PREGUNTA Tengo cierta curiosidad de saber en qué se fundamenta la existencia del Purgatorio, y si la Biblia dice algo al respecto. RESPUESTA El Purgatorio no solamente existe, sino que es además una de las maravillas de la Providencia y bondad divinas. Su existencia es verdad de Fe, confirmada por el Concilio de Trento (Sesión XXV, D. B. 983), así como por las Sagradas Escrituras y toda la Tradición de la Iglesia. Además, a la luz de la simple razón entendemos que, siendo Dios perfectísimo y Santo de los Santos, no podríamos llegar a su divina presencia si estuviéramos marcados por la mancha del pecado. Entonces, si no existiera el Purgatorio —donde las almas son purgadas de esas manchas hasta quedar resplandecientes de santidad para comparecer ante el Creador— sólo les quedaría el Infierno. Pero Dios quiere salvarlas, y por eso instituyó el Purgatorio. En su Providencia sapientísima y misericordiosa, Dios creó ese estado, previo a la felicidad eterna, hacia donde van temporalmente las almas de las personas que mueren sin haber expiado suficientemente, aquí en la Tierra, la pena debida por los pecados mortales cometidos y perdonados, y también por los pecados veniales perdonados o no, pero cuya pena no fue integralmente pagada. El texto de la Escritura más notable acerca del Purgatorio es el del Libro II de los Macabeos (12, 43), el cual narra cómo Judas Macabeo mandó ofrecer un sacrificio por los que habían muerto en la batalla, por expiación de sus pecados. He aquí el texto: “38. Reuniendo después Judas su ejército, pasó a la ciudad de Odolam, y llegado el día séptimo, se purificaron según el rito, y celebraron allí el sábado. 39. Al día siguiente fue Judas con su gente para traer los cadáveres de los que habían muerto, y enterrarlos con sus parientes en las sepulturas de sus familias. 40. Y encontraron debajo de la ropa de los que habían sido muertos algunas ofrendas de las consagradas a los ídolos que había en Jamnia, cosas prohibidas por la ley a los judíos; con lo cual conocieron todos evidentemente que esto había sido la causa de su muerte. 41. Por tanto, bendijeron a una los justos juicios del Señor, que había manifestado el mal que se quiso encubrir; 42. y en seguida poniéndose en oración, rogaron a Dios que echase en olvido el delito que se había cometido. Al mismo tiempo el esforzadísimo Judas exhortaba al pueblo a que se conservase sin pecado, viendo delante de sus mismos ojos lo sucedido por causa de las culpas de los que habían sido muertos. 43. Y habiendo recogido en una colecta que mandó hacer, doce mil dracmas de plata, las envió a Jerusalén, a fin de que se ofreciese un sacrificio por los pecados de estos difuntos, teniendo, como tenía, buenos y religiosos sentimientos acerca de la resurrección. 44. Pues si no esperara que los que habían muerto habían de resucitar, habría tenido por cosa superflua e inútil el rogar por los difuntos: 45. y porque consideraba que a los que habían muerto después de una vida piadosa, les estaba reservada una grande misericordia. 46. Es, pues, un pensamiento sano y saludable el rogar por los difuntos, a fin de que sean libres de las penas de sus pecados”. Estos libros de la Biblia son rechazados por los protestantes, pues contradicen sus falsas doctrinas, ¡supuestamente basadas en la propia Escritura! Incluso Lutero y Calvino, respectivamente, se esforzaban por hacer creer que el Purgatorio era “un mero fantasma del diablo” y “una invención funesta de Satanás”.
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Habemus Papam |
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