Estimados amigos: En nuestra época, tan impregnada de materialismo y ateísmo, se busca evitar el recuerdo de la muerte, aunque sea la única cosa que con toda seguridad algún día nos ocurrirá. Hasta nos causa cierto temor hablar de ella, y cada vez más se pretende eliminar los aspectos trágicos, desgarradores y tristes de la muerte. En oposición a esta tendencia, la Santa Iglesia nos recuerda la existencia de una vida eterna después de la muerte. Incentiva a los fieles a meditar en los “novísimos del hombre” —muerte, juicio final, cielo e infierno— y sabiamente nos aconseja: “En todas tus obras, acuérdate de tus novísimos, y jamás pecarás” (Eclo 7, 40). Como madre, la Iglesia se asocia a nuestras lágrimas, consuela a sus hijos por la pérdida de un ser querido y pide el mayor respeto por los difuntos. Debemos, pues, atender a sus funerales, sepultar dignamente sus restos mortales, visitar y dar el pésame a las familias; rezar, ofrecer sacrificios y asistir a la misa en sufragio de sus almas, para que pronto sean liberadas de las penas del Purgatorio y conducidas al cielo. Por ocasión del Día de los Difuntos, reproducimos en esta edición unas oportunas consideraciones de Plinio Corrêa de Oliveira sobre el luto —las costumbres tradicionales, las honras fúnebres, las manifestaciones y la concepción cristiana del luto— y cómo esos valores están siendo olvidados y abandonados, debido al concepto materialista de vivir como si nunca fuésemos a morir. Deseándoles una provechosa lectura, pido a la Sagrada Familia que nos conceda a todos la gracia de una buena muerte. Y pido también que aumente en nosotros la esperanza de la resurrección, conforme lo reafirmamos en el Símbolo de los Apóstoles: “Creo en la resurrección de la carne y en la vida eterna. Amén”. En Jesús y María, El Director
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Conmemoración de los Fieles Difuntos(2 de Noviembre) ¡Por la misericordia de Dios, descansen en paz! |
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Vida natural y orgánica, existencia artificial y mecánica Una sala con proporciones inteligentemente calculadas: bastante alta y bastante ancha como para dar al mismo tiempo las impresiones armónicamente contrarias de intimidad y desahogo... |
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Bossuet Este cuadro representa a Jacques-Bénigne Bossuet (1627-1704), el famoso obispo de Meaux (a 40 km al nordeste de París), gran orador sagrado con un dominio perfecto de su palabra sonora e impecable... |
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María en el Dogma A fin de proporcionar un conocimiento más profundo de la doctrina mariana y el consecuente incremento de la devoción a la Santísima Virgen, Tesoros de la Fe ofrece a sus lectores, en este mes de mayo dedicado especialmente a la Madre de Dios... |
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Ella es Virgen y es Madre La Virgen me invita a cantar el misterio que yo contemplo con admiración. Hijo de Dios, dame tu don admirable, haz que temple mi lira, y que consiga detallar la imagen completamente bella de la Madre bien amada. La Virgen María da al mundo a su Hijo quedando virgen, amamanta al que alimenta... |
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La moralidad es el fundamento del orden social ASÍ COMO EL RAYO DE SOL entra por una rendija de la ventana para formar un pequeño escenario de luces y de sombras, así también la madre católica debe crear alrededor suyo, por su modo de ser, un ambiente propicio para la formación del subconsciente de sus hijos, haciendo con que las primeras nociones de moralidad y de buen comportamiento echen raíces en ellos... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino