Plinio Corrêa de Oliveira Sea en la sublime noche de Navidad, sea en la noche de Año Nuevo, cargada de aprehensiones y de esperanzas, depositemos todos nuestros anhelos a los pies del Niño Dios, que sonríe misericordioso bajo las miradas embelesadas de María y José. Supliquémosles que los días venideros conozcan, por la gracia de Dios, regeneraciones transformadoras y, así, la moralidad general, hoy en catastrófica decadencia, se yerga nuevamente al suave y victorioso soplo de la fe. Que la Santa Iglesia se desprenda por fin de la crisis dramática en que vive en estos días de confusión y de angustia, y que sea reconocida por todos los pueblos como la única Iglesia verdadera del único Dios verdadero, como inspiradora y Madre de todo bien espiritual y temporal. Y que, abriéndole cada hombre a Ella sus corazones, Ella ilumine con esplendor solar todos los individuos, las familias, las instituciones y las naciones. Éstos son los votos que formulamos, en el umbral de este año, los cuales hago extensivos cordialmente a todos nuestros lectores y a sus respectivas familias. Por la intercesión victoriosa de María, nuestras súplicas serán atendidas.
* Adaptación del Mensaje de Navidad de 1994; el último que el añorado autor nos dejara, pues, fallecería el 3 de octubre de 1995.
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La Virgen del Tepeyac |
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Plinio Corrêa de Oliveira, cultivó desde su infancia, los más excelentes valores cristianos En estas líneas, intenté dar algunos trazos de cómo Plinio, desde niño, ya respiraba valores contra-revolucionarios. Con los años, él creció ultramontano— como eran llamados en el siglo XIX los católicos antiliberales y fieles al Papado—, monarquista, antimodernista, católico en todas sus manifestaciones. Con la lectura de autores como De Bonald, Donoso Cortés, Veuillot, y de numerosos santos como San Pío X, él explicitó y formuló de modo sistemático sus teorías, su Weltanschauung(visión del universo), aunque todas ellas ya existían en su alma en estado germinal. ¿Cómo esta germinación fue posible en una ciudad moderna, incrustada en el Nuevo Mundo? ¿Por una gracia especialísima de la Santísima Virgen? Ciertamente sí. Pero ello nos lleva a otras consideraciones: si Dios suscitó una personalidad como la del Dr. Plinio, ¿no será esto una primera gracia y un primer paso para un cambio radical en el rumbo de los acontecimientos? ¿No estará próxima la restauración de la civilización cristiana?... |
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El discreto resurgimiento del catolicismo en Europa Nuestro Señor Jesucristo “no vino a apagar la mecha que aún humea”, dice el Evangelio.1 Aunque los países que en otro tiempo fueron católicos están, en gran parte, cubiertos por las cenizas de la apostasía, de la inmoralidad y de la indiferencia, una pequeña llama de fe aún arde... |
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Santo Tomás Apóstol Los evangelistas muy poco registran de la vida de los doce hombres providenciales por cuyo intermedio la Santa Religión fue predicada en casi todo el mundo civilizado de la época. Con excepción de san Pedro y san Juan Evangelista, los Evangelios nos proporcionan pocos datos a respecto de los demás... |
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