con césped y árboles. Resultado: perdería un no sé qué en la línea de lo acogedor, de la convivencia íntima entre piezas diferentes. Todo el conjunto es agradable e interesante, diferente al perpetuo cuadrilátero de las calles modernas.
|
Confianza en la Providencia Divina Remedio seguro contra la “coronafobia” |
|
El cuarto mandamiento Tanto los padres como los hijos tienen necesidad de examinar regularmente su fidelidad al cuarto mandamiento de Dios... |
|
¿Puede la Iglesia Católica aceptar a sacerdotes casados? En una reunión, el diácono de nuestra parroquia dijo que dentro de pocos años la Iglesia aceptará sacerdotes casados. Confieso que quedé muy confundido y quisiera conocer su calificada opinión... |
|
Belle Époque Esplendores y contradicciones Transcurrida entre 1870 y 1914, fue una época brillante, en la cual lamentablemente el mito del progreso generó nuevos estilos de vida, incompatibles con la moral, el esplendor y la cortesía... |
|
Falsa noticia sobre Lourdes Una falsa información buscando desacreditar al santuario de Lourdes circuló por la gran prensa, en general, ávida de escándalos y anticristianismo... |
|
Utilidades del pecado EL HOMBRE MODERNO tiende a aprovecharlo todo. Hasta la chatarra y los desperdicios. Hasta la negra corriente de las cloacas, de la que obtiene activos fertilizantes. Los cocineros disponen de libros con normas para aprovechar las sobras... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino