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Plinio Corrêa de Oliveira
Esta fotografía de una pintura al fresco, obra del famoso artista italiano Giotto di Bondone (1266-1337), nos muestra a la Santísima Virgen con el Niño emprendiendo el viaje rumbo a Egipto, montada en un simple jumento, con todas las señales exteriores de pobreza. San José va delante, guiando la montura. A pesar de la penuria, la dignidad de María Santísima es la de una princesa. Llama la atención su porte erecto: sus espaldas no tienen la menor inflexión. Son dignas de nota la postura altiva de la cabeza y la resolución con que Ella enfrenta el viaje, sus incomodidades y riesgos. San José camina al frente, atentísimo en ver lo que sucede con su purísima esposa y el Niño Jesús. Ella no. Da la impresión de confiar en San José y de abandonarse enteramente a la protección de la divina Providencia. Por lo tanto, recogida en oración con el Niño, que está como que durmiendo y asido a Ella. La actitud del Divino Infante da a entender la profunda intimidad existente entre Madre e Hijo. Es adecuado imaginar que Ella le dirija oraciones a Él, por la intención de aquellos que están contemplando el cuadro...
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La Huida a Egipto |
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Una llama de fe y coraje “Los escépticos podrán sonreír. Pero la sonrisa de los escépticos jamás consiguió detener la marcha victoriosa de los que tienen fe.” El día 3 de octubre de 1995, el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira entregaba su admirable alma a Dios. Hombre de fe, de pensamiento, de lucha y de acción... |
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Mes de María Cuanto más sombrías se vuelvan las circunstancias, cuanto más agudos los dolores de toda especie, tanto más debemos pedir a la Santísima Virgen que ponga término a tanto sufrimiento, no sólo para hacer cesar así nuestro dolor, sino para mayor provecho de nuestra alma... |
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La santa intransigencia En la vida de la Iglesia, la piedad es el asunto clave. Piedad bien entendida, que no sea la repetición rutinaria y estéril de fórmulas y actos de culto, sino la verdadera piedad, que es un don bajado del Cielo, capaz de, por la correspondencia del hombre, regenerar y llevar a Dios las almas, las familias, los pueblos y las civilizaciones... |
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La historia de las miradas Cómo sería bonito que hubiera el material para hacer una historia, no de la humanidad, sino de un capítulo especial de la historia de la humanidad: ¡la historia de las miradas! De las miradas magníficas, de las miradas esplendorosas, de las miradas suaves, de las miradas dulces, de las miradas tristes, de las miradas de esperanza... |
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El amor conyugal; divorcio y sentimentalismo El sentimentalismo es esencialmente frívolo. No perdona trivialidades. De manera que un modo ridículo de roncar durante el sueño, el mal aliento, cualquier otra miseria humana, en fin, puede matar inapelablemente un sentimiento romántico... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino