Continuamos con el desarrollo de algunos temas de Apologética* que iniciamos en la última edición, con argumentos probando la existencia de Dios — supremo y eterno, creador y conservador del universo.
1.- ¿Cuál es la verdad primera, que ningún hombre puede ignorar? La existencia de Dios, es decir, de un Ser eterno, necesario e infinitamente perfecto, Creador de cielos y tierra, absoluto Señor de todas las cosas, a las que Él gobierna con su Providencia. Ésta es la verdad fundamental, sobre la que descansa el edificio augusto de la religión, de la moral, de la familia y de todo el orden social. Si no hay Dios, la religión es completamente inútil. La moral carece de base si Dios, en virtud de su santidad, no establece una diferencia entre el bien y el mal; si con su autoridad suprema no hace obligatorias las normas de esa moral, y si con su perfecta justicia no premia el bien y castiga el mal. Es imposible concebir la familia y la sociedad, sin leyes, sin deberes, sin las virtudes de la caridad y otras; y todas estas virtudes, si Dios no existiera, serían puras quimeras. 2.- ¿Podemos estar seguros de la existencia de Dios? Sí, tan seguros podemos estar de que Dios existe, como de que existe el Sol. Es verdad que a Dios no lo vemos con los ojos corporales, porque es un espíritu puro; pero son tantas las pruebas que nos demuestran, sin lugar a dudas, su existencia, que sería necesario haber perdido por completo la inteligencia, para afirmar que Dios no existe. No puede la mente humana comprender la naturaleza íntima de Dios ni los misterios de la vida divina; pero sí puede establecer con plena certeza el hecho de su existencia y conocer algunas de sus perfecciones. A Dios no lo podemos ver, ciertamente, con los ojos del cuerpo, pero sí podemos contemplar sus obras. Así como por la vista de un cuadro deducimos la existencia del pintor que realizó la obra —puesto que la existencia del efecto supone la existencia de la causa que lo produjo—, así también podemos remontarnos de los seres creados al Creador, causa primera de todo cuanto existe. Esto es lo que afirma el Concilio Vaticano I: “Con la luz natural de la razón humana puede ser conocido con certeza, por medio de las causas creadas, el Dios único y verdadero, Creador y Señor nuestro”. 3.- ¿Cómo se demuestra, por la existencia del universo, la existencia de Dios? La razón nos dice que no hay efecto sin causa. Vemos un edificio, un cuadro, una estatua; al punto se nos ocurre la idea de un constructor, de un pintor, de un escultor, que hayan hecho esas obras. Del mismo modo, al contemplar el cielo, la tierra y todo cuanto existe, pensamos que todo ello debe tener alguna causa; y a esa causa primera del mundo le llamamos Dios. Luego, por la existencia del universo podemos demostrar la existencia de Dios.
* Extractos del libro La Religión Demostrada, del padre P. A. Hillaire (Editorial Difusión, Buenos Aires, 8ª edición, 1956, pp. 2 y ss.).
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