Tema del mes Ideología de Género: Una persecución religiosa en ciernes

Intento de extinguir la institución familiar, célula básica de la sociedad, y de negar el propio orden divino de la creación1

De la noche a la mañana el Perú se despertó envuelto en una batalla que puede ser calificada de cultural. Esto, nada más y nada menos, que a raíz de la difusión del Currículo Nacional de la Educación Básica, aprobado por el Ministerio de Educación, que debe entrar en vigor a partir del presente año escolar.

Pero antes de entrar directamente a exponer sobre la ideología de género y sus orígenes, es conveniente resaltar el modo subliminal por medio del cual ella está siendo publicitada e introducida en el vocabulario de la población: las “palabras-talismán”.

¿Qué es una “palabra-talismán”?

Existen palabras, términos o expresiones que tienen un carácter mágico o talismánico.

La palabra talismán proviene del griego teleō que significa “consagrarse” y se refiere a ciertos objetos consagrados para un determinado fin, a los que por superstición se le atribuyen “poderes mágicos”. Es el caso, por ejemplo, de un amuleto o una herradura.

Ahora bien, mutatis mutandi, se puede decir que existen también ciertas palabras cargadas de una “fuerza mágica” y como que talismánicas —expresión que usamos aquí en un sentido metafórico—, que buscan producir un efecto psicológico en la opinión pública. La “palabra-talismán”, como la describe el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira en su destacado libro Trasbordo ideológico inadvertido y diálogo, suscita “toda una constelación de impresiones y emociones, de simpatías y de fobias”.

El concepto “justicia social”, por ejemplo, en boca de un marxista, adquiere toda una constelación de sentidos medio encubiertos que van más allá de su significado original y que pueden predisponer o anestesiar los espíritus para la aceptación de injusticias o de una legislación de cuño socialista.

El uso de tal recurso en una guerra psicológica tiende a producir un trasbordo ideológico inadvertido, expresión acuñada por Plinio Corrêa de Oliveira en la referida obra. Allí describe cómo, a partir del amplio uso mediático de una constelación de “palabras-talismán” que se apoyan mutuamente —por ejemplo, género, homofobia, transfobia, prejuicio, etc.— es posible poco a poco inducir una modificación en la mentalidad de una persona o incluso de una corriente de opinión, a través de la aplicación del binomio miedo-simpatía.2

Para el caso de la ideología de género, la aplicación de este binomio podría darse por ejemplo de la siguiente manera: a) del punto de vista del miedo, amenazar con prisión, bajo el pretexto de prejuicio, a todo aquel que se opusiera a su difusión; b) del punto de vista de la simpatía, exaltar como una persona moderna y actualizada a quien la propague. Así, las personas terminan siendo víctimas de una transformación casi imperceptible, una vez que, como resultado de este trasbordo ideológico, toda la sociedad, al mismo tiempo que se va volviendo cada vez menos racional, se va entregando cada vez más a las presiones de los medios de comunicación y de ciertos políticos.

Publicada hace 50 años, Trasbordo ideológico inadvertido y diálogo es una especie de “obra exorcística” contra la acción engañosa y preternatural de las “palabras-talismán”.

Según el autor, la forma de neutralizar el éxito de esa estrategia consiste en conocer algunos aspectos de la “palabra-talismán”:

1) Ella hace todo lo posible por ocultar su sentido más radical;

2) Su gran fuerza reside en el efecto emocional que provoca.

Conservando implícito su significado, la palabra-talismán es “vehículo y escondrijo de su creciente contenido emocional”.3

¿Cómo neutralizar una “palabra-talismán”? Debemos explicitar su sentido. La explicitación “exorciza” su fuerza mágica.4

A título de ejemplo “exorcicemos” la “palabra-talismán” género, propugnada por la más funesta ideología para destruir la institución familiar, fundamento de la sociedad.

Género: “palabra-talismán”

El profesor argentino Jorge Scala explica el sentido de la palabra género: Para designar la condición orgánica, biológica, por la cual los seres vivos son masculinos o femeninos, debe emplearse el término sexo […] las palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen sexo (y no género). Atribuir un género a la sexualidad humana es una manipulación lingüística.5

Por lo tanto, género es una “palabra-talismán” cuya explicitación es cuidadosamente evitada al ser manipulada por el colectivo LGBT. Ampliamente empleada por la gran prensa, causa un fuerte impacto emocional, especialmente cuando es acompañada por una “constelación” de otras “palabra-talismán”, tales como “diálogo”, “intolerancia”, “prejuicio”, “homofobia”, etc.

¿Qué es la ideología de género?

Simone de Beauvoir (1908-1986) contribuyó a la difusión de una idea clave de la ideología de género: “no se nace mujer, sino que te haces mujer; no se nace varón, sino que te haces varón”

Según el Prof. Jorge Scala, “se pretende sostener que hay un sexo biológico que nos es dado y, por ende, resulta definitivo; pero que —a la vez—, todo ser humano puede ‘construir’ libremente su sexo psicológico o género”, que sería el “‘sexo construido socialmente’, por contraposición al sexo biológico”.6

Una idea clave de la ideología de género fue aportada por la feminista existencialista Simone de Beauvoir: “no se nace mujer, sino que te haces mujer; no se nace varón, sino que te haces varón”.7

Para la ideología de género, “el sexo pasaría a ser una cuestión biológica intrascendente; lo que definiría a mujeres y varones es su psiquis, que no tendría ninguna relación con su sexo corporal”.

“La cultura determinaría cuáles serían las características femeninas y masculinas. […] la diferenciación sexual biológica no es una realidad, sino una mera construcción cultural”.8

La ideología de género defiende la idea de que no existen apenas hombre y mujer, sino también “otros géneros”; y cualquier persona puede escoger alguno de estos “otros géneros”, o incluso, simultáneamente, algunos entre ellos. Entonces se “elegiría tanto ser varón o mujer, cuanto el contenido de lo que para cada uno pueda significar, ser mujer o varón”.9 “Cada persona puede elegir un género —e incluso cambiar luego su elección”.10

Para sus defensores, la identidad de género se refiere al sentimiento de pertenencia de cada persona al género femenino o masculino, el cual puede coincidir o no con el sexo biológico.11

Una práctica muy común en Internet es la utilización de la arroba (@), que no es ni letra ni signo lingüístico. Pues bien, desde hace un tiempo se viene diseminando el esnobismo de usarla como recurso gráfico para integrar, en una sola palabra, las formas masculinas y femeninas del sustantivo. Por ejemplo, la expresión “estimados alumnos y alumnas” se transforma en “estimad@s alumn@s”, toda vez que la arroba parece incluir en sus trazos las vocales a y o. Esta costumbre termina favoreciendo la confusión creada por la ideología de género, una vez que no se afirma nada, pero se entiende todo.12

Revolución semántica

Género, identidad de género, violencia de género, son términos que hieren el correcto uso del vocabulario. Sin embargo, esta manipulación lingüística no es de reciente data. Ella hace parte del proceso revolucionario que se propone la destrucción del orden natural puesto por Dios en la creación y tomó fuerza a partir de la década de 1970, tras el fracaso del comunismo en su intento por dominar a la opinión pública occidental.

A partir de ese momento, las esperanzas de los corifeos revolucionarios se concentraron en la Guerra psicológica revolucionaria, como lo explica Plinio Corrêa de Oliveira en la tercera parte de su libro Revolución y Contra-Revolución. Esa alteración en los rumbos de la Revolución mundial que se opera en Occidente desde el ocaso de la Edad Media, el autor la denominó IV Revolución. Es la también llamada revolución cultural, que tiene entre sus metas la implantación de una nueva moral.

Como arma para lograr la aceptación de esa “nueva moral”, los revolucionarios hacen uso de una verdadera revolución semántica, que confunde y enreda el significado de las palabras más comunes.

El psicólogo neozelandés John Money (1921-2006)

La sagrada palabra familia, por ejemplo, está presente en documentos de la ONU, pero no en su acepción natural, es decir, la de una institución constituida por un padre, una madre e hijos, sino que incluye también cualquier tipo de cohabitación entre dos personas, inclusive del mismo sexo, con el fin de mantener relaciones sexuales.

La manipulación del lenguaje es muy importante para alcanzar esta meta revolucionaria. Por ejemplo, ¿quién podría estar en contra de la libertad o del derecho? Y sin embargo estos términos son muchas veces invocados —a veces clara, a veces confusamente— para difundir la idea de que la práctica del aborto debe ser libre, o para defender un confuso y revolucionario “derecho sexual” por el cual vale todo.

Se trata, por lo tanto, de una verdadera invasión de las consciencias para lograr la aceptación del aborto, de la anticoncepción, de la práctica homosexual y de los así llamados “derecho sexuales y reproductivos”, que son actualmente las principales “conquistas” de la “nueva moral”.

“Deconstrucción” y “estereotipo cultural”

Una de las armas de esta revolución semántica es la llamada “deconstrucción”.

De acuerdo con el escritor chileno Juan Antonio Montes —presidente de la Fundación de Estudios Culturales Roma, director de Acción Familia y autor del libro Desde la Teología de la Liberación a la Teología ecofeminista—, la pseudo-filosofía deconstructivista fue creada por el sociólogo francés Jacques Derrida (1930-2004), que forjó “una corriente de pensamiento de cuño enteramente relativista, basada en la idea de que no existe ninguna verdad objetiva y que todo lo que se acepta como normal o verdadero, no es sino la imposición de un estereotipo cultural anterior”.

Para Derrida —explica Juan Antonio Montes—, se debe aplicar un criterio de sospecha para cada afirmación y preguntar qué es lo que cada sentencia representa de los “estereotipos culturales” para depurarlos o “deconstruirlos”. Según Derrida, tal deconstrucción se aplica de forma más intensa a la sexualidad.

Juan Antonio Montes afirma que “esta suma de deconstrucciones no podría terminar sin alcanzar la propia naturaleza de la persona humana y en consecuencia a las bases mismas de la sociedad y el derecho. La doctrina postmodernista de los derechos humanos considera que la naturaleza humana es una realidad que se autoconstruye de acuerdo a las diversas opciones y preferencias de cada individuo. De ahí viene la llamada ‘doctrina de género’, es decir, la posibilidad de que cada persona se auto determine en lo que ella quiere ser con independencia de su propio sexo”.13

Terrible experiencia de la teoría de género

El diario parisiense “Le Figaro” publicó el fracaso del primer intento de “comprobación científica” de la “teoría de género”, que culminó con el suicidio del joven Bruce-Brenda-David (¡sus tres nombres, como hombre, mujer y hombre!).14

En la década de 1960, el psicólogo neozelandés John Money definió el “género masculino o femenino” como una conducta sexual que podemos adoptar según nuestra voluntad, a despecho de nuestro sexo de nacimiento. Su teoría fue puesta a prueba en un niño llamado Bruce, que, sometido a los ocho meses de nacido a una cirugía de cambio de sexo, pasó a ser llamado Brenda, usar faldas y jugar con muñecas.

Al llegar a la adolescencia, “Brenda” comenzó a tener una conducta masculina, lo que obligó a sus padres a contarle la verdad. El Dr. Money abandonó entonces el auxilio que prestaba a la familia. Mediante cirugía, Bruce volvió a ser hombre, tomó el nombre de David —tercero de su existencia— y se casó a los 24 años de edad. No obstante, el trauma de los cambios de sexo terminó por provocar en profundo desequilibrio en su vida que lo llevó al suicidio.

Mientras tanto, el Dr. John Money continuó en la Universidad Johns Hopkins, donde era conocido y publicitado por el “éxito” de su experimento —el único de la teoría de género utópica y anticristiana—, cuyo funesto resultado acabamos de ver.

Origen de la ideología de género: feminismo de género

La ideología de género nació a partir del así llamado feminismo de género.

La feminista canadiense Shumalith Fireston (1945-2012)

En los años 60, la revolución sexual que siguió a la aparición de la píldora anticonceptiva, produjo en innumerables mujeres una crisis de identidad, puesto que la tal píldora las convertía en objetos sexuales.

Sin embargo, la respuesta a esa crisis no consistió en la reafirmación de la feminidad y la maternidad junto al rechazo de la píldora, sino en la aceptación silenciosa de esta, dando la oportunidad a grupos feministas de introducir un nuevo tipo de lucha de clases. “Reivindicaban la completa igualdad con los hombres en materia sexual”, afirma Jorge Scala. Y para justificar esa igualdad, aquellos grupos inventaron una pseudo-antropología, una vez que tal identidad sexual no existe.

A partir de esta nueva visión pseudo-antropológica, las feministas defienden que los hombres siempre oprimieron a las mujeres; consideran además, que la diferencia biológica natural debe ser negada, que no existe un “hombre natural” y una “mujer natural”.

Feminismo y marxismo

En esta revolución cultural, el movimiento feminista cuenta con el apoyo de todas las fuerzas publicitarias; además hace uso de los medios anteriormente descritos y de la falseada visión marxista para analizar la sociedad y defender sus banderas más radicales.

Para el teórico socialista Engels, “el primer antagonismo de clases coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monogámico, y la primera opresión de una clase a la otra, con la del sexo femenino por el masculino”.15

En una entrevista concedida a la agencia Zenit, el padre Étienne Roze explica cómo Karl Marx es el maestro del movimiento feminista: “El comunismo creó un conflicto para suprimir la discriminación entre el proletariado y el capital que sabemos como acabó… Hoy, con la reinterpretación feminista del método de Marx, el capital es representado por la heterosexualidad y el proletariado por todos los géneros fluidos y en continua mutación [...]. Son más de cincuenta [géneros], fuera de las identidades agrupadas en la sigla LGBT. De acuerdo con las especulaciones de estas feministas, la historia fue dominada durante siglos por la opresión de la heterosexualidad como condición para la reproducción de los seres humanos, pero finalmente llegó la hora en que serán rotas las cadenas de la esclavitud. ¿De qué manera? Por medio de la ectogénesis, es decir, la posibilidad de tener hijos fuera de un cuerpo femenino. Así, ser mujer no tendrá ya que ver con el hecho real de la maternidad, que sería completamente absorbida por la biotecnología”.16

La feminista canadiense Shulamith Firestone, en su libro The Dialectic of Sex, publicado en 1970, usando un lenguaje marxista defendía que “para organizar la eliminación de las clases sexuales es necesario que la clase oprimida se rebele y tome el control de la función reproductiva”.17

Otras feministas, como Betty Friedan, Nancy Chorodow, Christine Riddiough y Alison Jagger, afirmaban “que la raíz de la opresión a la mujer, está en su papel de madre y educadora de los hijos. Por ello, debe ser liberada de ambas tareas, a través de la promoción de la contracepción y el aborto, y de transferir al Estado la responsabilidad de la educación de los hijos”.18

Firestone explica que, “así como el objetivo final de la revolución socialista no solo era la eliminación del privilegio de la clase económica, sino la distinción misma de la clase económica, de igual forma el objetivo final de la revolución feminista debe ser […] no solo la eliminación del privilegio masculino sino la distinción misma del sexo”.19

Hace 20 años, Magdalena Del Amo clamaba que era necesario “eliminar la naturaleza [el concepto de naturaleza humana]. Y eso se consigue eliminando el matrimonio y la familia tradicional. Eso se consigue formando lesbianas, homosexuales y bisexuales desde la cuna. El sexo es únicamente para el placer. Las relaciones sexuales deben ser polimorfas y libres. El aborto, también libre. Todo vale en este nuevo mundo del género”.20

Por lo tanto, las feministas de género parten de dos premisas erróneas:

1) La naturaleza humana no existe;

2) Los aspectos biológicos del sexo no pueden condicionar la psicología del ser humano.

Sobre estas dos negaciones se establece la primera afirmación, que será el postulado básico sobre el cual toda esta ideología se apoyará: el género sería el sexo socialmente construido.

Simone de Beauvoir y el filósofo Jean Paul Sartre se entrevistan con el Che Guevara, en La Habana, en 1960

La ideología de género se hizo pública en 1995, durante la Conferencia Mundial sobre las Mujeres, llevada a cabo en la ciudad Pekín. En esa ocasión, la feminista Judith Butler idealizó, por primera vez en un contexto tan importante, un dualismo entre género y sexo. Bella Abzug, en una reunión preparatoria en el citado evento, afirmó que el género “se diferencia de la palabra sexo, para expresar la realidad de que los papeles y la condición de los hombres y las mujeres son estructurados socialmente y están sujetos al cambio”.21

Jorge Scala aclara que ya a partir de los años 80 “la alianza entre las feministas de género y el lobby homosexual, es cada vez más profunda”. Un pacto que pretende destruir y reconstruir los conceptos de familia y matrimonio, procurando definir el “matrimonio” homosexual y el concubinato como “nuevos tipos de familia”.22

Consecuencias de la ideología de género

Si llevamos esta ideología hasta sus últimas consecuencias, se llegaría a las siguientes situaciones:

* No existirían más el hombre o la mujer, las personas serían polimorfas;

* Todas las formas de relaciones sexuales, incluso las más aberrantes, tendrían igual valor;

* Eliminación del matrimonio. Si todo es matrimonio, nada es matrimonio;

* Eliminación de la patria potestad;

* Concesión de los “derechos sexuales y reproductivos” a niños y adolescentes;

* Eliminación de la familia, pues cualquier unión sexual originaría un “nuevo tipo de familia”. Si todo es familia, nada es familia;

* Eliminación de la sociedad debido a la destrucción de su célula básica, la familia.

Ideología de género en la educación escolar; pedofilia

La propaganda de la ideología de género utiliza los grandes medios de comunicación (televisión, radio, periódicos) y su principal objetivo son las escuelas, pues, como alerta Jorge Scala, “los niños cuanto más pequeños son más permeables”.23 Así, la escuela será la “formadora” del niño y lo ayudará a elegir su género, restringiendo todo cuanto pueda el natural y irrenunciable derecho de los padres a la educación moral de sus hijos.

La ONU, a través de la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, sigla en inglés), presiona a los países para que garanticen “los derechos de los adolescentes de ambos sexos a la educación sobre salud sexual y reproductiva”. El documento hace un replanteo de los “derechos humanos” bajo la óptica del género.24

Una consecuencia forzosa de la enseñanza y del reconocimiento de tales derechos para niños o menores de edad es que, lógicamente, si un menor tiene el derecho de cambiar su identidad sexual, también podrá tenerlo para mantener relaciones sexuales pedófilas, homosexuales o no. Así se abren las puertas a todo absurdo y a toda violación de la moral.

Infiltrarse para “deconstruir”: la religión como propaganda de la “nueva moral”

El año 2004, durante el encuentro internacional de preparación para la reunión El Cairo+10, organizado por el Fondo para la Población de las Naciones Unidas y por el gobierno holandés, titulado Derechos sexuales y reproductivos, cultura y religión, se dijo que la disposición de fondos y recursos humanos fue “vital” para “convencer a los líderes religiosos a democratizar su discurso en materia de derechos sexuales y reproductivos”.25 O sea, ¡compran las consciencias!

Por cierto, en su libro Lluvia para florecer, Judith Ress le pregunta a la “teóloga” chilena Doris Muñoz: “¿por qué nos quedamos dentro de la Iglesia?”. En su respuesta, ella deja en claro la estrategia: “En América Latina no podemos no tomar en cuenta el dato de la fe, entre comillas, de la religión. No podemos saltarnos sus símbolos porque es allí donde están los frenos más poderosos o sus resistencias. Eso es algo que hay que profundizar, y si estoy dentro es porque pienso que puedo hacer un aporte a la ‘deconstrucción’ y construcción de otros símbolos e imágenes”.26

Ideología infiltrada hasta en grandes medios de comunicación católicos

Para el sacerdote y teólogo Martin Lintner OSM: La moral sexual de la Iglesia está en movimiento

La versión alemana de la web de Radio Vaticano, cuyo editor responsable es el padre jesuita Bernd Hagenkord, difundió un artículo del sacerdote servita Martin Lintner titulado Teólogo moralista: La moral sexual de la Iglesia está en movimiento.27 Ilustrando la materia, la página reprodujo una foto indecorosa de un beso homosexual.

En dicho artículo el padre Martin Lintner defiende que los actos sexuales deberían ser juzgados no por el derecho natural, sino a partir de una visión según la cual “‘el comportamiento sexual’ debería ser considerado como ‘una comunicación corporal’”. ¡Y esto en la propia página web de Radio Vaticano!

Después de numerosas protestas de los lectores, el editor lamentó que “existan algunas personas por allí realmente muy mal posicionadas y que no soportan que mucha gente sea diferente”.28

Condenación de la ideología de género

Reunidos en Aparecida el año 2007, los obispos de América Latina declararon a respecto de la ideología de género: “Entre los presupuestos que debilitan y menoscaban la vida familiar, encontramos la ideología de género [...]. Esto ha provocado modificaciones legales que hieren gravemente la dignidad del matrimonio, el respeto al derecho a la vida y la identidad de la familia”.29

El 21 de diciembre de 2012, el Papa Benedicto XVI pronunció un discurso a la Curia Romana, en el cual afirmó que el uso del término género presupone una “nueva filosofía de la sexualidad”; y que “la falacia profunda de esta teoría y de la revolución antropológica que subyace en ella es evidente”.

“Allí donde la libertad de hacer se convierte en libertad de hacerse por uno mismo, se llega necesariamente a negar al Creador mismo y, con ello, también el hombre como criatura de Dios, como imagen de Dios, queda finalmente degradado en la esencia de su ser”, afirmó el Pontífice en aquella ocasión.30

En el Perú, recientemente, a raíz del debate sobre el nuevo Currículo Nacional de la Educación Básica, que introduce nociones tomadas de la ideología de género, la Conferencia Episcopal Peruana emitió un comunicado en el cual los obispos afirman que “se ha creado un clima de confusión entre los peruanos respecto a la función tutelar que tiene el Estado hacia la familia y el matrimonio, y se ha vulnerado el derecho de los padres de familia a decidir el tipo de educación que quieren para sus hijos”. Y concluyen señalando que “urge la supresión en el nuevo Currículo Nacional de aquellas nociones provenientes de la ideología de género”.31

Facebook: ideología de género en práctica

Un ejemplo de la imposición de la ideología de género en la vida cotidiana de las personas es la opción para escoger una identidad de género que ofrece la red social Facebook a sus usuarios.

“El Comercio” publicó la siguiente noticia: “Facebook añadirá nuevas opciones de género para sus usuarios: La red social añadirá […] cerca de ‘50 opciones’ que las personas podrán usar para identificar su género […] tales como andrógino, bisexuales, intersexuales, transgénero o transexual […]. Es la primera vez que una red social incluye amplias opciones para que sus usuarios identifiquen su género más allá de ‘hombre’ y ‘mujer’”.32

Una ideología totalitaria contraria a la naturaleza humana

“Es imposible fisiológicamente cambiar el sexo de una persona, una vez que el sexo de cada uno está codificado en sus genes — XX para la mujer, XY para el hombre”, explican los científicos Richard P. Fitzgibbons, M.D., Philip M. Sutton, Ph.D., y Dale O’Leary en un documentado estudio.33 Y añaden: “La cirugía puede solamente crear una apariencia del otro sexo”, pues la identidad sexual “está escrita en cada célula del cuerpo y puede ser determinada por medio de una prueba de ADN. No puede ser cambiada”.

Es conocido el adagio “Expulsad lo natural y este volverá al galope”. Temiendo la veracidad de esa sentencia, la feminista existencialista Simone de Beauvoir comentaba con Betty Friedan: “Ninguna mujer debería estar autorizada para quedarse en casa criando a los hijos... Las mujeres no deberían tener esa opción, precisamente porque si existe esa opción, demasiadas mujeres optarán por ella”.34 Así, en nombre del género, se conduciría al mundo a una dictadura sin precedentes.

Ideología de género: revolución satánica

Gabriele Kuby

Para la socióloga alemana Gabriele Kuby, “la ideología de género es la rebelión más radical posible contra Dios: el ser humano no acepta que ha sido creado hombre y mujer, y por eso dice: ‘¡Yo decido! ¡Esta es mi libertad!’. ¡Contra la experiencia, contra la naturaleza, contra la razón, contra la ciencia! Es la última perversión del individualismo: roba al ser humano el último remanente de su identidad, es decir, ser un hombre o una mujer, después de haber perdido la fe, la familia y la nación”. Y añade: “Es ciertamente diabólico, que una ideología que cualquiera puede darse cuenta que es una mentira, pueda capturar el sentido común de la gente y convertirse en la ideología dominante de nuestro tiempo”.35

La nueva “religión” atea y la persecución religiosa

Bajo el pretexto de que vivimos en un Estado laico, la ideología de género puede llegar a convertirse en el más terrible instrumento de persecución religiosa, pues se trata de ¡una perversión compulsiva de las mentes, desde la más tierna infancia! Y quien se oponga a ella será víctima de la furia de esta nueva “religión”, como ya ocurre hoy, por ejemplo, en Alemania, donde padres de familia son encarcelados por impedir que sus hijos asistan a las clases de “educación sexual”.

Sí, la agenda del movimiento LGBT está al servicio —conscientemente o no, de parte de los que la defienden— de una nueva “religión”. Si no, veamos:

Su doctrina: la ideología de género;

Su culto: la idolatría del igualitarismo más radical, completo y antinatural, así como del libertinaje más desenfrenado;

Sus sacerdotes: los líderes feministas y del movimiento LGBT;

Sus acólitos: los grandes medios de comunicación en general y amplios sectores del gobierno así como —duele decirlo— activistas infiltrados hasta en la Iglesia Católica;

Su legislación: las diferentes leyes “anti-homofobia”, que amenazan a padres de familia y religiosos respetuosos del orden;

Su “excomunión”: el vago y terrible epíteto de “homofóbico”, lanzado contra los que se oponen a la ideología de género.

A esa “religión” le falta un “catecismo”; para suplirlo, se trata de imponer la enseñanza de la ideología de género en las escuelas básicas de todo el país.

De manera pacífica y legal, pero firme, rechacemos esta funesta iniciativa de la agenda revolucionaria. Pues la victoria de la ideología de género significaría un incentivo de todo tipo de perversión sexual (incluyendo el incesto y la pedofilia), la penalización de cualquier oposición contra ella, la pérdida total del control de los padres sobre la educación de sus hijos y la extinción de la propia institución familiar, célula básica de la sociedad.

Dice el catecismo tradicional que un sólo pecado contra la naturaleza es un acto que “grita al cielo y clama a Dios por venganza”. ¿Qué decir entonces de esa “elección” de sexo?

 

 

Notas.-

1. El presente artículo es una traducción y adaptación del estudio de Edson Carlos de Oliveira publicado en la revista “Catolicismo”, setiembre de 2015, p. 26-35.

2. Plinio Corrêa de Oliveira, Trasbordo ideológico inadvertido y diálogo, Corporación Cultural Santa Fe, Santiago de Chile, 1985, p. 49.

3. Idem, p. 50.

4. Idem, p. 52.

5. Jorge Scala, Ideología de Género – o el Género como herramienta de poder, Sekotia, Madrid , 2010, p. 38.

6. Idem, p. 37.

7. Idem, p. 18.

8. Idem, p. 46.

9. Idem, p. 49.

10. Idem, p. 51.

11. Idem, p. 50.

12. Idem, p. 39.

13. “Catolicismo”, mayo de 2013.

14. Theórie du genre: comment la première expérimentation a mal tourné, “Le Figaro”, París, 31-01-14. Ver también: Luis Dufaur, El monstruoso y fracasado experimento de los gemelos Reimer, “Tesoros de la Fe”, Lima, nº 172, abril de 2016 (http://www.fatima.pe/articulo-1127-el-monstruoso-y-fracasado-experimento-de-los-gemelos-reimer).

15. Cf. Frederick Engels, The Origin of the Family, Property and the State, International Publishers, Nueva York, 1972, p. 65-66.

16. Cf. https://pt.zenit.org/articles/teoria-de-genero-o-novo-marxismo-que-quer-destruir-o-homem/.

17. Jorge Scala, op. cit, p. 18.

18. Idem, p. 19.

19. Idem, p. 52.

20. Idem, p. 53.

21. Idem, p. 47.

22. Idem, p. 19.

23. Idem, p. 33.

24. Observación General nº 24, aprobada el 5 de febrero de 1999, & 18, http://www.unhchr.ch/tbs/doc.nsf/184758d9fcd7a2b1c12565a9004dc312/77bae3190a903f8d80256785005599ff?OpenDocument.

25. “Catolicismo”, julio de 2012.

26. Juan Antonio Montes Varas, Desde la Teología de la Liberación a la Teología eco-feminista – Una revolución enquistada en la Iglesia, Acción Familia, Santiago de Chile, 2011, p. 75-76.

27. Edición difundida el 02-7-2015.

28. Edición difundida el 06-7-2015.

29. V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Documento Conclusivo, mayo de 2007, 40.

30. Cf. http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2012/december/documents/hf_ben-xvi_spe_20121221_auguri-curia.html.

31. Cf. http://cep.com.pe/2536-2/.

32. Cf. http://elcomercio.pe/tecnologia/redes-sociales/facebook-anadira-nuevas-opciones-genero-sus-usuarios-noticia-1709413.

33. The Psychopathology of “Sex Reasignment” Surgery – Assessing Its Medical, Psychological, and Ethical Appropiateness, The National Catholic Bioethics Center, http://ncbcenter.org/document.doc?id=581.

34. Jorge Scala, op. cit, p. 49.

35. Cf. https://www.lifesitenews.com/news/austrian-bishop-pope-francis-told-me-gender-ideology-is-demonic.

Le ataron las manos porque hacían el bien Jesús en el Sepulcro
Jesús en el Sepulcro
Le ataron las manos porque hacían el bien



Tesoros de la Fe N°184 abril 2017


Ideología de Género Ofensiva radical para destruir la familia
Abril de 2017 – Año XVI Año Jubilar de Fátima Concesión de Indulgencia Plenaria Le ataron las manos porque hacían el bien Ideología de Género: Una persecución religiosa en ciernes Jesús en el Sepulcro San Hugo el Grande Objeciones de una revista luterana contra la Iglesia Rothenburg



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